domingo, 21 de enero de 2024

Maratón poético internacional por Palestina

 



Ayer leí un par de poemas en el macrorrecital por Palestina que tuvo lugar, de modo simultáneo, en varios países del mundo. Participé en la sede de La Ferroviaria (Madrid), en el turno de 17:00-18:00. Yo cerré esa franja con la lectura del siguiente texto, de Mahmud Darwix (ni qué decir tiene que causé ciertos llantos entre el público y que a todos se nos instaló en el pecho un pétalo de esperanza):


Sobre esta tierra hay por qué vivir: los titubeos de abril, el olor del pan al amanecer, el amuleto que una mujer le da a un hombre, las obras de Esquilo, los comienzos del amor, la hierba sobre una piedra, madres en vilo por el hilo de una flauta, y el miedo de los invasores a los recuerdos. 


Sobre esta tierra hay por qué vivir: los últimos días de septiembre, una mujer que sale de los cuarenta como melocotón maduro, la hora del sol en la cárcel, nubes que semejan un tropel de criaturas, los vítores de un pueblo a quienes encaran risueños la muerte, y el miedo de los tiranos a las canciones. 


Sobre esta tierra hay por qué vivir: sobre esta tierra señora de la tierra, madre de los inicios y madre de los finales. Se llamaba Palestina. Se sigue llamando Palestina. Mi señora: yo tengo, porque tú eres mi señora, tengo por qué vivir. 



Poesía escogida (1966 -2005). trad. Luis Gómez García. Valencia, Pre-textos. 2008. 

sábado, 20 de enero de 2024

Pretextos para leer poesía

Con Sergio Suárez, Francisco José Martínez Morán, Manuel Borrás, Andrés García Cerdán, Javier Lostalé, María José Codes y Carmen Palomo.


 

En esta imagen encontraréis ocho pretextos para leer buena poesía. La foto la tomamos ayer en la librería Rafael Alberti. En en el centro, Manuel Borrás, nuestro infatigable editor.  



martes, 16 de enero de 2024

El canon y la luna

 


 

Desde luego, los esfuerzos por construir el canon lírico de nuestro país están salpicados de encumbramientos y olvidos que, con el transcurrir de los siglos, se han ido enmendando no sin el denodado esfuerzo de críticos y de profesores. Basta echar una mirada rápida a cartas, cancioneros y antologías para descubrir que poetas laureados en su tiempo han acabado chapoteando en el río Leteo, y lo contrario: que vates de los que ciertos compiladores y ensayistas no quisieron acordarse engrosan hoy los tomos de la Historia. Me viene a la cabeza, para empezar, la inmortal “Carta y proemio al condestable don Pedro de Portugal”. El marqués de Santillana, cegado por el esplendor de los poetas italianos, en su nómina de autores en lengua castellana tuvo el descuido de ignorar al pobre de Gonzalo de Berceo. Y qué les parece el caso del célebre Cancionero de Baena. Entre los poetas que el bueno de Juan Alfonso elevó al monte Parnaso se encuentra Gómez Pérez Patiño, cuyos dezires –visto el ostracismo al que ha sido relegado- dejan mucho que comentar; y sin embargo, se dejó en el tintero a un tal Íñigo López de Mendoza… Menos mal que lo rescató del infierno de los poetas defenestrados Hernando del Castillo, casi un siglo más tarde, en su Cancionero general. (Me temo que el karma se le había vuelto en contra.) Si pensamos en Luis de Góngora, vemos que su huella desaparece en el Siglo XVIII. Lo tuvieron que rescatar de la caverna profunda en donde llevaba oculto trescientos años unos veinteañeros que se levantaron contra la rutina y la vulgaridad allá por 1927… Pero, claro, estos jóvenes tuvieron que poner sus versos al servicio de la denuncia sociopolítica, por lo que sus voces fueron barridas del país como si fuesen polvo. Nadie se acordó de ellos durante cuarenta años. Ni una foto en la portada de un mísero periódico (sí algún poema en revistas que luego también se borraron del mapa). Y qué me dicen del caso siguiente. Ganas el Nobel de Literatura. En tu tierra, cuatro años después, se publica un volumen ambicioso: Veinte años de poesía española, y… despiste del antólogo, se le olvidó tu nombre. Juan Ramón debió de revolverse en su tumba. Por suerte, llegó la democracia y con ella, volvieron al canon los autores invisibilizados o bien por la censura o bien por motivos estéticos. Moraleja: poeta, sé paciente. Los olvidos y silencios de hoy no significan nada. ¡Sigue siendo posible la inmortalidad el día de mañana! 

 

 

 

domingo, 7 de enero de 2024

La revista Romance Quarterly (USA) me dedica un artículo


 

Si ya me resulta milagroso que alguien me lea en mi país, no digamos que lo haga un profesor de una universidad californiana: Pomona College. Pero he tenido la inmensa fortuna de que Paul Cahill se haya interesado por mi obra y me ha haya dedicado un extenso artículo, que se acaba de publicar en una importante revista literaria norteamericana: Romance Quarterly. El título del ensayo es: "Queer Futurity and Conflicted Feeling(s) in the Poetry of Ariadna G. García". El autor analiza mis poemarios Construyéndome en ti (1997), Napalm. Cortometraje poético (2001), La Guerra de Invierno (2013), Helio (2014) y Ciudad sumergida (2018). Muestro desde aquí mi más sincera gratitud al profesor Cahill por el tiempo dedicado a mis libros. Es un honor que ni nombre resuene en los Estados Unidos y se haya filtrado en las páginas de tan reputada revista de investigación; también lo es que me pongan en la estela de Luis Cernuda.


El artículo está alojado en la MLA (Modern Language Association). Podéis descargarlo aquí:


https://mla.hcommons.org/?get_group_doc=1003430/1577229688-PlacingQueerAffectinthePoetryofAriadnaGGarcaCahillPaul.docx


Y aquí tenéis un acceso directo a la revista:


https://www.tandfonline.com/journals/vroq20 


A falta de tres días para cumplir los 47, recibo este estudio como un auténtico regalo de cumpleaños.


viernes, 5 de enero de 2024

Perspectivismo literario


 

 

Apunta Demetrio Estébanez Calderón que la crítica literaria angloamericana acuña el término The point of view para referirse al ángulo, el punto de fuga, desde el que se sitúa la voz que enuncia para relatarnos una historia o transmitirnos una idea. Ortega y Gasset, por su parte, en su ensayo El tema de nuestro tiempo emplea la nomenclatura perspectiva para aludir a las condiciones individuales de percepción de la realidad, partiendo de las coordenadas yo-aquí-ahora. El filósofo, influido por la teoría de la relatividad, esboza un mosaico de verdades relativas, de cuya suma resultada la verdad completa. Aunque el concepto perspectivismo, por tanto, es de invención contemporánea, lo cierto es que su uso como técnica literaria se remonta a la Antigüedad. Pensemos en las Heroidas, de Ovidio, donde el poeta romano, a través de varias epístolas, cede la voz a las mujeres despechadas por sus amantes. Esta inversión de la perspectiva amorosa tradicional –de enfoque masculino– tendrá su eco en la voz de la poeta mexicana Juana Inés de la Cruz, quien –en sus famosos sonetos de casuística afectiva– dará la palabra a amadas y amantes para que justifiquen y expliquen tanto sus sentimientos como sus acciones. Otro, sin embargo, es el género literario donde la técnica del perspectivismo es consustancial: el diálogo. Originario de la literatura grecorromana (recordemos las obras de Platón y Cicerón), gozó de éxito en la Edad Media (bajo el formato de debate o disputa, caso del texto Razón de amor) y se convirtió en el vehículo, por excelencia, de difusión de ideas en el Renacimiento. Son muchos los diálogos de estructura polémica donde dos interlocutores enfrentan sus visiones del mundo a propósito de un tema determinado (Diálogo de las cosas ocurridas en Roma, de Alfonso de Valdés). Pero también los hay que presentan una conversación familiar entre varios personajes individualizados, donde cada uno aporta un punto de vista, así como muestra su desacuerdo y discute las opiniones de los demás (Diálogos familiares, de Juan de Pineda). Hablamos de obras de influencia erasmista que abordan cuestiones religiosas o morales. El perspectivismo literario, por otra parte, no sólo afecta al ideario de cada personaje, sino a su expresión lingüística. Cervantes fue un maestro en ambos casos, y prueba es El Quijote. En el siglo XVIII, esta técnica se desarrolla, fundamentalmente, en el teatro. Ahora bien, la obra que mejor representa la observación de la realidad desde distintas ópticas la firma José Cadalso: Cartas marruecas. La técnica del perspectivismo le sirve para varios propósitos: dar una apariencia de objetividad a su escrito, ofrecer una lectura amena, reflejar sus propias contradiciones, y permir al lector que escoja la verdad que más le cuadre con su propio criterio. La literatura del siglo XX no se entiende, como comentaba al principio, sin la huella de la teoría de la relatividad en los escritores. Desde el Lorca de La casa de Bernarda Alba (que enfrenta los principios de libertad y autoridad), al Gabriel García Márquez que desordena su Crónica de una muerte anunciada para relatarnos un crimen desde varios puntos de mira y con una cronología dislocada. No existen las verdades absolutas. Henry James, en el prólogo a Retrato de una dama, utilizaba las metáforas de la casa y sus ventanas para referirse a las perspectivas desde las que observar un tema.