Hace unos días publicaba una entrada sobre la cotización de mi quinta en Amazon (podéis leerla aquí). Hoy os traigo el balance de las dos generaciones anteriores (poetas nacidos en los 50 y en los 60). La justificación de los precios supongo que es la mima que barruntaba entonces. Hablamos de libros nuevos o de segunda mano, muchos ya descatalogados.
*Problemas de doblaje, Aurora Luque (Adonáis, 1990): 356 euros.
*Baila con un extranjero, Jorge Riechmann (Hiperión, 1994): 352 euros.
*Amarte sin regreso, Jorge Riechmann (Hiperión, 1995): 352 euros.
*Esto es mi cuerpo, Juan Antonio González Iglesias (Visor, 1998): 352 euros.
*Noche y sus consejos, Alejandro Céspedes (Genil, Diputación de Granada, 1986): 352 euros.
*El príncipe rojo, Almudena Guzmán (Hiperión, 2005): 333 euros.
*Intemperie, Álvaro García (Pretextos, 1995): 332 euros.
* Manzanas amarillas, Luis Muñoz (Hiperión, 1994): 331 euros.
*De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall, Blanca Andreu (Hiperión, 1980): 122 euros.
*El día que dejé de leer El País, Jorge Riechmann (Hiperión, 1997): 107 euros.
*Usted, Almudena Guzmán (Hiperión, 1986): 62 euros.
Seguramente nunca vendamos 50.000 ejemplares de nuestros libros, pero -pese a lo desorbitado de los precios- gusta saber que un librero (o varios) pone en valor el trabajo con el lenguaje, el riesgo formal e ideológico que asumimos en nuestros poemarios, el diálogo permanente con la tradición, las ganas de innovar o el esfuerzo de años hasta sacar los textos, su escultura verbal, de la piedra invisible de la vida.