Tres deseos, Amalia Bautista. Renacimiento. 2006.
El presente volumen recoge los cuatro primeros poemarios de su autora: Cárcel de amor (1988), Cuéntamelo otra vez (1999), Estoy ausente (2004) y Pecados (2005). El tomo se cierra con la sección “Otros poemas” pertenecientes al libro en que Amalia Bautista estaba trabajando al publicar el libro.
El leitmotive de estas páginas es el amor. Un amor apasionado, desgarrador, efímero y prohibido que se va modulando en cada entrega.
En Cárcel de amor lo autora retoma motivos provenzales: la locura que padece quien ama, la pérdida del albedrío. El sujeto que enuncia clama contra el aburrimiento que le producen los amantes previsibles y las situaciones anodinas. Ansía las experiencias excitantes o los felices sobresaltos que le ofrecen otros, pese a arriesgarse a que estos amores se vuelvan imposibles. Muchos de los textos se construyen asumiendo la voz de personajes femeninos bíblicos, mitológicos o históricos.
Cuéntamelo otra vez retoma las alusiones culturales y los temas citados. No obstante, introduce un motivo novedoso: las hijas. No faltan tampoco las reflexiones generales sobre la existencia. Bautista aborda ambos asuntos en el espléndido poema “Al cabo”:
Al cabo, son muy pocas las palabras
que de verdad nos duelen, y muy pocas
las que consiguen alegrar el alma.
Y son también muy pocas las personas
que mueven nuestro corazón, y menos
aún las que lo mueven mucho tiempo.
Al cabo, son poquísimas las cosas
que de verdad importan en la vida:
poder querer a alguien, que nos quieran
y no morir después que nuestros hijos.
La melancolía, la tristeza y la desesperanza anidan en Estoy ausente. La vivencia del amor se torna una calle cortada: “Si ya sabemos ambos que ni puedo/ ni puedes hacer nada”. Sólo queda el recuerdo de lo que ya no puede prolongarse: “Y tú tan lejos/ y tan dentro de mí”; y el agradecimiento por los dones recibidos: “Tú, que me diste todo, palabras al silencio,/ tacto a mi piel, asombro a mi mirada,/ calor y luz y fuerza y esperanza”. Los amantes se reencuentran en sueños, pero en la vida real sus vidas no convergen: “Hay alguien en el mundo, no sé dónde,/ o sí lo sé,/ pero mejor lo olvido…”. Si Juana Inés de la Cruz, en el siglo XVII, se cansaba de esperar “lo que no puede esperarse” (el amor de la virreina, la consumación del deseo), el sujeto que enuncia en estos versos siente el mismo desgarro: “¿Hasta cuándo instalada en el esperanza/ de los que nada esperan? [...] ¿Hasta cuándo sin ti? ¿Hasta cuándo con otros?”.
Los textos de Pecados insisten en los mismos temas a propósito de los pecados capitales.
La sección de inéditos recoge algunos de los mejores textos del volumen. Me refiero a los magníficos “Ida y vuelta”, “Brindis”, “El puente” y “La torre”. Se trata de poemas que, pese a que reconozcan la existencia de un obstáculo que impide el amor, incitan a entregarse a su vivencia.
Tres deseos nos da buena cuenta del estilo inconfundible de Amalia Bautista: el ritmo perfecto, la precisión afectiva, las alusiones culturales, la suave ironía, los finales rotundos, la rica ambientación de cada texto y la claridad formal.
Para tenerlo en casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario