Buscando qué leer, encontré el
último poemario de Ada Salas (Descendimiento) en la librería zaragozana La Pantera Rossa. Está inspirado en la obra
homónima de Rogier van der Weyden (siglo
XV). Recomiendo su lectura porque si la pintura nos habla de la muerte, las
palabras dan forma a los conceptos que el óleo nos evoca: traición,
sufrimiento,aniquilación; porque sus
imágenes son de una potencia dramática sobrecogedora: jugo de
vértebras, tendones roídos; por su
plasticidad: geranios rojos convertidos en polvo. Con palabras que diría van Gogh, es asombroso leer
este libro trágico y encontrarlo bello. Ada ha hecho suyo el lema de Millet: “preferiría no decir nada antes
que expresarme débilmente”. No otra cosa es el arte.
Esta reseña se publicó en el suplemento El Cultural.
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