Este año he publicado dos libros. Un poemario (Adamar, Pre-Textos) y una novela (El bosque sagrado, Cántico). El primero lo compuse entre los años 2015 y 2021. El segundo, el curso 2019-2020. Ambos comparten mi amor por la naturaleza, entre otras muchas cosas.
No quiero dejar pasar la ocasión de agradecer a mis editores, Manuel Borrás y Raúl Alonso, su confianza en mi obra. Conozco las dificultades que atraviesa el sector del libro, sobre todo, para las editoriales literarias. Una editorial no deja de ser una empresa que, además de publicar libros buenos, los debe vender para no quebrar. Como dice Enrique Murillo: "la edición es un arte, pero también tiene que ser un negocio". Las cuentas, irremediablemente, tienen que salir. Detrás de un ejemplar hay un enorme trabajo de corrección, maquetación, imprenta y distribución; una inversión, en suma, que hay que recuperar. Y, desde luego, hay una ilusión enorme por conseguir que el libro por el que se apuesta encuentre a su lector. Los editores, a menudo, publican obras pase lo que pase con las ventas, simplemente porque les encantan. Por eso os pido no ya sólo que os hagáis con mis libros, también que me ayudáis a su difusión. El boca-oreja puede hacer que las obras funcionen, las editoriales se mantengan a flote y los escritores comuniquemos aquello tenemos que decir y transformemos a los lectores con nuestra singular visión del mundo.


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