lunes, 22 de marzo de 2021

Fallamos el Premio "Hiperión"

 


ACTA DEL JURADO DEL XXXVI PREMIO DE POESÍA HIPERIÓN

 

Coordinado de forma telemática el jurado del XXXVI Premio de Poesía Hiperión el 20 de marzo de 2021, aniversario del nacimiento de Friedrich Hölderlin, primer día de la primavera y víspera del Día Mundial de la Poesía, y tras numerosos intercambios de opiniones y sucesivas deliberaciones, ha acordado por mayoría declarar ganador de dicho premio el libro SERVICIO DE LAVANDERÍA, del que es autora BEGOÑA M. RUEDA.

 

            Los poemas del libro, fechados como páginas de un diario, evocan la labor en la lavandería de un hospital y se dividen en dos partes: la segunda, «Aclarado», escrita antes que la primera, corresponde a la primavera de 2019, es decir, a las condiciones habituales en dicho trabajo; en cambio en la primera, «Lavado», escrita y fechada en la primavera de 2020, a dicha situación se suma la llegada de la pandemia con sus duras consecuencias.

 

            Se trata de un libro cohesionado, crítico, lírico sin excesos, poderosamente plástico, con marcados contrastes y finales rotundos. Renunciando al adorno y al artificio, construye una poética humana de la enfermedad y sus secuelas en general y de la pandemia en particular, focalizada en unas coordenadas subjetivas inéditas, intrahistóricas: la de los y las protagonistas anónimos de la Historia desde un lugar invisible: el personal que se encarga de limpiar la ropa en los hospitales. 

 

Madrid, 20 de marzo de 2021. Los miembros del jurado:

 

Francisco Castaño, Ben Clark, Ariadna G. García, Jesús Munárriz, Benjamín Prado.

 

 

viernes, 19 de marzo de 2021

"Sublevación", en Estado Crítico


 

El crítico literario Juan Carlos Sierra acaba de publicar en Estado Crítico una nueva reseña de mi último poemario, Sublevación (Pre-Textos, 2020).

Su artículo es precioso, inteligente y certero. Es una suerte que haya dedicado su talento a mi libro. No puedo estar más agradecida.

Os lo dejo aquí:

http://www.criticoestado.es/mistica-para-el-siglo-xxi/?fbclid=IwAR1roVhO831yR8jsoBn_Hx04fZGU2bvIusszdWlhE0VILlSInG3DRRU9c98


jueves, 18 de marzo de 2021

Celebramos el Día Mundial de la Poesía

 


El próximo domingo 21 de marzo se celebra el Día Mundial de la Poesía, para conmemorarlo, RNE y el Instituto Cervantes han organizado un recital en el Parque del Retiro. El evento será retransmitido en directo por la emisora pública. Tengo el honor de participar en él, junto a Luis García Montero (director del Cervantes), Ignacio Elguero de Olavide (director de Radio Nacional de España) y Jesús Munárriz (director de ediciones Hiperión), entre otros poetas de prestigio. Será de 12:00 a 14:00.

 

Toda la información, aquí:

https://www.rtve.es/rtve/20210318/rne-instituto-cervantes-celebran-dia-mundial-poesia/2082819.shtml


sábado, 13 de marzo de 2021

Estoy contigo

 


Estoy contigo, Melania G. Mazzucco. Anagrama. Traducción de Xavier González Rovira. 2019. 279 pp.

 

 

Melania G. Mazzucco es una de esas escritoras comprometidas con su propio tiempo, una novelista que dialoga con nosotros para hacernos reflexionar sobre temas candentes, controvertidos en según qué contextos, poémicos e incómodos. Tanto es así, que tras la publicación del espléndido Eres como eres (Anagrama, 2016) sufrió un verdadero infierno su tierra natal por parte de los lectores más conservadores: homófobos y defensores de la familia tradicional. Ella misma lo relata en su último libro:

 

“He sido acusada de hacer propaganda homosexual, aunque tampoco podría decir muy bien por qué iba a constituir eso un delito. Mi novela y yo recibimos insultos, ofensas e injurias de todo tipo, y durante los primeros días, para mantener alejados a los alboroteadores, la policía tuvo que emplazar una furgoneta delante de las librerías en las que estaba programada una presentación”.  

 

Apenas un par de años antes de su valiente reivindicación del matrimonio igualitario y de la familia homoparental en Italia, Mazzucco había elogiado en Limbo (Anagrama, 2014) el espíritu de superación de una mujer, Manuela Paris, que, pese a la misoginia del ejército, acaba siendo mariscal de la brigada alpina.

 

Con su nuevo trabajo, Estoy contigo, Mazzucco vuelve a enfrentarse a un tema delicado y controvertido: la inmigración. Estamos acostumbrados a ver las imágenes en los informativos de los rescates en alta mar de personas embarcadas en botes atiborrados, paupérrimos, que tratan de llegar a toda costa a nuestro continente. Pero ignoramos las razones que las empujaron a abandonarlo todo por llegar a un país desconocido, así como su odisea burocrática para conseguir el estatus de refugiadas y la protección internacional. Eso ya no interesa. No es noticia. No es asunto nuestro. Obviamente, Melania G. Mazzucco sostiene lo contrario: “lo que son o lo que lleguen a ser es algo que nos concierne. Conocerlos es necesario –y asegurarnos de que nos conozcan”. Y es que su historia, nos dice, es también la nuestra.

 

A diferencia de otras obras, Estoy contigo no es una novela de ficción, sino la reconstruccción de un caso real, de la historia verídica de una refugiada. Mazzucco tardó un par de años en dar cuerpo al libro, tras un exhaustivo trabajo de investigación, en la línea de lo que hiciera Truman Capote con su célebre A sangre fría.

 

La novela comienza in medias res, con el arribo a la estación de autobuses de Términi (Roma) de una mujer de origen congoleño, Brigitte, procedente de Matadi. En lo sucesivo, y siguiendo su técnica habitual, la escritora simultaneará dos tiempos. El primero es el presente, que seguirá un orden cronológico, está al servicio de una prosa caracterizada por su objetividad y rigor. Aquí la voz narradora se centra en los esfuerzos del Centro Astalli (a cargo de jesuitas) por conseguir la independencia de las refugiadas y su integración en la vida civil. La novelista disecciona con precisión la ayuda médica, psicológica y logística que ofrecen tanto los religiosos como su equipo de colaboradores (asesores legales, abogados, sanitarios…) a quienes han renunciado a su pasado y a su identidad (su profesión, su familia, sus hábitos, su confianza… y cada uno de los cimientos sobre los que se levantaba el edificio de su yo) para salvar la vida y reiventarse. 

 

El segundo tiempo verbal transcurre en el pasado y está relatado en pretérito perfecto simple. Lo enuncia la propia protagonista por medio de sus conversaciones y de sus escritos. Y su relato es sobrecogedor. Una auténtica pesadilla.

 

Melania G. Mazzucco alumbra con el foco de su novela de no ficción espacios a oscuras, alejados de los intereses mediáticos y de la manipulación política. Amasa nuestra empatía y la modela planteando preguntas que los occidentales no nos queremos hacer: ¿qué nivel de violencia ha tenido que sobrepasar la vida de alguien como para empujarlo a abandonar su mundo, su lugar en él, y comenzar de cero en otra parte, a miles de kilómetros, sin amigos ni familiares que puedan ayudarlo?

 

En Europa hemos olvidado que no hace mucho éramos mosotros quienes suplicábamos al resto de países una segunda oportunidad para existir. Mazzucco y cineastas como el finlandés Aki Kaurismäki (El otro lado de la esperanza, 2017), nos ponen en la piel de esos migrantes que no pensaron serlo, y sin embargo, son. Ambos eligen para sus obras miradas diferentes y describen las suertes distintas que corren dos migrantes (una congoleña y un sirio) en una misma Europa.

 

A quien le interese el tema, también le recomiedo mi primera novela, Inercia (Baile del sol, 2014), donde reconstruyo la vida de tres inmigrantes que tratan de embarcar, ilegalmente, en aviones con destino al Reino Unido y los Estados Unidos. Si fuéramos conscientes del pasado que tratan de dejar atrás quienes huyen de sus paísese seríamos incapaces de impedirles que se instalen en otros. Negarles el futuro es mutilar también nuestra esperanza.

 

Por cierto, reclamo desde este instante el Premio Nobel de Literatura para Melania G. Mazzucco, para que se lo concedan uno de estos años (acerté los de Tranströmer e Ishiguro). No hay prisa. Sé esperar

 

lunes, 8 de marzo de 2021

Nuevo libro: Cornucopia

 


No se me ocurre mejor día que hoy, 8 de marzo, para anunciar la reciente publicación de mi nuevo libro: Cornucopia. Reseñas de literatura contemporánea (2006-2020), publicado por Polibea.

Aquí encontraréis reseñas de las siguientes autoras nacionales e internacionales: 

Carmen Jodra, Yolanda Castaño, Olga Novo, Verónica Aranda, Marta López Vilar, Ángela Álvarez Sáez, Olalla Castro, Rosa Barbel, Gema Palacios, Laura Villar, Elvira Navarro, Vanessa Montfort, Txani Rodríguez, Sofía Rhei, Kim Thúy, Denise Affonço, Sarah Waters, Laurence Cossé, Sofi Oksanen, Ameliè Noothomb, Chimamanda Ngozi Adichie, Samanta Schweblin, Jamila Medina Ríos, Mitsuyo Kakuta, Sharon Olds, Melania G. Mazzucco, Marina Yuszczuk, Brenda Ríos, Marcela Duque, Margaret Atwood, Brigdet Collins, Liana Hearn, Louise Glück, Elena Fortún, Gloria Fuertes, Elena Quiroga, Angelina Gatell, Dionisia García, Francisca Aguirre, Pureza Canelo, Pilar Tena, Belén Gopegui, Rosana Acquaroni, Ada Salas, Beryl Markham, Elizabeth Bishop, Shirley Jackson, Inger Christiansen y Mary Oliver.


Feliz día de la Mujer.





lunes, 1 de marzo de 2021

Los árboles que nos quedan

Los árboles que nos quedan, Ramón Andrés. Hiperión. 2020.

  

Los árboles que nos quedan es un libro por el que han pasado las lluvias, las guerras y los animales para dejar en sus páginas una huella indeleble. Es un libro regado con la vida, abonado por la resignación y la dureza. Se trata de un cristal forjado por el fuego desde tiempos remotos. Humilde y afilado. Sus versos están salpicado de alusiones a un valle y sus bosques, así como a los escritores y artistas plásticos de reconocido prestigio internacional. La Naturaleza y el Arte (su sucedáneo) persiguen un mismo fin: dejar constancia de la desolación y la amargura. Que nadie busque aquí una idealización del campo. La nieve “trabaja la extinción” y los árboles aplastan a los hombres. 

 

Posee Ramón Andrés un estilo enigmático. Sabe evocar misterios con un ritmo lento y entrecortado. Las descripciones de ritos (el salto de hogueras la noche de san Juan y la peregrinación por el Camino de Santiago) o la mención a los enigmas ocultos en los viejos desvanes, invitan a adentrarnos en un bucle en el tiempo, donde constatamos que todo sigue igual, que no hay avances (las mujeres siguen pariendo hijos “en forma de herramienta” y se intuye que la niebla “jamás levantará”). Sorprenden gratamente, además, algunos hallazgos sinestésicos (vacan que mugen “neolíticos”) y símiles casi gongorinos, en el sentido de que transmutan estéticamente el mundo:

 

Y si vas monte arriba, hazlo con un pañuelo

bien prieto en la nariz, te salvará del hedor

de alguna oveja muerta que los buitres vacían

igual que un sarcófago.

(Del poema “Idilio”)

 

Recomendada su lectura para quien aspire a sentir el latido intemporal, secreto, de la vida que crece a la intemperie.