martes, 23 de abril de 2019

Nuevo libro en Akal

Amigas:

Aprovecho que hoy es el Día del Libro para anunciaros la próxima publicación en AKAL de mi edición de una autora imprescindible, subversiva y moderna: Juana Inés de la Cruz. Os dejo por aquí la cubierta. Muy pronto en librerías.

El libro incluye un Cuaderno del profesor para aquellos docentes que lo vayan a utilizar en clase.

Además de la selección de poemas, el volumen contiene un pormenorizado prólogo, notas, comentarios de texto y una amplia batería de propuestas y actividades.

Se agradece la difusión.

Feliz Día del Libro,
Ariadna

lunes, 22 de abril de 2019

Día del Libro







¡Feliz Día del Libro!

Os dejo por aquí todo un abanico de posibilidades ;)


Entrevista en el blog del poeta Norberto García Hernanz

Foto de archivo del Instituto Cervantes. 2017


Amigos, el escritor Norberto García Hernaz, con quien pronto comparto lectura y presentación de poemarios en la librería Diógenes de Alcalá de Henares, ha tenido a bien entrevistarme para su blog Lo que opinan mis poetas.


Saludos.

martes, 16 de abril de 2019

El mirador de piedra

El mirador de piedra, Rubén Martín Díaz. “Premio de Poesía Hermanos Argensola”. Madrid, Visor, 2012. 78 páginas.


Escribe Rubén Martín Díaz en El mirador de piedra que los demás le dicen que poesee “el don de la palabra”. Y razón no les falta. Se trata de un poemario escrito bajo un hechizo único que embruja a quien lo lee. El libro se incardina en el mirador “Félix Rodríguez de la Fuente”, en el parque natural de Cazorla, y de allí se irradia o bien a otros enclaves del entorno jerezano (la Isla de la Bujariza, en el pantano del Tranco; el Pico Cabañas…) o bien a otras geografías visitadas, vividas e interiorizadas por el autor (los Chorros de Riópar, en Albacete; el Parque del Hosquillo, en Cuenca…). Rubén describe parajes sobrecogedores con un lirismo hermoso, y a la vez, medita sobre la existencia en versos inolvidables. Ya de entrada, el poeta nos invita a desasirnos, a salirnos de dentro de nosotros para fundirnos con la naturaleza: “Si el bosque te respira./ Abre el pulmón. Sé árbol”. Será en el silencio, y en la quietud más honda, como los humanos sintamos ese hilo de oro que nos conecta al Todo a través del amor.

Los parajes agrestes despiertan un júbilo en el pecho del poeta:

Qué maravilla sentir que estoy vivo,
que todo me sorprende porque es nuevo
para estos ojos míos que respiran
sobre la limpia tierra en gestación.
                          (Ascenso al Pico Cabañas)

E incluso embellen al ser, lo perfeccionan, hasta suspender sus sentidos y recogerlo en sí:

estás allí
en el centro del día,
bajo el lento declive de la tarde,
maravillado y limpio en tu interior
y olvidado de todo y de ti mismo.
                             (Río grande)

Rubén evoca los elementos naturales de forma magistral. En alguna caso, con ojo de haijine:

El viento afila
su desnuda presencia [transparente]
contra lo débil.
                        (Paisaje en óleo)

No escasean en el libro las reflexiones de tono filosófico, distinguiendo realidad y concepto; existencial, en clave manriqueña (“al comprender el agua/ como un estado más en el que ser”) y quevediana (“canta lo que le viene/ desde un ayer presente,/ desde un ayer mañana”) e incluso místico (“¿He llegado por fin/ al centro de mí mismo?”, “Yo soy todos”).
Derechos: Imagen Albacete

Dice Mahmud Darwix, el célebre poeta palestino, que hablar del amor en tiempos de guerra y carestía es una forma de subversión, de resistencia. Recordemos que nosotros -desde 2011- vivimos en plena recesión, padecemos recortes y estamos en el paro. Así las cosas, Rubén, que se da al mundo con sincero amor, y que goza de la serenidad del hombre que es unión, es un rebelde. Con un maravilloso sentido del ritmo, y con cierres redondos, los poemas de El mirador de piedra nos acompañan, nos crecen y se nos ramifican bajo la piel. No me extraña que ganase el “Premio de Poesía Hermanos Argensola”. De vedad, el libro lo merece.

Esta reseña ha sido publicada por la revista digital Oculta Lit. AQUÍ.

 

domingo, 14 de abril de 2019

Recitando en Chamberí

Foto de Reyes Rodríguez Fernández-Salguero


Amigas y amigos:

Dejo aquí un recuerdo de mi lectura el jueves 11 de abril en la Casa de Participación Ciudadana de Chamberí. Pronto cuelgo un vídeo relizado por Carmen Ochoa, donde recito un texto de la sección La Tierra de mi último poemario: Ciudad sumergida (Hiperión, 2018). Gracias por acompañarme.


miércoles, 3 de abril de 2019

Recital a la vista, en Chamberí



Amigos, dentro de una semana, el próximo jueves 11 de abril, daré un recital dentro del ciclo Poesía en el Bulevar, que dirige el poeta Antonio Crespo Massieu. Será en la Casa de la Cultura y Participación Ciudadana de Chamberí (Bravo Murillo, 39), a las 19:30. También tendréis la oportunidad de escuchar al poeta Pablo Guerrero.  

Aprovecharé la ocasión para presentar mi nuevo poemario, Ciudad sumergida (Hiperión, 2018), estableciendo puentes entre éste y el resto de mis libros.

Os esperamos.

Saludos,
Ariadna


martes, 2 de abril de 2019

Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil

 
Aprovechando la efeméride, os dejo por aquí un texto de mi fábula ecológico-distópica Las noches de Ugglebo, premio "El Príncipe Preguntón" (Diputación de Granada, 2016). El libro relata el viaje de una bandada de aves rapaces nocturnas a la Finlandia continental para averiguar si los humanos representamos o no un peligro para el pleneta, travesía que supone un viaje de iniciación para su protagonista, Úgglebo, una búho pre-adolescente que defiende con garras su originalísima personalidad.

Gracias a este libro, he tenido una de mis experiencias más bellas como escritora: que un niño de la 1º de la ESO me dijese que quería vivir en él.

¡Felices lecturas!


Aquí Ugglebo recupera el conocimiento tras por volar una noche de tormenta de nieve:

 
1.    La promesa




La fiebre se retira.
La realidad comienza a ser reconocible.
La conciencia de Ugglebo se abre al ruido
de las hojas, al tacto de las plumas contra el cuerpo,
al gusto de una fresa, a la tormenta
de olores que proceden de los bosques y campos,
y a los ojos alegres, aliviados,
de su robusto padre, que lo abraza con fuerza.

Ugglebo le relata lo que ha visto
en sus dos pesadillas.

-Son sólo sueños, hijo. Los glaciares
no van a derretirse.
Olvídalo.
Tú ponte musculoso
y céntrate en la caza. Eres un búho
real. No me defraudes.
Mañana empezará tu entrenamiento.
En cuanto el sol se ponga,
te espero en el arroyo.

Con disimulo, Ugglebo cruza dos de sus garras
y esboza la mejor de sus sonrisas.

-Prometido, papá.


lunes, 1 de abril de 2019

Doble reseña: Riechmann y Villar

Contrastes

La ciudad, Laura Villar Gómez. Liliputienses. 2019. 31 páginas.
Ars Nesciendi, Jorge Riechmann. Madrid, Amargord, 2018. 108 páginas.

En la poesía, como en la vida, abundan los contrastes, ya sean temáticos o estéticos, cuando no se da la conjunción de ambos. La joven poeta Laura Villar Gómez acaba de publicar su primer libro, La ciudad, en Ediciones Liliputienses. Apenas llega a las 31 páginas, si bien los poemas (dos por cara) suman un total de 468 versos. La autora apenas ha esbozado en su libro los contornos de un tema que daba para más, pero esas sombras son lo suficientemente poderosas como para fijarnos en ella. En sus textos nos describe una ciudad nocturna, sonámbula, de vida artificial. Una ciudad sin habitantes, salvo los fumadores que anuncian su presencia entre las brasas. Un escuadrón de semáforos, coches, televisores, luces de neón y pantallas de plasma mantiene iluminada la urbe, pero bajo la apariencia de animación, la poeta sospecha: “(¿y si detrás de toda esa luz/ no hubiese más que gente apagada?)” A este leve crítica a la modernidad, suma Laura Villar un nihilismo unamuniano: “A veces me pregunto/ si no seré acaso yo también/ una proyección de otro”. Los peligros de la ciudad quedan lejos del “cerco dorado” que imponen las farolas. No obstante, la autora barrunta que en un futuro próximo se destruya ese hábitat que confina, dentro de sus fronteras de hormigón y cristal, al 90% de los humanos: “Los tiempos en que la ciudad aún respira/ están a punto de agotarse”. 
Como contrapartida a esta visión del mundo, podemos leer el último poemario de un autor veterano, de un poeta curtido en la denuncia del capitalismo, que nos sorprende -esta vez- con un precioso libro de poemas mínimos, paisajistas, evocadores de la plenitud que alcanza la existencia inmersa en un entorno natural. Me refiero a Ars Nesciendi, de Jorge Ricehmann. Dando una vuelta de tuerca a la estética de una obra solvente, consagrada, de una línea ideológica muy definida, Riechmann incluye en este generoso poemario (108 páginas): coplas, alguna seguidilla y un gran número de haikus:

Ramas de invierno, desnudas:
vuestra verdad no desmiente
las verdes copas de mayo
que tiemblan ya en la corriente.

                  *
“Mundo de rocío”, dicen
los poetas japoneses…
Es todavía más frágil:
burbujas en la corriente.

Burbujas en la corriente
y las palabras que fingen
certezas para la mente.

               *

Suspendida en el aire
como un día perfecto
esa libélula.


Jorge Riechmann nos habla del arte de conocer la propia ignorancia, al igual que aconsejaban los pensadores renacentistas. Tanto la lírica popular española como el haiku son ejemplos de formas sencillas y espontáneas de humanidad, que el autor reivindica. Sirven de contrapeso a la artificiosidad de la urbe, a la civilización corrompida y sin alma que habita en las ciudades, esos “mares de asfalto” que nos describe Laura.





Por cierto, las ediciones de Amargord y de Liliputienses son preciosas.