viernes, 24 de febrero de 2023

Familias con duende


 

El colegio de mis hijos se encuentra próximo al popular Barrio de las Letras. Y da la casualidad de que varias de las familias que tenemos a nuestros vástagos estudiando allí nos dedicamos, de una u otra forma, al arte y al espectáculo. Puesto que además de esa fantástica coincidencia resulta que ahora mismo todas estamos de estreno, no me resisto a dejar constancia por aquí de nuestras nuevas obras.


TEATRO

*Fosa. Memoria de un amor. En la sala Nuevo montacargas. Fechas 24 y 25 de febrero.  Dramaturgia: Alberto Iglesias. Intérpretes: Nuria García Ruiz y Pablo Rivero. Entradas en taquilla. 15 euros. Calle Antillón, 19. Puerta del Ángel.


*El hombre probable. En la sala de teatro Bululú. Estreno el 4 de marzo. Autor: Juan Pablo Heras. Venta de entradas en: https://www.atrapalo.com/entradas/el-hombre-probable_e4889597/fecha-04-03-2023/ . 15 euros.


*Los nadadores diurnos (salón de belleza). En el Matadero. Montaje: Eduardo Moreno. Venta de entradas: https://www.teatroespanol.es/los-nadadores-diurnos


NARRATIVA

*La sirena que no sabía nadar. Autora: Ariadna G. García. Publica Lastura. Formato: álbum ilustrado. 28 páginas. 15 euros. Venta:  https://lasturaediciones.com/product/la-sirena-que-no-sabia-nadar/



jueves, 23 de febrero de 2023

Hat-Trick


 

En los últimos seis años he publicado tres libros que se enmarcan en la literatura infanto-juvenil, por la que siento una debilidad especial, ya sea como lectora o como escritora. He de confesar que el camino está siento difícil, pero sigo maravillada por el pequeño milagro que supone ver tus obras editadas con el cuidado y el primor que reciben las mías. 

La verdad es que echo en falta la convocatoria de premios de poesía no ya para primeros lectores (hay tres concursos destinados a este fin: Luna de aire, Ciudad de Orihuela y El Príncipe Preguntón), sino para un público algo mayor, de edades comprendidas entre los 10 y los 14. No hay nada. Un páramo. Y sin embargo, las editoriales SM, Anaya o Edebé sí que convocan anualmente premios de novela infantil (Barco de vapor) o juvenil (Alandar, Edebé, Gran Angular). La verdad es que me pregunto porqué no interesa que nuestros estudiantes de 4º de primaria a 2º de la ESO lean poesía actual destinada a ellos. ¿Pueden leer Harry Potter, pero sus neuronas colapsan si les damos algo más que los versos infantiles de Gloria Fuertes, Federico o Alberti? ¿Se pueden enfrentar a temas como la muerte, la pérdida de los padres, la existencia del mal, la traición... pero sólo en gruesos libros en prosa de más de 600 páginas? ¿Queremos que lean poesía en la ESO pasando, sin solución de continuidad, de "El lagarto está llorando" al "Mester traigo fermoso non es de joglaría"? Hay un hueco que las editoriales vienen ignorando desde hace años. El alumnado no lee poesía porque no se les ofrecen libros indicados para sus edades, que hablen con su lenguaje y que aborden los temas de tu tiempo o de su interés, que les pongan un espejo en el que mirarse para conocerse y comprenderse. Se les priva de la poesía justo cuando es más necesaria, en el tránsito del niño/a que son al joven que serán. Harry Potter habla de esto, y les fascina. A ellos les apasiona la aventura, así como el motivo de la identidad, tema poético por excelencia. Démosles poemas con los que emocionarlos, que les abran ventanas, que les hagan cuestionarse el mundo y a sí mismos, que les ofrezca modelos con los que inspirarse. 

Precisamente sobre eso trata de mi primer libro LIJ: Las noches de Ugglebo. Lo presenté a dos de los concursos citados anteriormente, sin éxito alguno. Pero a la tercera fue la vencida. Cuál no sería mi asombro al recibir la llamada de la Consejería de Educación de la Diputación de Granada para comunicarme que me había alzado, por unanimidad, con El Príncipe Preguntón; porque Ugglebo no es una obra infantil, sino juvenil, ideal para 1º y 2º de la ESO. Me quedé perpleja y entusiasmada. Por fin me había colado por la grieta que todo el mundo ignora. 

Mi libro es una fábula en verso, ecológica y distópica. Narra el viaje iniciático de un joven búho que lucha por defender su identidad frente a las pretensiones familiares, y que quiere investigar qué peligros amenazan su mundo, una isla en Finlandia.

Las noches de Ugglebo no deja de darme alegrías. Sé que se lee en los institutos, que a los chicos y chicas les encanta. Todos los años doy alguna conferencia invitada por el MEC. El Cultural publicó una reseña bastante elogiosa. Pero... ay...  siguen sin publicarse libros en esa línea. Y lo peor, siguen sin publicármelos a mí... 

¡En marcha! Tuve la suerte de que me lo editasen en Colombia, gracias a Corazón de mango. En esta ocasión, el poemario consta de 27 poemas independientes, localizados en una ciudad o país distinto. Salió en un momento crítico, en que la mayoría de naciones todavía tenían bastantes restricciones a la movilidad a consecuencia de la pandemia. Cada texto ofrece a los jóvenes (de 9 a 11 años) la posibilidad de romper los límites de su realidad y de desconfinar su mirada. 

Y así llegamos al final del viaje, al menos, por el momento. Mi libro más reciente, La sirena que no sabía nadar (Lastura, 2022), sí está dirigido a primeros lectores (a partir de 6 años). En esta ocasión, es un cuento en prosa que narra una historia de superación. Habla sobre el aprendizaje en equipo, la amistad, la lucha contra los prejuicios, la curiosidad y el cuidado de nuestros mares.

Acabo con un merecido elogio hacia las ilustradoras que han dado vida, con su enorme talento, a mis personajes y escenarios: Susana Román, Paola Sierra y Nayara Rosario. Sus dibujos potencian mis imágenes.

Y, por supuesto, hacia a la Diputación de Granada, Corazón de mango y Lastura.

        

 

       

    

martes, 21 de febrero de 2023

Una sirena que no se rinde

 


Acaba de salir de imprenta mi nuevo libro LIJ, La sirena que no sabía nadar, de la mano de Lastura, dentro de la colección "Fosforita". Las ilustraciones corren a cargo de Nayara Rosario. La verdad es que no puedo estar más feliz. Es un gusto trabajar con Nayara y en cuanto a Lastura, sólo puedo tener para ella palabras de agradecimiento. Lidia y Ana se han volcado en el libro y el resultado es inmejorable.

El libro ha salido en formato grande y en tapa dura. En cuanto a sus orígenes, la historia nació en una playa de Bueu y cuenta un relato de superación. La idea se nos ocurrió a Ruth Guajardo y a mí de manera improvisada en julio de 2011, pero no fue hasta marzo del año siguiente cuando me puse a escribir el texto. Quiero recordar aquí que el curso 2011-2012 me lo pasé en el paro debido a los recortes en Educación que realizó la consejería de Lucía Figar. No obstante, para mí el subsidio de desempleo fue una especie de beca estatal a la creación literaria (bastante provechosa, por cierto). Me entregué en cuerpo y alma a mi poemario La Guerra de Invierno (futuro premio Internacional de Poesía Miguel Hernández-Comunidad Valenciana. Hiperión, 2013), a mi novela Inercia (Baile del Sol, 2014) y a mi primera obra narrativa infantil, La sirena que no sabía nadar (Lastura, 2022)

Poco puedo decir sobre el contenido del libro, porque apenas tiene 26 páginas. Pero os adelanto que explora valores como la tenacidad, el trabajo en equipo, la defensa ecológica del planeta y la confianza en el otro (o lo que es lo mismo, la lucha contra los prejuicios que nos impiden entregarnos o confiar en alguien diferente).

No quiero acabar esta entrada sin dirigirme a aquellos colegas del gremio que tienen un manuscrito en un cajón de casa, del que poco o nada esperan. Sé lo que supone llamar a puertas que no se abren, lo he padecido en más de una ocasión. Pero al final siempre hay una que te recibe con el cariño y la pasión que tú inviertes y pones en tus libros. Sólo es cuestión de tiempo. De paciencia y de confianza.

 

martes, 14 de febrero de 2023

Tres deseos

Tres deseos, Amalia Bautista. Renacimiento. 2006.

 

 

El presente volumen recoge los cuatro primeros poemarios de su autora: Cárcel de amor (1988), Cuéntamelo otra vez (1999), Estoy ausente (2004) y Pecados (2005). El tomo se cierra con la sección “Otros poemas” pertenecientes al libro en que Amalia Bautista estaba trabajando al publicar el libro.

 

El leitmotive de estas páginas es el amor. Un amor apasionado, desgarrador, efímero y prohibido que se va modulando en cada entrega.

 

En Cárcel de amor lo autora retoma motivos provenzales: la locura que padece quien ama, la pérdida del albedrío. El sujeto que enuncia clama contra el aburrimiento que le producen los amantes previsibles y las situaciones anodinas. Ansía las experiencias excitantes o los felices sobresaltos que le ofrecen otros, pese a arriesgarse a que estos amores se vuelvan imposibles. Muchos de los textos se construyen asumiendo la voz de personajes femeninos bíblicos, mitológicos o históricos.

 

Cuéntamelo otra vez retoma las alusiones culturales y los temas citados. No obstante, introduce un motivo novedoso: las hijas. No faltan tampoco las reflexiones generales sobre la existencia. Bautista aborda ambos asuntos en el espléndido poema “Al cabo”:

 

Al cabo, son muy pocas las palabras

que de verdad nos duelen, y muy pocas

las que consiguen alegrar el alma.

Y son también muy pocas las personas

que mueven nuestro corazón, y menos

aún las que lo mueven mucho tiempo.

Al cabo, son poquísimas las cosas

que de verdad importan en la vida:

poder querer a alguien, que nos quieran

y no morir después que nuestros hijos.

 

 

La melancolía, la tristeza y la desesperanza anidan en Estoy ausente. La vivencia del amor se torna una calle cortada: “Si ya sabemos ambos que ni puedo/ ni puedes hacer nada”. Sólo queda el recuerdo de lo que ya no puede prolongarse: “Y tú tan lejos/ y tan dentro de mí”; y el agradecimiento por los dones recibidos: “Tú, que me diste todo, palabras al silencio,/ tacto a mi piel, asombro a mi mirada,/ calor y luz y fuerza y esperanza”. Los amantes se reencuentran en sueños, pero en la vida real sus vidas no convergen: “Hay alguien en el mundo, no sé dónde,/ o sí lo sé,/ pero mejor lo olvido…”. Si Juana Inés de la Cruz, en el siglo XVII, se cansaba de esperar “lo que no puede esperarse” (el amor de la virreina, la consumación del deseo), el sujeto que enuncia en estos versos siente el mismo desgarro: “¿Hasta cuándo instalada en el esperanza/ de los que nada esperan? [...] ¿Hasta cuándo sin ti? ¿Hasta cuándo con otros?”.    

 

Los textos de Pecados insisten en los mismos temas a propósito de los pecados capitales.

 

La sección de inéditos recoge algunos de los mejores textos del volumen. Me refiero a los magníficos “Ida y vuelta”, “Brindis”, “El puente” y “La torre”. Se trata de poemas que, pese a que reconozcan la existencia de un obstáculo que impide el amor, incitan a entregarse a su vivencia.

 

Tres deseos nos da buena cuenta del estilo inconfundible de Amalia Bautista: el ritmo perfecto, la precisión afectiva, las alusiones culturales, la suave ironía, los finales rotundos, la rica ambientación de cada texto y la claridad formal.

 

Para tenerlo en casa.

 

 

lunes, 6 de febrero de 2023

Próximos eventos


 

Marzo:

21. Fallamos el premio "Hiperión" de Poesía.

 

Abril.

14. Conferencia sobre Las noches de Ugglebo en el IES "Lope de Vega", Madrid, dentro del programa del MEC: "Encuentros con autor".


miércoles, 1 de febrero de 2023

El desierto de los tártaros


El desierto de los tártaros, Dino Buzzati. Alianza editorial. 1ª ed. 1976. 8ª reimpresión, 2022. 267 págs.

 

 

Que la vida iba en serio

uno lo empieza a comprender más tarde

-como todos los jóvenes, yo vine

a llevarme la vida por delante.

 

 

Estos versos de “Nunca volveré a ser joven”, perteneciente al libro Poemas póstumos, de Jaime Gil de Biedma (1968), resumen a la perfección el anhelo vital de Drogo, el protagonista de la excelente novela El desierto de los tártaros.

 

Teniente de profesión, Drogo se siente a los 24 años en la víspera de una maravillosa carrera militar trufada de éxitos, en el amanecer de una vida llena de aventuras bélicas y sentimentales. Con un espíritu abierto a la novedad, deja la casa materna y cabalga hacia su destino: la Fortaleza Bastiani, situada en la frontera con el reino del Norte. Sin embargo, pronto le decepciona el estado de abandono del bastión. Su enclave, en un desfiladero rocoso y solitario frente a un desolado desierto, tampoco le presagia el cumplimiento de su sueño de gloria. Y pese a ello, decide quedarse un tiempo. Poco. No es cuestión de consumir sus mejores años vigilando una frontera que no le importa a nadie. Pero, por otro lado, teme renunciar al puesto justo en el instante en el que se declare la guerra que tanto le ilusiona. Al fin y al cabo, ¿qué hay de malo en esperar unos meses? ¿Por qué precipitarse? ¿Qué prisa tiene? ¿Y si su suerte cambia en el futuro?

 

 

…la primera juventud, un camino que de niño parece infinito, por el que los años discurren lentos, de modo que nadie nota su marcha. Se camina plácidamente, mirando con curiosidad alrededor, no hay ninguna necesidad de apresurarse…

 

 

El gran tema del libro es el tiempo. O para ser más precisos: el tempus fugit. Cada uno de nosotros dispone de un número limitado de días sobre la tierra. Tenemos un plazo para sacar partido a nuestra estancia. En nuestra mano está perseguir nuestras metas o esperarlas. Ser activos o pasivos, ambiciosos o acomodados, luchadores o resignados. De nuestras decisiones depende que acabemos el día como nos aconsejan los filósofos epicúreos, saboreando el vino de nuestros deseos satisfechos (Horacio). O justo lo contrario, lamentando las oportunidades de felicidad perdidas y de plenitud existencial desaprovechadas. 

 

El libro nos interpela. Nos coge de las solapas y nos zarandea para que despertemos a la realidad.

 

 

Pero ha pasado el tiempo

y la verdad desagradable asoma…

 

 

 

Drogo es un modelo por reacción. Un personaje que encarna la actitud a evitar. Un hombre que no vive en el presente, que malgasta su tiempo pensando en el futuro, cuando este, en realidad, no existe, es una ensoñación, un paisaje de niebla. Lo mismo que el pasado. Los epicúreos nos exhortan a vivir el instante. Sólo en el hoy podemos ser felices.

 

A los 54 años, Drogo sigue estancado en la Fortaleza. Ahora es comandante. Su vida no es un sueño, sino una pesadilla. Pues no hay nada más terrorífico que el tedio y el aburrimiento, que carecer de ilusiones y de esperanzas, que comprender que la espera ha sido en vano y que los últimos granos de arena ya descienden a prisa por el reloj, sin posibilidad alguna de retorno.

 

 

… envejecer, morir,

es el único argumento de la obra.

 

 

El desierto de los tártaros nos escribe la existencia estoica de cientos de soldados sin energía para vencer la inercia, la monotonía que los imanta a Bastiani, y ser, así, los dueños de su propio destino. Pero el ideario que impulsó a Buzzati la escritura de su novela es epicúreo. Late en sus páginas un corazón oculto que nos llama a romper las cadenas que aprisionan nuestro albedrío.

 

No es necesario tener siete vidas, como los gatos, para salir de nuestra zona de confort y aventuarnos por un terreno inhóspito, para ser osados, para arriesgarnos.

 

Con una bien vivida, basta.