lunes, 30 de julio de 2012

El éxodo


Emigrantes. Shaun Tan


Emigramos de nuevo. Los españoles hacemos las maletas y nos vamos a China, Méjico, EEUU, Suecia, Finlandia, Alemania, Francia o Inglaterra a buscarnos el pan. Una generación de jóvenes con estudios, talento y dignidad se está llevando fuera la energía que podría alumbrar este país. Y el gobierno no trata de impedirlo, ni las autonomías. Mejor que el magma crítico, la densa oposición a la política estatal, se marche lejos. Quién sabe lo que el río de lava, con ese avance lento que recuerda al de las placas tectónicas, puede arrasar a su paso por los pueblos y las grandes ciudades. España se ha convertido en una potencia exportadora de amigos y parientes. 

José Luis Peixoto publicó en 2011 una novela que describe la emigración portuguesa en la segunda mitad del siglo XX. Entonces no existía el tratado de Schengen, y la libre circulación de personas por territorio europeo estaba perseguida. Poco más ha cambiado desde entonces. El futuro sigue estando para muchos a cientos de kilómetros de casa.

Volvemos al pasado. Atravesamos la frontera para trabajar y abortar. No nos vale con cruzar los dedos para que la demolición de nuestra realidad se detenga. Todavía tenemos mucho que perder. Si queremos frenar el desmorone completo, el exilio de quienes pretendan hablar, manifestarse, reunirse... debemos actuar desde este instante.

lunes, 23 de julio de 2012

Medidas económicas de izquierdas

Congreso de los Diputados
 
"Fue una lástima que ninguno de los que participaron en el debate en las Cortes Españolas hiciese las siguientes preguntas al Presidente Rajoy: ¿Por qué el Estado español decidió congelar las pensiones a fin de conseguir 1.200 millones de euros, en lugar de revertir la bajada del impuesto de sucesiones, con lo cual habría obtenido casi el doble de ingresos ( 2.552 millones). O, ¿por qué en lugar de recortar nada menos que 7.000 millones en sanidad, el gobierno no eliminó la reducción del Impuesto de Sociedades a las empresas que facturan más de 150 millones de euros al año, lo que significa menos del 0,12% de todas las empresas, con lo cual hubieran obtenido más de 5.600 millones de euros? O, ¿por qué quiere ahora establecer el copago sanitario en lugar de aumentar los impuestos de los fondos SICAV y las ganancias especulativas? O, ¿por qué quiere aumentar el IVA, en este momento de recesión, que afectará a las clases populares, en lugar de aumentar el impuesto de Sociedades al 35% para empresas que ganen más de un millón de euros al año, con lo cual ingresaría 14.000 millones de euros más? O, ¿por qué quiere destruir puestos de trabajo en los servicios públicos en lugar de establecer un impuesto a las transacciones financieras, con lo cual, tal como ha señalado el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda, se conseguirían 5.000 millones de euros? O, ¿por qué en lugar de forzar reducciones de los Estados del Bienestar gestionados por las CCAA no reduce la economía sumergida diez puntos, con lo cual aumentaría 38.500 millones de euros?

Estas son las preguntas que deberían haberse hecho y no se hicieron. El señor Rajoy no las habría podido contestar y habría quedado en evidencia, mostrando, que en contra de lo que dice, sí que hay alternativas y sí que hay dinero".

Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales.
Universidad Pompeu Fabra.
 

jueves, 19 de julio de 2012

Se equivocó el Gobierno




No deja de ser paradójico que quienes están destruyendo el estado del bienestar, quienes lapidan la Educación, la Sanidad, el cuerpo de Bomberos y los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado, sean empleados públicos salidos de las urnas. Estos hombres y mujeres, elegidos democráticamente por el pueblo, forman parte de una quinta columna cuya misión consiste en derribar el sistema que les aupó al poder. Desde su atalaya, no escatiman esfuerzos para recortar sus derechos a la ciudadanía, o para privilegiar a las empresas privadas. Curiosa esta política neoliberal, estigmatizadora, excluyente, individualista, por parte de quienes se jactan de ser cristianos. Cristo dividió los panes y los peces entre sus conciudadanos. Obró un milagro en beneficio de todos. Sin embargo, estos otros que comulgan los domingos y después nos gobiernan, primero recortan el sueldo de los funcionarios, cierran minas, colegios, hospitales, teatros, aprueban el abaratamiento del despido, y luego elevan el precio de los productos de primera necesidad… Cuánto tienen que sufrir estos tipos tan paradójicos, tan desnortados. Negaron en sus mítines que Europa nos intervendría, pero han acabado por pedir un rescate. Creyeron que no subirían el IVA. Se equivocaban. Creyeron que los españoles, asustados, permitiríamos que aboliesen nuestras libertades. Se equivocaban. Creyeron que nos dejaríamos humillar por sus diputados, que nos atarían bien corto con su reforma laboral. Se equivocaban. Esta tarde la ciudadanía tomará las calles españolas, inundará Madrid con un único objetivo: mostrar el rechazo a un gobierno goyesco, que devora a sus hijos.    

sábado, 14 de julio de 2012

El ocupante



La escritora británica Sarah Waters acaba de conseguir una emblemática distinción que se remonta al siglo XIII: la Libertad de la ciudad de Londres. Gracias a ella ya puede pasear con la espada desenvainada por Piccadilly Circus, el Palacio de Buckingham y el Banco de Inglaterra. ¡Quién gozase de ese privilegio en Madrid!

Para conmemorar dicho título, os dejo mi reseña de su última obra, El ocupante (Anagrama. 2011), que ha recibido en mi querida Finlandia el premio a la mejor traducción. 

sábado, 7 de julio de 2012

Nadar en agua helada

Si el año pasado Bartleby publicaba un libro de poemas soberbio, ambientado en la Guerra Civil, un rendido homenaje a los vencidos, en un intento por honrar su memoria (Elegía en Portbou, de Antonio Crespo), en este 2012 ha insistido en la recuperación de ese tipo de obras comprometidas, de alto voltaje estético, hondura personal y dimensión histórica (ingredientes que reclamara para la poesía Enrique Falcón en Las prácticas literarias del conflicto, 2010). La diferencia entre ambos libros radica en sus coordenadas. Veredas, al contrario que Crespo, deslocaliza el poemario, lo universaliza, borra la procedencia de la sangre.

Nadar en agua helada está formado por un único poema, de apenas 300 versos, dividido en 47 secuencias. Narra en fragmentos el despiece de una familia a causa de un conflicto armado: la desaparición de un hijo, la huida de un padre. El espacio adquiere un valor simbólico. Veredas nos describe un mundo deteriorado (físico y psicológico), de “vigas quemadas”, “cristales rojos”, “ciénagas”, senderos vacíos, casas llenas de moho… en que los hombres y las mujeres tratan de sobrevivir a la barbarie. No todos gozan de semejante privilegio. Así, los protagonistas unas veces contemplan cómo “los últimos amigos se escondieron en los sótanos”, y otras se convierten en testigos de sus asesinatos: “En las explanadas de cemento se alinearon las tropas. Impusieron pasos rápidos y miradas lentas. Se adentraron en los pasillos y mataron junto a las tapias”. Los personajes se ven obligados a esconderse tras las ventanas o a escapar de su entorno, de modo que el libro oscila entre la ocultación y la búsqueda. Como consecuencia, los sentimientos de abandono y de pérdida se encallan en las vidas de las gentes, que se anegan de sombras y de lejanías. El padre, pese a todo, mantiene intacta la memoria del hijo. Evoca su infancia nombrando pertenencias: “lápices”, “mapas”, “cabezas de fecha”, dibujos y peluches; o recuerda el instante de su nacimiento.

El transcurso de la guerra vaticina un futuro de imposiciones (“No han vencido pero marcarán el trazo de las nuevas avenidas”) que se cumple al acabar la contienda “que barrió la ciudad”. En ese nuevo escenario, miserable, roto, moribundo, podrido, “nadie sostiene deseos”. Los vencidos llevarán a su espalda el peso de la resignación y de la melancolía: “Pronto partirán las últimas naves. Con la lentitud del polvo la desidia ocupará los muelles”. Sin embargo, no se resignarán al olvido ni de lo que fueron, ni de aquello por lo que lucharon, ni de aquellos seres amados que perdieron.

Nadar en agua helada es un libro político en la medida en que posee carga ideológica, se posiciona en el mundo, toma parte. Su lenguaje, además, es intenso. En cada texto en prosa Recaredo dibuja un paisaje emotivo. Con absoluta libertad creativa, une símbolos por vía psicológica, permitiendo al lector un genuino encuentro con la palabra.

Recaredo Veredas, que dialoga, entre otros, con Quevedo, T. S. Elliot, Bécquer o Llamazares, ha escrito un libro emocionante y contenido, crudo y bello. No sabemos si escribirá otros poemarios, pero ha demostrado tener mirada y técnica para comenzar un nuevo camino. 

martes, 3 de julio de 2012

La guerra por los recursos

 Canal artificial de Suez


1869. Canal de Suez. Egipto:

"Cuando Arabi quiso modificar este sistema que convertía al pueblo egipcio en una horda de siervos que trabajaba para los inversores de París y Londres, las escuadras de Francia e Inglaterra no tardaron en aparecer... Lo que conveía a Inglaterra era atribuir a ese conflicto local la magnitud de una anarquía nacional, y de ese modo ofrecer o imponer su favor no ya para castigar los tumultos de un barrio, sino para pacificar todo un país perdido en revueltas. Y de este modo consumaría la llegada del tan apetecido día, tan pacientemente esperado desde principios de siglo... en que tendría al fin un pretexto para asentar en la tierra de Egipto su pie de hierro... Egipto estaba "sumido en la anarquía" y por tanto competía a Inglatera defender esa parte preciosa de la tierra egipcia, el canal de Suez, y evitar que cayese en las manos de Arabi o de cualquier otro dictador musulmán hostil... Inglaterra, bajo el pretexto de pacificar Egipto, desembarcaría en Alejandría, ocuparía Port Said y Suez (las dos puertas del canal) con la excusa de operaciones militares... Después nunca más volvería a arriarse de esos puntos estratégicos del camino a India la bandera inglesa..." 

Estampas egipcias, José Maria Eça de Queirós.
Traducción de Martín López-Vega.



 Portaaviones estadounidense en Ormuz


2012. Estrecho de Ormuz:

"Irán y EE UU vuelven a lanzarse advertencias en el golfo Pérsico. Mientras el primero prepara una legislación para impedir el paso de Ormuz a los países que le están sometiendo a un embargo y realiza maniobras militares con misiles, el segundo ha reforzado su presencia militar en esas aguas con el objetivo de impedir el cierre del estrecho por el que sale una quinta parte del petróleo mundial. "La Marina de EE UU ha duplicado el número de dragaminas asignados a la zona, hasta ocho navíos”, revela The New York Times. Además, ha desplazado al Golfo su primera base de operaciones flotante, un transporte anfibio reconvertido y barco de atraque bautizado como Ponce... El estrecho de Ormuz es la principal salida para el petróleo de Arabia Saudí, EAU, Irak y Kuwait, y para el gas de Qatar. En 2011, entre 13 y 15 petroleros con un total de 17 millones de barriles de crudo cruzaron diariamente esa estrecha vía de agua..."

El PaísÁngeles Espinosa.




Golfo Pérsico


2010. Calabardina:

"El problema que la Humanidad va a experimentar muy pronto –o ya está empezando a experimentar– no tendrá lugar cuando se acabe el petróleo, sino cuando llegue a su punto máximo posible de producción mundial, en la cúspide de una curva de producción en forma de campana, y cuando dicha producción comience irremisiblemente a declinar. Porque este punto de inflexión marcará el momento preciso en que cada vez más gente dispondrá de cada vez menos energía, lo cual acelerará y agudizará calamitosamente las guerras por los recursos que hoy vemos en los diversos escenarios mundiales..."

Pedro Prieto