martes, 31 de marzo de 2020

4º Historia de una escalera



Prueba de lectura de Historia de una escalera.

Vas a demostrar que has leído dicha pieza dramática mediante la creación de una nueva escena, añadiendo a la obra un último acto.

Pasos:

  1. ¿Qué puesto numérico ocupará este nuevo acto? Ponlo en números romanos.
  2. Ambienta tu escena en el mismo espacio escénico que ideó Buero Vallejo.
  3. Sitúa la escena durante el periodo de confinamiento que vivimos a día de hoy.
  4. Los personajes de la escena deberán ser descendientes de los originales.
  5. Estos personajes deberán recordar acontecimientos pasados, transcurrridos en los actos anteriores, para mantener la cohesión de la obra.
  6. Construye personajes análogos a los de Vallejo: esperanzados y pesimistas, activos y pasivos.
  7. Elige un motivo de conflicto que enfrente a dichos personajes y desencadene la trama de tu escena (puede ser amoroso, social, político, laboral, educativo, sanitario, familiar…). Recuerda que dicho elemento tiene que estar relacionado con nuestro momento histórico, con los motivos que han propiciado el estado de alarma.
  8. En las acotaciones externas se deberá aludir a los cambios que se han producido en el espacio escénico de la obra (qué ha cambiado, qué se mantiene igual).
  9. También ha de haber referencias a los vecinos anteriores y a los inquilinos nuevos (recuerda los años en los que transcurren los actos previos de la obra, para no caer en incoherencias).
  10. Alguna familia a la que se aluda, o los protagonistas, debe responder a los nuevos patrones sociales (matrimonios LGTBI con o in hijos, familias de origen emigrante, parejas sin casar, hombres y mujeres que viven solos…).



Paso previo a la escritura: reflexiona sobre las indicaciones anteriores.

Realiza una lluvia de ideas para elegir las opciones creativas que más te motiven.

Estructura previamente tu escena, antes de elaborarla.

Tu escena debe tener entre 2-3 páginas.

Repasa la ortografía.

Tienes hasta las 19:00 del día de hoy para enviarme tu texto a mi cuenta de gmail.

Esta prueba será valorada del 0 al 10 y contará para la nota del 3º trimestre.




jueves, 26 de marzo de 2020

Gacela del amor desesperado

 
Lee el siguiente poema y realiza las actividades que se piden a continuación:


Gacela del amor desesperado


La noche no quiere venir
para que tú no vengas
ni yo pueda ir.

Pero yo iré
aunque un sol de alacranes me coma la sien.
Pero tú vendrás
con la lengua quemada por la lluvia de sal.

El día no quiere venir
para que tú no vengas
ni yo pueda ir.

Pero yo iré
entregando a los sapos mi mordido clavel.
Pero tú vendrás
por las turbias cloacas de la oscuridad.

Ni la noche ni el día quieren venir
para que por ti muera
y tú mueras por mí.


  1. Federico aborda un binomio temático típico de su obra, ¿cuál?
  2. Identifica a los enemigos de la pareja de amantes. ¿Quiénes son? ¿Qué tratan de impedir?
  3. Dichos enemigos, no obstante, en la lírica medieval propiciaban los encuentros de los enamorados. ¿Recuerdas cómo se llaman las composicones referidas a uno y otro?
  4. Frente a la adversidad, ¿qué actitud muestran los protagonistas? ¿Qué hacen?
  5. Analiza las cuatro imágenes visionarias del texto. ¿Qué significa cada una?
  6. ¿Qué rasgos típicos de la lírica tradicional encuentras en él?
  7. Señala la estructura del poema.
  8. El texto se titula “Gacela del amor desesperado”. ¿Con qué figuras retóricas evoca el autor dicha emoción de desesperanza? Localízalas.
  9. Relaciona este poema con la biografía sentimental del propio Federico.
  10. ¿Te parece un motivo actual? Arguméntalo.



lunes, 23 de marzo de 2020

Fallamos el Premio Hiperión


 
XXXV PREMIO DE POESÍA HIPERIÓN


        En este extraño 20 de marzo de 2020 en que se conmemora el 250 aniversario del nacimiento de Friedrich Hölderlin, el Día de la Poesía y de los árboles y el comienzo de la primavera, acosados por un virus excesivamente contagioso y dañino, dada la imposibilidad de reunirnos para fallar el Premio de Poesía Hiperión y carentes de medios técnicos para realizar una videoconferencia, pero modestamente conectados por internet y por teléfono, los integrantes del jurado de dicho premio (Ben Clark, Francisco Castaño, Ariadna G. García, Jesús Munárriz y Benjamín Prado), hemos decidido por unanimidad declarar ganador único del XXXV Premio de Poesía Hiperión el libro Hijos de la bonanza, del que es autora Rocío Acebal, de 22 años.
         Rocío Acebal nació en Oviedo en 1997. Estudia Doble Grado en Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III de Madrid. Desde 2014 es editora de la revista Maremágnum. Ha publicado el poemario Memorias del mar (Valparaíso Ed., 2016) y colaborado en las antologías Diversos (Círculo Cultural de Valdediós, 2015), Mucho por venir: muestra consultada de poesía asturiana (Ed. Maremágnum, 2018) y 52 semanas (Entropía Ed., 2019).
        Poemario lúcido, hondo, preciso, grave e irónico, Hijos de la bonanza es un hito que repasa los asuntos más controvertidos para nuestros jóvenes: el contraste entre la formación académica y las expectativas laborales, la emancipación de la mujer o los cambios generacionales. El jurado pondera su estilo claro y elegante –sustentado en poderosas imágenes y símbolos–, su perfección rítmica –los cierres son rotundos–; y su actualidad temática. No en vano, parece visionario: “No vamos a vivir mejor/ que nuestros padres, pero al menos/ sabemos que podremos resistir”.
          Teniendo en cuenta lo anómalo de la situación, con todas las librerías del país cerradas y suspendidas todas las ferias del libro, no sabemos cuándo se podrá publicar y distribuir el libro ganador, pero en cuanto volvamos a la normalidad, será el primero en ser impreso y difundido por la editorial.


sábado, 21 de marzo de 2020

Salgo en El Cultural



Hoy, Día de la Poesía, el El Cultural anuncia en portada una antología de doce poemas inéditos escritos por otros tantos poetas. Con el título "Poemas para una cuarentena" trata de estimular la imaginación y los sentidos de los lectores ahora que se cumple nuestra primera semana de confinamiento, tras decretarse el sábado pasado el Estado de Alarma.

Participamos en dicha selección: Antonio Colinas, Luis García Montero, Ariadna G. García, Ben Clark, Juan Antonio González Iglesias, Luis Castro, Karmelo C. Iribarren, Raquel Lanseros, Rosa Berbel, Manuel Vilas, Chantal Maillard y Elvira Sastre.

Os dejo mi poema, una ventana abierta a la naturaleza, un modo de romper el aislamiento.


Aquí tenéis el enlace a la revsita:

https://elcultural.com/versos-ineditos-e-inmunes-para-el-dia-de-la-poesia


viernes, 20 de marzo de 2020

Materiales complementarios sobre el Grupo del 27. 4ºB y F.


Elige uno de los siguientes documentales y haz un resumen.


1. Para saber más sobre Federico García Lorca, el célebre poeta de Granada, puedes ver este extraordinario documental de Canal Sur.   


2. En este otro, Las sin sombrero, encontrarás información sobre las poetas olvidadas del Grupo del 27. 


3. Para hacerte una idea general del grupo y oír a sus autores, escucha este podcast del programa Documentos (RNE): La poesía joven mira a la Generación del 27, donde los poetas nacidos a finales de los 70 hablamos “con” Alberti, Salinas, Diego, Aleixandre... Yo “cruzo” unas palabras con Jorge Guillén. 


Fecha límite de entrega, a mi correo de Gmail: 25 de marzo. 


jueves, 19 de marzo de 2020

1ºE. Actividades libro de lectura (I)

En Las noches de Ugglebo se describen tres catástrofes ecológicas. Dos han ocurrido ya. Una todavía no, pero la naturaleza nos da pistas sobre la posibilidad de que acontezca a medio plazo.

Las catástrofes ya acontecidas están relacionadas con los siguientes sucesos:
A)   Hundimiento de un barco petrolero monocasco, el Prestige, frente a la costa gallega, en 2002.
B)   Maremoto en Japón, cuya consecuencia inmediata fue la pérdida de control de la central nuclear de Fukushima, en 2011.

Infórmate sobre ellos en los siguientes enlaces:






Actividad 1: ¿De qué manera afectan estos episodios a las aves rapaces nocturnas que protagonizan la fábula? Descríbelo.


Como decíamos, una de las catástrofes ecológicas que relata el libro no ha tenido lugar, pero podría darse en un futuro. Se trata de la aparición de megatsunamis como consecuencia del deshielo de los glaciares, debido al cambio climático y el recalentamiento global.

Infórmate sobre esta amenaza en los siguientes enlaces:




Actividad 2: ¿En qué monento de la historia se habla de este asunto? ¿Por qué? ¿A qué personaje afecta? ¿De qué modo determina su vida?


 Envíame las respuestas a mi correo de Gmail. Plazo 1 de abril.



martes, 17 de marzo de 2020

4ºB y 4ºF. Federico García Lorca. I


1. Lee el siguiente texto y realiza las actividades que se plantean a continuación:


Aurora


La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.

                                                Poeta en Nueva York. Federico García Lorca




A)   Determina el tema.
B)   ¿Cuál es la estructura del poema? Resume el contenido de cada parte.
C)   ¿Qué tipo de texto predomina claramente en los versos? Razónalo.
D)   Explica a qué se refiere la metáfora: “cuatro columnas de cieno”.
E)    Haz una lista de sustantivos relativos a la naturaleza. ¿Qué valor semántico tienen? ¿A qué crees que se debe?
F)    Elabora una lista que recoja los adjetivos del texto. ¿Qué connotan? Arguméntalo.
G)   Busca alusiones al desarrollo tecnológico y mecánico. ¿Qué te evocan?
H)   En el texto hay una metáfora animalizada de dimensiones bíblicas. Encuéntrala y explica su significado.
I)     ¿Qué sentimiento ha sido abolido de la ciudad? En sustitución de este, ¿qué otro valor prevalece ahora?
J)     Analiza la presencia humana dentro del texto. ¿Qué vidan llevan los habitantes de Nueva York? ¿A qué puede deberse?
K)   ¿Qué critica, por lo tanto, Federico García Lorca en su texto?
L)    ¿Te parece un motivo actual? Defiende tu punto de vista en un ensayo.

Envíame las respuestas a mi cuenta de Gmail

 

domingo, 15 de marzo de 2020

Ciudad sumergida en Lectura y signo, 2019. Unileón.

 
      G. García, Ariadna (2018). Ciudad sumergida, Madrid: Hiperión, 68 pp.

Juan Carlos Abril

«Que en la ciudad oculta, sumergida, / el viento no derriba la esperanza, / ni hay gente que te imponga sus razones. / Allí puedes ser tú en libertad, / y macerar tus sueños hasta el logro.» (p. 64, de «Ciudad sumergida»). Estos son los versos finales del poema homónimo y final del libro que nos ocupa, Ciudad sumergida. Vemos que se nos ofrece una visión bastante optimista, más de lo que pudiera preverse en cualquier diagnóstico acerca de las oportunidades que disponemos, sobre todo teniendo en cuenta que la ciudad y el mito que representa, en su modernidad, han estado tradicionalmente cargados de negatividad: «Mi destino me espera en la ciudad / esculpida en el lecho submarino» (p. 63). La voz verbal busca su refugio, un espacio fuera de peligro en una especie de burbuja.
Parece que la poeta tiene muy claro el alcance de sus aspiraciones, que nunca se encontrarán entrecortadas, pues no olvidemos que se trata de una ciudad oculta y sumergida, con lo que se acentúa el misterio del otro lado, es decir de la otredad a la que constantemente nos enfrentamos, llámese otra persona o mundo alternativo, representado sobre todo por la naturaleza. Si la ciudad se configura como una suma de los yoes, en este libro Ariadna G. García abraza un concepto colectivo en el que, más allá del nosotros, se trasciende la individualidad para engastar al sujeto contemporáneo en la especie humana. Quizá deberíamos recordar la noción de homo bulla, para subrayar esa protección. Optimismo sin ingenuidad ni poso roussoniano, la autora da cuenta de una suerte de certidumbre antropológica con la que hemos emprendido la lectura de Ciudad sumergida por el final, pero que ahora retomamos en su inicio. En efecto, el mundo natural se halla muy presente desde los primeros versos, y es que las partes del poemario son cinco, a saber, «Devenir», «Memoria», «Origen», «La Tierra» y un «Epílogo», con el que se cierra el volumen y que consta de un solo poema, el citado y homónimo del libro.
«Los ciclos vegetales / son puro devenir.» (p. 15), se afirma desde los primeros dos versos, con los que se nos introduce en la naturaleza y se nos presenta el cambio como constante epistemológica en la que nosotros nos incluimos, desde la que alcanzamos sentido. Devenir significa realidad entendida como proceso o cambio continuo, por lo que lo único que permanece es el cambio. Esta concepción proteica de la vida, en la línea del clasicismo, acabará convirtiéndose en una marca ideológica que nos espoleará o impulsará a pensar que todo es mejorable, aunque, ya se sabe, también se puede ir a peor. Nos sirve de base, por el momento, para entender nuestro lugar en el mundo, nuestra identidad, comparando los ciclos naturales con los ciclos familiares, la muerte y la renovación de la vida. La autora le escribe a su abuela: «Tú conservas la herencia de tus padres, / legado que algún día yo dejaré a mis hijos» (p. 17). Así, la segunda sección del libro, titulada con acierto «Memoria», plantea un guiño retroactivo del lector con su propio pasado genealógico a través de la experiencia de la poeta, del recuerdo de sus abuelos, la Guerra Civil, y la condena del Alzheimer, esa enfermedad que ataca especialmente a la memoria, borrándonos el recuerdo: «Asisto a la condena de tu envejecimiento, al exilio de tu propia conciencia» (p. 23). La alternancia del poema en prosa dotará a Ciudad sumergida de un dinamismo necesario rítmicamente, combinando fundamentalmente endecasílabos y alejandrinos con idas y venidas prosódicas, que apreciaremos mejor en «La Tierra», lo que dotarán al poemario de un certero equilibrio. Justo antes, «Origen» ocupa no por casualidad el núcleo del conjunto y presenta la esperanza embrionaria en la entraña de la madre, tematizada en la propia poesía y en el libro, en el vientre de una nueva generación que vuelva a dar, con su existencia, sentido al mundo. De manera elegante, asistimos a una reivindicación LGTBIQ que se trasciende por el amor de los seres humanos, más allá de la polaridad del género, del esencialismo moral o social o los reduccionismos del lenguaje. Ariadna G. García le escribe desde esa nueva intimidad a su mujer y a sus futuros hijos, criaturas placentarias a las que les habla y susurra su fe en la vida, y que significan el porvenir. «Sé que os hablo y me oís. Necesito creerlo / en este abismo helado que nos acecha, insomne.» (p. 33). El mundo, como podemos observar, se describe como abismo helado, y frente a eso toman cuerpo, igual que los próximos seres humanos que se desarrollan en su líquido amniótico, los individuos en una ciudad sumergida que se protege de los peligros del mundo exterior, estableciendo un paralelismo.
          «La Tierra» entronca con esa concepción de la maternidad y la fecundidad en relación con Gea o Cibeles, la diosa madre, y desde el inicio hasta el final hay una identificación nítida del sujeto con la naturaleza: «soy el copo de leche […]» (p. 42), «soy el sudario frío […]» (p. 43), «soy la mora […]» (p. 44), «soy un dolor […]» (p. 45), etc., hasta llegar a la conclusión o certeza de que «encarnamos un ser» (p. 47) y al «somos» (ibíd.), que se repite en varias composiciones. Del yo al nosotros, por tanto, «soy el sueño que viaja de un ser humano a otro» (p. 51), pero sin ingenuidades, como decíamos, pues la conciencia ecologista en la que se engasta este discurso no se puede asociar más que de manera transversal a reivindicaciones universales de justicia social. El juego de desdoblamiento del yo hacia el tú, soy/eres, se proyectará en el «somos» (p. 53) para mantener «habitable / el planeta» (ibíd.). La aventura del fragmento o poema «VII», quizás el más estimulante de todo el libro, a nuestro modo de ver, junto con el «VIII», proporcionarán otra dimensión ficcional desde la que se cumple ese homo bulla antes citado. Por eso, quizás esta sección, que airosamente desemboca en la toma de conciencia de un engagement ecologista, sea una novedad en la poesía española actual, desde esta perspectiva, y habría que detenerse a reflexionar. La poeta, bien conocedora de la tradición áurea como de las más recientes, nos invita a ello: «Ha llegado la hora de que olvides tu proyecto solitario, / y de que emprendas conmigo una defensa común» (p. 55), o «Implícate en las cosas que te atañen» (ibíd.), abandonando el romántico solitaire/solidaire e interpelándonos hacia un proyecto dialógico más allá de la posmodernidad. Este largo fragmento o poema final de esta serie, el «X», concluye de manera vehemente con los siguientes versos: «Mujeres y hombres de las históricas ciudades europeas, / de las grandes metrópolis asiáticas, orientales, africanas y americanas: / Demos un paso atrás. / Hacia nosotros. / Hacia el futuro. / Sonrientes y unidos. // Somos / naturaleza.» (p. 57). Un paso atrás para frenar el ritmo de producción capitalista, el consumismo y la degradación del medio ambiente. Aunque sin duda alguna, un paso hacia adelante.

domingo, 8 de marzo de 2020

Feminismo desde el siglo XVIII


 
El feminismo en el siglo XVIII

Las mujeres son educadas para anularse como personas. Se olvidan de sí en aras de la felicidad de sus maridos, a quienes deben complacer en todo. La culpa, la vergüenza o la penalización social les hace obedecer las decisiones que sus familiares toman por ellas: les eligen esposo, y les arreglan matrimonios de conveniencia con hombres que les sacan varias décadas. Para Rousseau, el estado natural de la mujer es la dependencia, rechaza que pueda razonar y niega que esté capacitada para recibir la misma educación que el hombre.

Benito Pérez Feijoo. Teatro Crítico Universal. 1726

En grave empeño me pongo. No es ya sólo un vulgo ignorante con quien entro en la contienda: defender a todas las mujeres […] A tanto se ha extendido la opinión común en vilipendio de las mujeres, que apenas admite en ellas cosa buena. En lo moral las llena de defectos, y en lo físico de imperfecciones. Pero donde más fuerza hace, es en la limitación de sus entendimientos. Por esta razón, después de defenderlas con alguna brevedad sobre otros capítulos, discurriré más largamente sobre su aptitud para todo género de ciencias, y conocimientos sublimes. […]


 El feminismo en el siglo XIX

Aparecen ahora dos tipos de mujeres: las que optan por la instrucción y la cultura, sin renunciar al matrimonio; y las que centran sus esfuerzos en casarse. Frente a la educación ornamental, se reivindica su derecho al trabajo.


Leopoldo Alas “Clarín”. Amor y economía. 1879

El novio que Vd., hermosísima lectora, se escoge, es un novio en la verdadera acepción de la palabra. El novio que escoge su papá de Vd. es el novio económico. Excuso decir que el novio económico suele ser más viejo y más feo que el otro. Pero Vds., pías lectoras, suelen casarse por la economía. Un señor alemán muy excéntrico y que tenía un apellido muy raro (¡figúrense Vds. que se llamaba Schopenhauer!) dijo que los mejores matrimonios son esos que no se hacen por amor, sino por arreglo, porque en ellos no se sacrifica el individuo a la especie, como sucede en los consorcios por cariño, en los cuales sin más fin que el de.... Verán Vds.; esto se puede decir de muchas maneras;... yo diré.... arrullarse (no es precisamente arrullarse) estos esposos olvidan su propio interés y trabajan inconscientemente por la especie, es decir, porque no se acabe el mundo. Casi todas Vds. prefieren el novio económico al novio inconsciente que se sacrifica a la especie. Si las generaciones que nos han precedido en vez de pasarse las horas muertas cantando los desdenes de las ingratas hubieran resuelto el problema del amor y la economía, a estas horas la mujer en vez de ser esclava de sus necesidades, cubiertas estas, viviría en la atmósfera purísima del idealismo. La mujer quiere amor; conoce que ha nacido para el amor, su corazón se lo pide, el cuerpo lo reclama, y está dispuesta, como el más pintado, a perpetuar la especie, en lo que de ella dependa. Pero, por lo mismo que quiere el amor de veras, procura el amor en condiciones de viabilidad. Si se une a un novio no económico, que no tiene donde caerse muerto, ya sabe que su amor será hambre para hoy y hambre para mañana. Pues entonces ¿qué se ha de hacer? Una de dos: o hagamos ricos a todos los hombres para que la mujer pueda escoger, no según la economía, sino según el amor, o.... y esta es mi tesis.... o pongamos a la mujer en condiciones de ganarse la vida, de ser económicamente libre, independiente, para que si su corazón se lo pide, pueda cargar con uno de tantos amadores sin oficio ni beneficio.


El feminismo en el Fin de Siglo

J. Stuart publica La sujeción de la mujer (Londres. 1869), donde pide la supresión del matrimonio por conferir poderes legales a los maridos sobre sus esposas.   


Pío Baroja. La ciudad de la niebla. 1909.

A la hora del té se reunieron en el salón varios amigos de Wanda […] dos señoritas rusas, escritoras, una de ellas hombruna, morena, de ojos negros, facciones pronunciadas, andares decididos e indumentaria masculina. Se llamaba Julia Garchin. Ésta […] quería la supresión del matrimonio y la igualdad absoluta de derechos entre los dos sexos. […]
-La igualdad sería imposible -dijo el marinero noruego-; la mujer no sirve para las mismas faenas que el hombre. No vale para muchas cosas.
-Yo creo que vale más.
-¿Hasta para subir al palo mayor? -preguntó irónicamente el marino.
-Para todo. Además tiene más nervio, mayor vigor moral, y es capaz de cualquier sacrificio para ayudar a la emancipación humana, el hombre moderno, cobarde y vicioso, no piensa más que en sus placeres y en su satisfacción personal. […]
-Yo creo que lo que dice Julia es verdad -repuso Wanda-. La mujer es tan fuerte como el hombre.
-Sería mejor decir -agregué-: el hombre es tan débil como la mujer.
-El odio con que se miran los hombres allí, oculta un poco la curiosidad, la envidia y los demás sentimientos femeninos -afirmó mi padre.
-¿Femeninos solo? -dije yo.
-Los llamamos femeninos replicó Roche- aunque sean tan frecuentes entre los hombres como en las mujeres. Cuando triunfe el feminismo, ustedes llamarán a las malas pasiones que denigran sentimientos masculinos, y se habrán vengado.





                                                                                         La novela se localiza en Londres, ciudad industrializada y cosmopolita. María Aracil entabla amistad con dos mujeres pintoras con las que convivirá en un piso de alquiler. 







 





  Garchin recoge el ideario libertario de la escritora Alexandra Kollontai, quien aboga por el amor libre: unión basada en el respeto y en el reconocimiento mutuo de la libertad del otro.                                                             



 
                                              Baroja critica los caracteres que Rosseau adscribió a las mujeres, fundamento de su educación diferencial. 


El feminismo en los años 20 y en la II República

En los años 20 se crea la Asociación Nacional de Mujeres Españolas, institución dirigida por Clara Campoamor y Victoria Kent, que reclaman el sufragio femenino, que aprobará la República en 1931.


Enrique Jardiel Poncela. Amor se escribe sin hache. 1929.

Sucesivamente Sylvia amó a toda la servidumbre que se afeitaba y vivía en el castillo.
Y la noche en que se cumplía el novenario del entierro de lord Brums, sir Ranulfo Maculay ofreció su brazo a Sylvia, la llevó al hall del castillo y le habló así:
-Sylvia: eres ya una mujer…
-Lo sé -replicó ella, que aborrecía los prólogos inútiles.
-Y yo, Sylvia soy un hombre…
-Lo sospeché al momento, sir Ranulfo.
-Pues bien, Sylvia; cuando un hombre y una mujer se han encontrado solos como nosotros, se han casado. Esto viene ocurriendo desde el tiempo de Adán.
-Adán y Eva no se casaron, sir.
-Por eso su pecado fue original. Pero tú y yo, que somos más vulgares, debemos casarnos.

.
                                                             
Parodia de la novela erótica, género que tuvo un éxito arrollador durante los años 20 y 30 por causas familiares –matrimonios de conveniencia– e individuales –represión sexual–). Esta obra caricaturiza los tópicos del género y ofrece una visión emancipadora de la mujer: sexualmente activa y celosa de su libertad. 



El feminismo en la Dictadura I (de la posguerra a 1959)

El régimen militar abole los derechos de las mujeres y regula una legislación que les niega su autonomía. Las esposas necesitan un permiso especial de sus maridos para trabajar, abrir una cuenta bancaria o solicitar el pasaporte. La educación segrega a chicas y chicos, que reciben una instrucción diferenciada hasta 1970. Pese a los usos amorosos de la posguerra, las escritoras tratan de ofrecer modelos femeninos alternativos.


Ana María Matute. Luciérnagas. 1949 (1955).

1. Bah, no tengas miedo -quiso tranquilizarla, ahogando sus propios temores-. Nadie me va a comer, y esto nos puede ayudar mucho. Ya tengo casi dieciocho años. No puedo estar de manos cruzadas. Debes comprenderlo, mamá. Los tiempos han cambiado.


2. Sol. Óyeme. Es verdad que no entra en mi mundo, en mi vida, esto que me dices. Que me duele, como solo tú puedes saberlo. ¡Pero no quiero dejarte ni ahora ni nunca! [...] Haremos lo que sea para arreglarlo, para que seas feliz.




1.
                                               
Como Katniss Everdeen, Sol asume la responsabilidad de sostener a su familia tras la Guerra Civil, ante la pasividad de su madre, cuyo marido es asesinado.

 
 



 
2. Sol se queda embarazada de su amante, y la madre, pese a que no están casados, acaba aceptando la situación.                       


El feminismo en la Dictadura II (de 1960 a 1975)

El feminismo en España empieza a cobrar importancia a partir de 1965, que se crea el Movimiento Democrático de Mujeres, vinculado al Partido Comunista. En 1974 se celebra, con apoyo de la UNESCO, el Año Internacional de la Mujer. Entre las reivindicaciones de los colectivos feministas se encuentran: la eliminación del delito de adulterio, la despenalización del uso de anticonceptivos o la despenalización del aborto.


Alejandra Pizarnik. Diarios. 1962.



Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero.




El feminismo en la Transición y en la Democracia

Son muchas las conquistas logradas, aunque queda por erradicar la violencia de género, o acabar con el machismo institucional.


María Luisa Mora Alameda. Este largo viaje hacia la lluvia. 1987.

Dame la mano, amor, que no podemos
descansar todavía. […]
Si no puedes con todo
te llevaré en los brazos.
Has visto que soy fuerte
y que puedo arrasar todo el abismo.
Mataré los juagares si se atreven
a acercarse a nosotros.
Antes de que emprendiéramos el viaje
cogí todas las armas
que tú me regalaste
y me mentalicé para la lucha.
Puedo con el desdén de las anémonas,
con la desilusión
de todos los reptiles,
con la envidia mortal del aguacero.
Apóyate en mi hombro.
A mí nada me agota,
ni siquiera la lluvia.

El poema subvierte el rol pasivo, débil, asociado tradicionalmente a la mujer.                                             



En 2016, SM me encargó realizar una antología de temas literarios que abarcara desde el siglo XVIII hasta la actualidad, el cuaderno acompaña al libro de texto de 4ºESO. En primera instancia, uno de aquellos motivos fue el Feminismo, aunque finalmente, lo acabaron descartando. Aprovechando que hoy el 8 de marzo, lo publico en mi blog. Las notas y la selección, por tanto, son de mi autoría. 
 

martes, 3 de marzo de 2020

Ernesto Cardenal y el amor

En el mundo actual, que reduce nuestras existencias a la satisfacción de los deseos, al consumo de bienes de lujo, al hedonismo o al individualismo caprichoso, es urgente recuperar un valor limado, otrora peligroso por lo transgresor de su mensaje, me refiero al Amor. Ernesto Cardenal, en un libro señero, Canto cósmico (1989), ya nos recordaba su importancia para transformar el mundo: “Sólo el amor es revolucionario”. Jesucristo fue asesinado por defender su causa. Nuestros escritores ascético-místicos del Renacimiento vieron cómo sus obras caían en los Índices de Libros Prohibidos por enarbolar su bandera. “El que ama cumple la ley”, sentenciaba Juan de Valdés en su Diálogo de doctrina cristiana, y al poco tuvo que exiliarse a Nápoles. Y es que su cristianismo evangélico chocaba con el meramente ritual, fariseo y litúrgico de entonces, es decir: se plegaba a la Reforma. Ernesto Cardenal (abanderado de la teología de la liberación), como Osuna o Estella, pasando por fray Luis de León, era contrario al cesarismo gubernamental y abogaba por un Estado libre de violencia. Todos ellos, por tanto, compartían un misticismo de signo polítco. “Sólo el amor es revolucinario” escribía hace más de treinta años, y ese lema es nuestra única oportunidad para salvar el mundo de la avaricia humana. Lo avala Jorge Riechmann cuando dice: “creo que la única esperanza no engañosa es la esperanza en que seamos capaces de construir comunidades justas de seres compasivos” (¿Vivir como buenos huérfanos?, 2017). Pero para alcanzar esa empatía o solidaridad debemos desvestirnos del hombre viejo, terreno y vestirnos del hombre nuevo, celeste. Ya lo anunciaba San Pablo en su Carta a los corintios. Y no a otra cosa dedicaban sus esfuerzos los místicos del siglo XVI. 
A día de hoy, necesitamos como el aire un Humanismo ecológico al que sólo llegaremos por una revolución espiritual (de consecuencias políticas) que nos ligue a la naturaleza. Ernesto Cardenal, en Canto cósmico, hablaba de “una unión primordial” con el Todo. Quizás cuando entendamos que “el universo es amor” y aceptemos nuestro destino de seres amantes, protectores y cuidadosos los unos de los otros (y de las demás especies) logremos alcanzarlo.