lunes, 17 de enero de 2022

Mi blog cumple 10 años


 

El 31 de julio del 2011 me fui al paro. No sería la última vez. Tampoco sería la única profesora interina de la Comunidad de Madrid en irse a engrosar las filas del INEM. En realidad, fuimos 6.000 profesores de Secundaria. Si os acordáis, en septiembre de aquel año la Marea verde comenzó a inundar las calles de la capital. Profesores, maestras y familias exigíamos a Lucía Figar (la consejera de Educación por aquel entonces) la contratación de todos los docentes despedidos. No hubo manera. Recuerdo el estrés con el que viví aquel primer trimestre de ese curso al que yo no había sido invitada. La sensación de fracaso. El convencimiento de que la administración estaba cometiendo un error mayúsculo, porque lo mío es vocacional. Amo la enseñanza, me encantan mis alumnos. Y allí me encontraba yo: en el despacho de mi casa, con varias oposiciones aprobadas sin plaza, esperando que la lista de interinos me alcanzase. El segundo trimestre me lo replanteé. Vi las oportunidades que me ofrecía el paro. Tenía una novela estancada y un libro de poemas apenas comenzado. Así que me tomé la prestación a la que tenía derecho como un beca de creación literaria para terminar mis libros. Y vaya si la aproveché. Acabé de un tirón el primer borrador de Inercia (novela que publiqué en 2014 gracias a Baile del Sol) y concluí las secciones 2ª y 3ª de La Guerra de Invierno (futuro premio internacional “Miguel Hernández-Comunidad Valenciana”, que sacó Hiperión). No obstante, aquello no era suficiente. Necesitaba clamar contra la injusticia que estaba padeciendo, dar rienda suelta a mi indignación, canalizar mi rabia. Y así fue como abrí mi blog, El rompehielos. El 17 de enero del 2012 puse a navegar mi buque con una reseña de Jorge Riechmann. Para entonces ya tenía amueblado el buque con páginas dedicadas a mis libros. En esos primeros compases publiqué de todo: reseñas de películas, de libros; artículos de opinión sobre cambio climático, estratificación social, educación… Con el tiempo me percaté de que el blog era una gran plataforma para dar visibilidad a las reseñas literarias que iba publicando en los diferentes medios con los que colaboraba (La tormenta en un vaso, Culturamas, micro-revista, La estafeta del viento, Turia…), y comencé a enlazarlas. Poco a poco esas colaboraciones se me quedaron pequeñas y empecé a escribir artículos de crítica para mi propio blog. Han pasado diez años. En este tiempo he publicado, con la de hoy, 678 entradas. Mi ritmo de edición es constante. Suelo sacar entre 63 y 77 post al año. Un objetivo modesto y asequible. Mi entrada más leída en un post sobre la novela juvenil El reino de las tres lunas, de Nando López (6.190 visitas). La siguen las que dediqué a mi poemario Ciudad sumergida (2.840), al álbum infantil Tres con Tango (2.080), a Carmen Jodra (1.490) y a las oposiciones del 2016 (1.310). En total, he recibido casi 300.000 visitas. Mi pico lo alcancé el pasado mes de julio, cuando 12.000 lectores se subieron a bordo para leer mis reseñas de la trilogía “Crónicas del Parásito”, de César Mallorquí. Desde hace un lustro recibo una media de 3.000 visitas mensuales. Teniendo en cuenta que publico unas 6 entradas al mes, no está mal. La mayoría de lectores procede de España, pero también los hay de los EEUU, Italia, Suecia, Rusia, Alemania, China, México y Colombia (entre otros países). Mi meta a corto plazo es la misma de siempre. Mantener un ritmo cómodo de publicaciones. Ya sabéis que soy poeta, novelista, reseñista, traductora, profesora y madre de mellizos. Seguiré abriendo rutas en el hielo, pero lo haré con calma. Aprovecho para agradeceros vuestra presencia ahí.     

 

jueves, 13 de enero de 2022

No, Francisco José Martínez Morán. Valencia, Pre-Textos. I Premio de Poesía “Francisco Brines”. 2021. 78 páginas.

 

 


Doce años hacía que Francisco José Martínez Morán no conseguía un premio literario. Doce años de sequía en los certámenes, de hambruna en los reconocimientos mediáticos; pero que han sido para él absolutamente provechosos, desde el punto de vista creativo. Tres son los géneros que ha cultivado en estos doce años al margen de los galardones: el poético (Obligación, Polibea; Tacha, Renacimiento; Los cuadernos del frío, Bajamar), el narrativo (Peligro de vida, El Gaviero; Amistades comunes, Baile del Sol) y el ensayo (Crónica digital de Carlos Grande, Evohé). En este tiempo, el escritor complutense ha publicado sus obras en editoriales pequeñas que suponen en sí mismas un auténtico trofeo: por sus cuidadas y bellas ediciones, por su trato cercano. Francisco, no obstante, sabedor de la visibilidad que dan los premios, se guardó un poemario en la recámara. Y este No ha sido un “sí” que lo ha devuelto a la actualidad del mundo poético. Y por la puerta grande, ganando un certamen de nuevo cuño, el “Francisco Brines”, que publica Pre-Textos.

 

No gira en torno a los temas predilectos de un autor que venera la lírica romana, que conoce y asimila el legado de nuestros escritores de los Siglos de Oro. Podemos decir, por tanto, que se trata de un libro clásico, en el fondo y en la forma.

 

Las secciones I y III (Versiones desleídas y No) son de índole existencial. El sujeto lírico se autoanaliza sin reparo alguno (“Querrías haber sido/ otra versión de ti”), muestra la decepción que lleva dentro (“no queda en el que observa más que sed”, “Nada de lo que veo me interesa”, “así, vacío y tosco, rompe el día”) o se reconoce insatisfecho (“siempre con sed de nuevas frustraciones”). La voz que enuncia carga a hombros con el pesimismo del hombre moderno “roto de realismo” y “sin magia”. No faltan los tópicos elegíacos del tempus fugit ni la obsesión onmipresente por el envejecimiento y la muerte, con ecos angustiosos de Quevedo (“apenas reconoce como suyo/ el propio bastidor de la mandíbula”, “todo se desmorona y no es metáfora”).

 

La sección II (Teatro para sombras) es de índole culturalista, en la medida en que Francisco José Martínez Morán alude o bien a personajes de ficción que simbolizan la muerte (Yorik, Próspero, Melibea) o bien a autores latinos cuyo ejemplo subvierte (Horacio, Marco Aurelio, Séneca). El poeta madrileño, como Cervantes o Rojas, se rinde a la evidencia de su tiempo: no se puede seguir un modelo (moral) heredado. Si en el siglo XVII el Quijote enterró los ideales de los caballeros andantes, y en el XV-XVI la Celestina parodió los códigos de honor de los amantes corteses, nuestra sociedad (simbolizada por la voz que enuncia) ha renunciado a los valores estoicos. No se puede vivir como pedían los sabios filósofos grecolatinos (y así nos va):

 

“Rectitud y mesura por encima

del ansia y su desorden; sin embargo,

siempre la sed describe un laberinto” (P. 36)

 

 

“Intento la armonía, pero sé

de sobra que lo humano la rechaza;

vuelvo el rostro y está abrasado el mundo” (P. 37)

 

Encontramos también poemas en diálogo con la demoledora película Canino o con El libro de la almohada (el célebre diario medieval de Sei Shonagon). La violencia y la instrospección se convierten en caminos de exploración y autodescubrimiento. 

 

La sección IV (Coronación) es un canto inédito de su autor al paisaje y a la naturaleza. Un canto novedoso que podría anunciar una apertura temática. La mirada se amplía al exterior. Los símbolos nacen de localizaciones espaciales muy concretas (Sevilla, San Nicolás el Real). De fondo, ahora, se percibe la suave melodía de Antonio Machado y de Claudio Rodríguez. Siento predilección por el texto “Fábula”, un himno a la libertad, representada por una pareja de halcones.

 

No es un libro excelente para inaugurar el Premio de Poesía “Francisco Brines” hondo, conciso, lacerante, de metro clásico y tono elegíaco.

 

Seguro que al poeta de Oliva su lectura le habría satisfecho.

 

 

martes, 11 de enero de 2022

Diez películas con sabor Steam Punk (2021)

Diez películas con sabor Steam Punk vistas en 2021

 

 

 

Stardust, Matthew Vaughn. 2007.

El tiempo en sus manos, George Pal. 1960.

Asesinato por decreto, Bob Clark. 1978

La guerra de los mundos, Byron Haskin. 1953.

Adèle y el misterio de la momia, Luc Besson. 2010.

La casa del reloj de pared, Eli Roth. 2018.

20.000 leguas de viaje submarino, Richard Fleischer. 1954.

La liga de los hombres extraordinarios, Stephen Norrington. 2003.

El castillo en el cielo, Hayao Miyazaki. 1986.

La brújula dorada, Chris Weitz. 2007

 

 

miércoles, 5 de enero de 2022

Ensayos leídos en 2021


 

ENSAYOS LEÍDOS EN 2021

 

 

Cornucopia. Reseñas de literatura contemporánea, Ariadna G. García. Polibea. 2021.

Lector cómplice, Javier Lostalé. Athenaica. 2021.

Escribir es de locos, Félix J. Palma. Destino. 2021.

Esto no es un manual de escritura (pero lo parce), César Mallorquí. Molpe. 2021.

70 trucos para sacarle brillo a tu novela, Gabriella Campbell. 2018.

 

Magia en el antiguo Egipto. Maldiciones, amuletos y exorcismos, Javier Arries. Luciérnaga. 2016.

 

Petrocalipsis, Antonio Turiel. Amazon. 2020.

 

1988: NY-LA (Crónica de un viaje a América), Juan Velasco Moreno. Polibea. 2020.

 

 

martes, 4 de enero de 2022

Poemarios leídos en 2021

 POESÍA 2021

 

 

Mis mejores lecturas

 

Z, Jorge Riechmann. Huerga y Fierro. 2021. R

Campamento de supervivencia, Jimena Arnolfi Villarraza. Liliputienses. 2021. R

Cobalto oscuro, Verónica Aranda. Cenlit. 2020. R

No, Francisco José Martínez Morán. Pre-Textos. 2021. R

Un tigre se aleja, Rubén Martín Díaz. Renacimiento. 2021. R

Me muero, Isabel Bono. Bartleby. 2021. R

Ritual del laberinto, Julio Mas Alcaraz. Bartleby. 2021. R

Ítaca es nunca, Cristina Falcón Maldonado. Candaya. 2021. R

Pulso solar, Diego Vaya. Visor. 2021. R

Servicio de lavandería, Begoña M. Rueda. Hiperión. 2021.

 

 

Mi contribución a la causa. LIJ.

 

¡En marcha!, Ariadna G. García. Corazón de mango. 2021.

 

 

 Resto de lecturas de libros publicados recientemente

 

Cómo guardar ceniza en el pecho, Miren Agur Meabe. Bartleby. 2021. R

Primera personal del plural, Ana Blandiana. Visor 2021. R

El talón vulnerable, ídem. Visor. 2021. R

El tercer reino, Santos Domínguez. Pre-Textos. 2021.

El mar, Victoria Cóccaro. Liliputienses. 2020.

La mujer bilingüe, Raquel Casas. Trad. Alberto Tesán. Bartleby. 2021.

Lo que se pudo ver, Anaïs Abreu D´Argence. Liliputienses. 2021.

Sacrificio, Marta Agudo. Bartleby. 2021.

Fugacidades, Jesús Munárriz. Polibea. 2021.

Técnicas de supervivencia, Nadia Sol. Liliputienses. 2021.

La escala de Bortle, Virginia Aguilar Bautista. Bartleby. 2021.

Humo de té, Verónica Aranda. Diputación de Soria. 2021

haces.muros, Federico Ocaña. Polibea. 2021.

Un país de ruinas y vos, Tálata Rodríguez. Liliputienses. 2021.

Desdoblamiento, Miquel de Palol. Bartleby. Traduc. Isabel Pérez Montalbán y Francisco Fortuny. 2021.

Viento de cola, Carlos Jover. Sloper. 2021.

Arborescente, Nieves Chillón. Pre-Textos. 2018.

La piel es quien mejor lo entiende, Inma Luna. Tigre de papel. 2021.

 

 

Lecturas de poesía contemporánea


Donde rompe la noche, Alejandro Duque Amusco. Visor. 1994.

Sueño en el fuego, ídem. Renacimiento. 1989.

Obra poética, 2. Material memoria (1977-1992), José Ángel Valente. Alianza. 2001.

Fragmento de un libro futuro, ídem. Galaxia Gutemberg. 2000.

Epidemia de nieve, José María Bermejo. Rialp. Premio “Adonáis”. 1971.

 

 

 

lunes, 3 de enero de 2022

Sublevación, entre los mejores libros del 2021




Túa Blesa, crítico literario de El Cultural, selecciona mi libro de poemas Sublevación (Pie-Textos) entre sus mejores lecturas del año 2021. Muy agradecida. 


Os dejo aquí el enlace a la revista. Se publicó el pasado 23 de diciembre de 2021.


https://elcultural.com/poesia-2021-las-votaciones-de-nuestros-criticos


En español

Túa Blesa
1. La fragilidad, Diego Doncel. Visor
2. Sacrificio, Marta Agudo. Bartleby
3. Tiempo sin claves, Ida Vitale. Tusquets
4. Lo terrible es el borde, Piedad Bonett. Visor
5. Horizonte de sucesos, Juan Bonilla. Renacimiento
6. Días y trabajosJacobo Cortines. Visor
7. Madre, Manuel Juliá. Hiperión
8. Mi lado izquierdo, Rafael Fombellida. Renacimiento
9. El canto bajo el hielo, Asunción Escribano. Carena
10. SublevaciónAriadna G. García. Pre-textos