jueves, 18 de septiembre de 2025

Alguna pista sobre El bosque sagrado


 


El miedo es paralizante. Nos limita. A menudo construimos nuestra identidad a partir de él, negando la posibilidad de ser quienes podríamos. ¿Cómo lo podemos evitar? Enfrentándonos a nuestros terrores. De esa prueba trata, en parte, El bosque sagrado. De la lucha de una adolescente por encontrar su sitio; del silencio de una anciana para proteger un secreto demasiado comprometedor.

 

La novela se articula en dos partes.

 

La primera se localiza en Madrid.

 

Y aquí la historia se divide en dos tramas. Ambas están narradas por un narrador omnisciente. La primera transcurre en febrero de 1936, y está protagonizada por José Sandoval: un biólogo de la Escuela Veterinaria, recientemente seleccionado para formar parte de un equipo de investigación que realizará su trabajo de campo en la Laponia finlandesa. La segunda se localiza en la actualidad, y tiene por protagonistas a Nico y Jimena, dos hermanos mellizos adolescentes, estudiantes de 4º ESO en el IES Cervantes, uno de los seis institutos históricos de la capital. El hallazgo de un extraño diario en las buhardillas secretas del centro es el detonante de la aventura en la que, sin quererlo, se verán implicados.

 

La segunda parte de la novela se localiza en el Círculo Polar.

 

De nuevo la historia se divide en tramas. En esta ocasión, la primera transcurre entre los años 1941-1944. Es decir, durante la Guerra de Continuación y la Guerra de Laponia, que enfrentó a finlandeses y rusos. La denomina “Operación Barbarroja”, puesta en marcha por el III Reich, pondrá en jaque a los científicos de la base de Inari, donde trabaja José Sandoval. La presencia de un grupo de soldados alemanes pertenecientes a la 3ª División de Montaña creará tensiones entre los militares y los civiles. Más aún, al desvelarse el motivo real de su irrupción allí: la búsqueda de un objeto que cambiará el curso de la Guerra.

 

La segunda trama la protagonizan Jimena y Nicolás. El traslado de la familia a Rovaniemi, por el puesto de trabajo que ha conseguido una de las madres en Finlandia (docente, de profesión), desencadenará una serie de sucesos que mantendrá en vilo a los adolescentes: persecuciones, espionaje, encuentros fortuitos, enfrentamientos y aparición de elementos sobrenaturales. 

 

Hay una tercera trama, protagonizada por Aina, una adolescente finlandesa. En ella convergen las tramas anteriores, es el catalizador del libroAina emprende en la obra el viaje de la heroína, un rito de paso en el que son cruciales los hermanos españoles y sus propios ancestros. Y es que aquí la novela se escora hacia la fantasía, la ecología y la espiritualidad: lo que incluye viajes en el tiempo, viajes astrales en busca de conocimiento y el enfrentamiento entre fuerzas opuestas: el bien y el mal.

 

La chamana es una novela muy bien narrada, con mucho ritmo, diálogos trepidantes y personajes redondos, que carga contra uno de los males eternos que arrastra nuestra civilización: la ambición desmedida, que conlleva amenazas para el mundo. El estilo es lírico, poético; la prosa, cuidada.

 

El libro rinde culto a la amistad, al empoderamiento femenino, a la cultura, a la espiritualidad y a la preservación de la Tierra. Por otro lado, critica la discriminación racial, religiosa y homófoba; así como la destrucción de la biosfera. Y todo ello lo hace combinando con habilidad distintos géneros: aventura, ciencia-ficción y fantasía. 

 

Mi libro dialoga con un doble cuerpo de lecturas: las clásicas de aventuras (Viaje al centro de la tierra, La llamada de lo salvajeLa máquina del tiempo) y las de fantasía más reciente (El bosque mitago, La canción secreta del mundo, Las leyendas de los Otori).

 

El bosque sagrado combina la Historia con la mitología, la ciencia con la religión, la realidad con la magia.

 

Cuando se acaba el libro, los lectores también se han transformado.



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