miércoles, 4 de mayo de 2016

Sobre la denominación de emigrantes





 
Siempre me pareció falso el nombre que nos han dado: emigrantes.
Pero emigración significa éxodo. Y nosotros
no hemos salido voluntariamente
eligiendo otro país. Ni inmigramos a otro país
para en él establecernos, mejor si es para siempre.
Nosotros hemos huido. Expulsados somos, desterrados.
Y no es hogar, es exilio el país que nos acoge.
Inquietos estamos, si podemos junto a las fronteras,
esperando al día de la vuelta, a cada recién llegado,
febriles, preguntando, no olvidando nada, a nada renunciando,
no perdonando nada de lo que ocurrió, no perdonando.
¡Ah, no nos engaña la quietud del Sund! Llegan gritos
hasta nuestros refugios. Nosotros mismos
casi somos como rumores de crímenes que pasaron
la frontera. Cada uno
de los que vamos con los zapatos rotos entre la multitud
la ignominia mostramos que hoy mancha a nuestra tierra.
Pero ninguno de nosotros
se quedará aquí. La última palabra
aún no ha sido dicha.


(De Poemas y canciones, Alianza. Traducción de Jesús López Pacheco. 1968)


Bertolt Brecht huyó de Berlín con su familia en 1933, perseguido por las SS. Se refugió en Dinamarca, Suiza y Finlandia. En estos países escribió algunos de los mejores poemas que yo haya leído jamás, como este de arriba.

  

2 comentarios: