viernes, 2 de noviembre de 2018

Cuadernos del Matemático


Ezequías Blanco, fundador y director de los Cuadernos del Matemático. Revista ilustrada de creación, anunció hace unas semanas su cierre definitivo. Nacida en el instituto “Matemático Puig Adam” de Getafe, en 1988, Cuadernos del Matemático ha sido una publicación de culto, independiente, un objeto de arte en sí mismo, en el que hemos colaborado distintas generaciones de poetas, narradores, fotógrafos y pintores. Yo he tenido la suerte de publicar varias veces con ellos. La primera, en 1994. Cursaba COU. Llevaba un año viviendo en Getafe, ciudad a la que regresaba tras una larga ausencia que se ha ido revelando, a la postre, absolutamente fundamental para ser quien soy. Tenía un par de poemarios inéditos. Andaba por entonces tanteando nuevas posibilidades expresivas, tras el impacto primero de los autores renacentistas. Leía con asombro a Blas de Otero, José Hierro, Miguel Hernández, Claudio Rodríguez, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca o Luis Cernuda. A Claudio le conocí en Navalcarnero, gracias a mi profesor de literatura de 2º de BUP, el poeta Gonzalo Alonso Bartol; y a Hierro tuve la oportunidad de tratarlo en un par de ocasiones, en calidad de ganadora y accésit del certamen juvenil que lleva su nombre. Soñaba con editar un libro de poemas. Un segundo –e imprescindible– profesor de literatura, Francisco Muñoz Marquina, me animó en COU a enviar algún texto a los Cuadernos. La revista tenía por nido un instituto de enseñanza media, pero se había abierto a las colaboraciones venidas de toda España. Escribí una carta a su director acompañada de un soneto, y al poco Ezequías me escribía al instituto para comunicarme que me publicarían en el número de diciembre (el 13 que sacaban). En él aparece mi poema junto a los de Félix Grande, Miguel Veyrat, Juan Antonio Marín o Antonio Lucas, entre otros autores. Mi felicidad de entonces fue compartida tanto por Francisco Muñoz –uno de esos docentes visionarios que alumbran tu interior– como por Abelardo, mi ex profesor de latín y abnegado jefe de estudios que me cedió su despacho para copiar e imprimir el texto.

Aquí les dejo el soneto –que dejaría inédito en libro–, junto a la breve nota biográfica que pusieron al frente. Aquella primera publicación en una revista cultural de reconocido prestigio, me dio impulso para trabajar en los poemas que conformarían,  año y medio después, Construyéndome en ti.



ARIADNA GARCÍA

Ariadna García tiene 17 años y estudia COU en el I.B. Laguna de Joaztel de Getafe.

MÚSICA SUBACUÁTICA

Concierto de agua y sal abre tu boca.
Resbala en mis oídos, tú, concierto
de los mares. Desata a cielo abierto
la dulce melodía que te toca.

No dejes de soñar y desemboca
en mí. Ven, que te escuche. Ven, por cierto,
no detengas la magia de tu acierto
musical. Báñame como a una roca

entre la espuma, y rompe con tus olas
el silencio. Serena cada instante
con tu cuerpo de sal y con tus colas

de algas. Concierto, ven, no estés distante
en mar abierta. Ven, no estemos solas
mi sombra y yo.
                            Navega raudo, amante.


Sería, precisamente, en el número 19 de los Cuadernos del Matemático donde publicaría uno de los poemas de aquel primer libro, además de un inédito titulado Tapioca (hablamos de diciembre de 1997, entonces ya cursaba 3º de carrera).



Dedico este pequeño homenaje a Ezequías Blanco, por creer en mí en una edad –la adolescencia– en la que tan necesitados estamos de confianza y fe en nosotros. Gracias por abrirme la vereda que todavía recorro.




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