jueves, 21 de septiembre de 2023

Sombra de mí


 

 

"Sombra de mí" es el poema que elegí para introducir en la caja fuerte que recogió el pasado 20 de septiembre el legado de Luis Cernuda al Instituto Cervantes. El poema pertenece al libro Poemas para un cuerpo, que Cernuda escribió en su exilio mexicano. Las dieciséis composiciones de esta obra se las inspiró su último gran amor: Salvador Alighieri, un joven culturista casado y padre de familia al que conoció en el verano de 1951, y con el que mantuvo una amistad estrecha e íntima (Antonio Rivero Taravillo relata que viajaban juntos y que Cernuda corría con todos los gastos). Por lo visto, el poeta reprimió su deseo sexual por considerarlo "ridículo", dada la enorme diferencia de edad que había entre los dos; pero se entregó "al destino sin reservas" y lo amó durante años (hasta que Salvador desapareció de su vida en 1956). Estos textos, al principio, figuraban en la sección X del poemario Con las horas contadas; más tarde, en 1957, se publicaron como libro independiente. El propio Cernuda cuenta esta experiencia creativa en "Historial de un libro", prólogo a la edición mexicana de La realidad y el deseo (1958).


miércoles, 20 de septiembre de 2023

Legado de Luis Cernuda

 





Este 2023 se cumplen sesenta de la muerte de Luis Cernuda, célebre poeta de la Generación del 27. Para homenajearlo, el Instituto Cervantes ha recibido esta mañana el legado que, para la ocasión, ha donado la familia del poeta a la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. Tengo el honor de contribuir al evento de dos modos. Luis García Montero (director del IC) me pidió hace un par de meses que eligiese un poema de Cernuda y que los transcribiera. Mi manuscrito se uniría a los que caligrafiasen otros poetas (Ada Salas, Luis Antonio de Villena, Antonio Rivero Taravillo y Darío Jaramillo, entre otros) y juntos formarían parte de ese legado a introducir en la caja blindada nº 1684. Pero además, he tenido el inmenso honor de ser testigo privilegiada de la introducción de dicho legado en cámara acorazada, acompañando a Luis García Montero y a los sobrinos nietos de Cernuda (Ángel, Ana y Luis Yanguas).


Os dejo por aquí el video de esta maravillosa mañana de septiembre:


https://www.youtube.com/watch?v=7Yd6wakLyPc




La Vanguardia se hace eco de la noticia aquí:


https://www.lavanguardia.com/sociedad/20230920/9241387/cervantes-acoge-legado-cernuda-incluye-paginas-biblioteca-personal-versos-manuscritos-otros-poetas.html


La COPE, aquí: https://www.cope.es/actualidad/cultura/noticias/poetas-manuscriben-obras-luis-cernuda-como-parte-legado-caja-las-letras-20230920_2908516


El ABC: https://sevilla.abc.es/cultura/donan-ejemplar-dedicado-ocnos-cuatro-ediciones-realidad-20230920163436-nts.html

domingo, 17 de septiembre de 2023

Humano


Humano, Ignacio Elguero. Hiperión. 2023. 62 páginas.

 

 

 

Doce años separan Siempre del último libro de poemas de Ignacio Elguero: Humano. En algo más de una década, el poeta madrileño ha armado una obra elegiaca, íntima y reflexiva; el fruto más maduro de su autor.

 

El poemario oscila entre dos tiempos. En el presente, el sujeto que enuncia se arraiga en el paisaje. La naturaleza cobra un protagonismo inusual en la lírica de Ignacio. El locus amoenus que recorre los páginas es material perenne. Frente la caducidad humana, los árboles frutales y los ríos se presentan eternos, nos trascienden. Quizás por eso, Elguero los contempla, dejándonos versos sensoriales. El poeta se funde con el Todo.

 

“Qué extraño contemplar que esto se acaba”

 

El recuerdo a Mario Míguez (excelente poeta cuya muerte prematura nos impactó a tantos) ilumina como un relámpago dos verdades: nuestra finitud y el milagroso hecho de existir. Entre ambas tensiones, la elegiaca y la hímnica, camina Ignacio Elguero muy despacio, manteniendo el equilibrio.

 

Si los poemas ubicados en el presente son descriptivos, aquellos localizados en un tiempo anterior nos narran episodios domésticos. Los viajes al pasado nos revelan dos tipos de estampas: las autobiográficas y las referidas a la vida de sus familiares (la madre, el padre y la bisabuela). Casi todos nos hablan de la muerte o de la amenazas que nos ponen en peligro. Más que nostalgia, estos versos encierran un apercibimiento: nos rodea la destrucción. Los niños disfrutan en verano de sus torturas a los animales, por las sombras culebrean riesgos que nos vuelven inseguros, incluso las bombas pueden aparecer de pronto en medio de la felicidad, con su carga de odio.

 

Al contrario que en sus trabajos previos, el amor ha sido erradicado de los poemas. El miedo a la soledad, al paso del tiempo y a la muerte ya no se combaten gracias al frenesí vivido en los dormitorios ajenos.

 

“Todo se va despacio”

 

“No se trata ya sólo del Imperio: está caduco todo,

apenas queda nada a qué acogerse”      

 

La elegía romana (Ovidio, Horacio…) resuena tras Humano. Y pese a todo, siguiendo a Tanikawa, se concluye:

 

"Poder estar aquí ya es asombroso"

   

 

 

jueves, 14 de septiembre de 2023

El baile de los pájaros

El baile de los pájaros, Basilio Sánchez. Pre-Textos, 89 páginas.

 

 

 

 

Hay quien coloca el centro de la vida humana en el poder exterior, en la riqueza, en un bien convencional. Yo pongo el centro en el espíritu.

 

 

Estas palabras de Ángel Ganivet resumen perfectamente el ideario vital del poeta cacereño Basilio Sánchez, autor de los espléndidos poemarios Los bosques interiores, La mirada apacible, Al final de la tarde, El cielo de las cosas, Para guardar el sueño, Entre una sombra y otra, Las estaciones lentas, Cristalizaciones, Esperando las noticias del agua y He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes. 

 

Su último libro, El baile de los pájaros, retoma el paisaje campestre de sus trabajos anteriores. Tal y como leemos en los clásicos (Virgilio, Horacio, fray Luis de León), la voz que enuncia huye del ajetreo de las ciudades en busca de otro ritmo, mucho más sosegado: “La soledad del bosque es un refugio”. Si hay una palabra que se repite a lo largo de la obra, es silencio, concepto indispensable para bucear dentro de nosotros y conocernos mejor; y desde luego, requisito primordial para la creación poética. Gracias a ese recogimiento, el sujeto lírico va soltando el lastre de las imposiciones externas, se olvida del cronómetro y de los objetivos. El sentido de su vida no se lo marcan otros, sino que lo improvisa: “Mi destino es un árbol”.

 

A la vez que Sánchez elogia la humildad de los seres vivos, también critica el impacto humano en la naturaleza:

 

 

Todos los animales

se sienten traicionados por nosotros.

No hay ningún animal que pueda amarnos.

 

 

“Somos los constructores de nuestra propia ruina”, añade. Frente a tanta devastación, el poeta apela al cuidado de la casa común que cobija a todas las especies: “He aprendido a sentirme responsable de lo que no conozco”. Nuestro afán aniquilador viene motivado por el deseo de satisfaccer nuestras demandas. La velocidad con que anhelamos nos lleva a arrasar el mundo. De ahí que Basilio reivindique la pausa, la desaceleración, como forma apetecible de vida. La poesía, por tanto, “es una apuesta moral” por un cambio de paradigma.

 

Los mejores resultados se consiguen sin prisa. Carl Honoré, en su ensayo Elogio de la lentitud, señala que la serenidad logra que las relaciones se asienten y crezcan. Basilio Sánchez canta otro tipo de belleza, la del paisaje que se crea despacio:

 

 

No hay en los movimientos de la vida

ni un asomo de precipitación,

en sus prerrogativas sólo cabe la espera,

la paciencia que hace hermosos los árboles,

azules las montañas,

caudalosos los ríos.

 

 

El ritmo pausado, por otra parte, aumenta nuestro nivel de conciencia y de empatía. Nos centra en el presente (“Amo la eternidad de un solo instante”). Nos re-liga a las cosas:

 

 

Te hablo por instinto,

por un hermanamiento visionario

con todo lo que existe.

 

 

Basilio Sánchez se subleva contra la dictadura de la tecnología, contra la tiranía de las distracciones, contra el látigo del reloj que nos aleja de nosotros y de aquello que amamos. De ahí la importancia de algunos símbolos (la nieve, el pájaro), bastiones elegantes contra la hiperactividad del mundo que vivimos.

 

El tiempo es esencial para que los frutos maduren. Disfrútenlo antes de que se acabe.

 

 

Con los años

nos sobran las palabras,

pero nos falta tiempo.

 

 

Cultiven la paciencia.

 

Lo bueno de esta vida es que lo extraordinario siempre está por llegar.

 

domingo, 9 de julio de 2023

Lenguas en los árboles

Lenguas en los árboles. Antología poética, Antonio Manilla. Aliarediciones. 132 páginas. 2023

 

 


 

Antonio Manilla gusta de dialogar con los escritores grecolatinos. En la colección de poemas que acaba de publicar, a modo de antología, encontramos tópicos que anclan sus raíces en lo más granado de la Antigüedad.

 

La primera parte de la obra se titula: “Lenguas en los árboles”. En ella cobra protagonismo el locus amoenus. Este evoluciona a lo largo del tiempo. De ser para Homero un paraje idóneo para la habitabilidad de héroes y dioses; en Virgilio se asocia al amor y al goce del instante; en Horacio, a un ideal de vida retirada, plena, alejada del ajetreo, de la ambición y de la hipocresía de las ciudades; y en Manilla, al agradecimiento de la propia existencia. Así, un rincón por donde transcurre un río, se levantan los árboles y cantan los mirlos le sirve para componer un himno a la realidad que le rodea: “un festejo y loa/ del hecho de estar vivo” (p. 22). Su obra se caracteriza por un conocimiento delimitado del mundo, de modo que su léxico es especializado. Por sus versos vuelan: mirlos, ruiseñores, vencejos, vilanos, golondrinas, gaviotas… Manilla también es heredero de los poetas místicos y románticos, de su anhelo de Totalidad (“Apenas un instante/ de divino esplendor/ inmersos en la luz” p. 28). El sujeto que enuncia se relaciona armónicamente con el entorno y se integra en él. Esa interacción se manifiesta, por un lado, por medio de alusiones a los sentidos (vista: “tinta carmesí del crepúsculo”, oído: “murmullo del agua”, tacto: “nieve blanda”, olfato: “un aroma”); por otro lado, gracias a los pronombres demostrativos y a los adverbios de lugar, que actúan como indicadores de la deixis espacial y nos ofrecen información sobre la situación in situ del sujeto que habla: “esta luz de junio”, “los que os halláis aquí”. Los poemas de Antonio Manilla semejan cuadros. Su plasticidad es inmersiva. Para él, la naturaleza tiene “efectos purificadores” (Morros). Transmite equilibrio y serenidad  (“Sereno” se tutula un poema, p. 63).

 

La segunda parte del volumen se titula: “Bodas de plata”. En esta ocasión, sobresale el tópico del tempus fugit:

 

“Hemos sido cometas que, en la noche,

fieles a su principio, como el vino,

ardieron sin mesura y desparecieron” (p. 77)

 

No falta la mención al memento mori (“Voy a un país sin límites/ la patria sin frontras de la muerte” p. 81).

 

Tampoco la exhortación al carpe diem:

 

"El futuro es silencio, 

el momento que vives y se apaga

bien puede ser el último, por eso

cuida de tu tesoro" (p. 84)

 

Algunos de los poemas están teñidos por la filosofía estoica de Marco Aurelio. Resuenan tras de sí lo consejos que este puso por escrito en sus Meditaciones. Destaco un texto bellísimo: “A cierta edad, el gris es un color alegre”, en donde leemos:

 

“Aprecia cuanto tienes,

no te importe si llueve o hace sol,

mientras puedas contarlo […]

 

Intenta ser feliz

gozando cuanto efímero subyace en lo perenne,

disfrutando lo eterno en lo fugaz” (p. 83)

 

Ese poema, unido en la presente edición a “Estas equivocado” y “Lo que pretendas ser, procura serlo pronto” (pero que son piezas diferenciadas en el libro del que proceden: Suavemente ribera), justifica por sí mismo la obra de su autor. También esta reseña.

 

sábado, 1 de julio de 2023

18 ciervas

 

18 ciervas, Rosana Acquaroni. Barteby. 2023. 127 págs.

 

 

Si en el cine no es frecuente que se aborde el tema del amor en la edad madura, en la poesía lo es desde que la esperanza de vida aumentó, ya en el siglo pasado. Pienso en el Vicente Aleixandre que escribió: “Maduro el mundo, no te aguardaba”. Pero, sobre todo, en el Luis Cernuda de Poemas para un cuerpo. 49 años tenía el bate sevillano cuando conoció a Salvador Alighieri, un joven culturista casado y padre de un hijo. De 1950 a 1956 le escribió una colección de intensos poemas amorosos, publicados en el 57. Cernuda tenía por entonces 55 años. Pareja no fueron, pero sí inseparables. Cernuda se negó a la consumación de un deseo que su amigo, pese a ser heterosexual, sí anhelaba. El roce hace el cariño, y Salvador –finalmente– lo acabó amando. Cernuda escribió a propósito de este enamoramiento al final de su vida: “Fuerzas las puertas del tiempo/ amor que tan tarde llamas”. Y se arengaba a sí mismo: “…no pienses/ en que es tarde”. Esa luz iluminó su existencia y la llenó de sentido: “Miro y busco por la tierra./ Nada hay en ella que valga/ lo que tu sola presencia”. Cernuda afirmó en Historial de un libro que no se entregó sexualmente a esa pasión porque se sentía “ridículo”, por la diferencia de edad. Ahora bien, la experimentó por dentro “sin reservas”. Salvador revolucionó su espíritu: “Jamás en mi juventud me sentí tan joven como aquellos días en México”.

 

La novelista Anna Arnaux, sin embargo, publicó hace un tiempo Pura pasión, donde la protagonista, una mujer con hijos universitarios, se entrega sin complejos a un hombre casado mucho más joven. Relación que, sin embargo, la mantiene en un desasosiego constante, en una “carencia sin fin”.

 

Cernuda se reprime, pero vive una amistad estrecha e íntima con su objeto de deseo. La protagonista de la nouvelle, en cambio, se deja llevar por una pasión meramente sexual. En ambos casos, sienten el impulso amoroso pasados los cincuenta. El sujeto que enuncia en 18 ciervas tiene una edad análoga. También el interlocutor pasivo al que dirige sus textos. Los dos vivieron relaciones largas y tuvieron descendientes ("incluso le pusimos Miguel a uno de ellos"). Sólo que en esta obra literaria, la relación afectiva sí prospera. Y lo hace tras transitar un páramo de dudas. Así, leemos en el libro que el amor que experimenta la voz que habla “nace caduco”, que se trata de un “licor que llega tarde”. Por si fuera poco, ella es consciente de que no cumple con las expectativas de su destinatario: “No soy la que buscabas./ Tampoco eres el hombre/ que alguna vez soñé”. Y pese a todo, su anhelo triunfa. Ya lo decía Virgilio en sus Bucólicas: Omnia vincit Amor (el amor todo lo vence).

 

18 ciervas es un poemario de amor, pero no sólo. Es un monumento a las segundas oportunidades. Es una invitación al cierre de un libro para que se lea otro, a que todo acabe para que todo vuelva a empezar.

 

El libro se mueve como un diapasón entre dos tiempos: presente y pasado. Las historias que contienen enfrentan dos tipos de relaciones afectivas, y por tanto, contraponen dos maneras diferentes de estar en el mundo. Si el nuevo amor representa el goce erótico, el viejo lleva asociado un rosario de decepciones. Cada poema es una cuenta en que se cifra un motivo de frustración, tanto personal como familiar.

 

La estética del libro también es dual. En algunas ocasiones, Rosana se decanta por el realismo. El estilo, entonces, es de línea clara. En otras, por el simbolismo. Estos otros pasajes alcanzan un mayor vuelo lírico, más potencia evocadora. Como hacía Federico García Lorca en sus tragedias, la poeta reviste de sacralidad los “trances de la vida” (Álvarez de Miranda). Así, leemos rituales arcaicos asociados a la muerte. Es el caso del poema “Para raspar la piedra”. El afilado de la punta de lanza se puede corresponder con la defunción de una esperanza, la muerte del amor. También hay poemas que nos hablan de ceremonias prehistóricas, relacionas con la vida y con el surgimiento del deseo. Me refiero al texto “A veces el amor entra en una caverna”. La cueva pertenece al mundo real (la de Covalanas, en Cantabria), pero en el poema adquiere dimensiones telúricas. 

 

El lenguaje simbólico viene motivado por la presencia del “sueño”. La autora dialoga con la tradición mística para elevar a la “cierva” a trasunto de la amada, debido a su pureza. No olvidemos que en los bestiarios medievales tiene un segundo significado simbólico: la renovación (Cirlot). ¿Y es que, acaso, no se renueva la voz que enuncia a lo largo del libro?

 

18 ciervas confirma a Rosana Acquaroni como una voz interesante y original dentro del panorama poético patrio.

 

Desde aquí les doy la enhorabuena a ella y a su muso, protagonistas de una de las historias de amor “más bellas que conozco” (Amalia Bautista). Para celebrarla, saldrá a la venta en estos días la segunda edición del poemario.

 

jueves, 29 de junio de 2023

Balance del curso 2022-2023

 


Acaba un curso más (2022-2023) y toca hacer balance. Como acostumbro, he tenido la oportunidad de participar en distintos eventos, que pondré por aquí según los vaya recordando.

 

 

El 21 de marzo fallamos el XXXVII Premio de Poesía Hiperión. Recayó en el joven poeta William Alexander González Guevara, por su libro Inmigrantes de segunda.

 

 

En estos meses también he presentado libros. De diferentes géneros. Agradezco desde aquí a los autores/as su confianza en mí para la puesta de largo de sus obras. He tenido la suerte de dar a conocer a la comunidad lectora los siguientes volúmenes:

 

 

*Poesía: Materia, de Yolanda Castaño (Visor, 2023). En la librería Aberti. El 09/06/2023.

 

 

*Misceláneo: Javier Lostalé en su hondo resplandor. (Polibea, 2022). Centro Cultural Galileo. 18/10/2022.

 

 

También participé en una mesa redonda celebratoria del 50ª aniversario de ediciones Cátedra. Tuvo lugar en el pabellón de CaixaBank, en la pasada edición de la Feria del Libro de Madrid (03/06/2023). Los demás integrantes del acto fueron: Josune García, (directora de Cátedra) José Francisco Ruiz Casanova (colaborador de la casa) y Jenaro Talens (profesor, poeta y director de la colección Signo e Imagen). Presentaró el acto el profesor universitario Fernando Bonete.  

 

 

Un año más, he tenido la inmensa fortuna de participar en el Programa del MEC “Encuentros con autor”. Agradezco, de corazón, al departamento del IES “Lope de Vega” (Madrid) la oportunidad brindada para hablar a sus estudiantes de la ESO sobre mi poemario juvenil Las noches de Ugglebo y sobre mi actividad literaria. (14/04/2023).

 

 

También he participado en el programa “Por qué leer a los clásicos”. Mi gratitud a las profesoras de Lengua y Literatura del IES “Carmen Martín Gaite” de Navalcarnero por invitarme a difundir entre sus alumnos del Bachillerato de Excelencia mi amor por los poetas grecolatinos y por los áureos (29/11/2022).

 


 

 

También tuve el honor de asistir por segundo año consecutivo, en calidad de escritora, al Encuentro LGTBI+Q que tuvo lugar en el Ministerio de Igualdad el 26 de abril, Día de la Visibilidad Lésbica; con presencia de la ministra Irene Montero.

 

 

 

Acabé el primer trimestre del curso formando parte del equipo de investigadores de un proyecto de la Universidad de Salamanca: “La felicidad en la Historia: de Roma a nuestros días”, cuyo investigador principal es Juan Antonio González Iglesias (catedrático de Latín).

 

 

En diciembre publiqué mi 21º libro, el 3º de literatura infanto-juvenil (LIJ): La sirena que no sabía nadar (Lastura, 2022); para jóvenes lectores entre 3 y 8 años. Un relato de superación personal que también aborda el tema de la crisis ecológica. Mi agradecimiento a Radio Nacional de España por las dos reseñas del libro en dos de sus programas de cultura: La estación azul (23/04/23) y La estación azul de los niños (13/05/23). También tuve el honor de que me hicieran una larga entrevista, a propósito del libro, en Menudo castillo (12/03/23). Presenté el álbum ilustrado en la librería Altamarea el 03/05/23, y firmé ejemplares del mismo en la Feria del Libro de Madrid el 03/06/23.

 

 

A su vez, han aparecido poemas míos inéditos en las revistas especializadas Paraíso y Barcarola.

 

 

Además, tengo la fortuna de que Luis García Montero haya contado conmigo para un proyecto muy especial de La Caja de las Letras. Ya os contaré más cosas.

 

 

Por último, he puesto en marcha una tertulia literaria, bautizada Tertulia poética itinerante. Nuestra primera cata fue el pasado 26 de junio, en el café Barbieri. En otoño, cuando se asiente, os informo de más.

 

 

Por supuesto, he escrito. Sigo trabajando en mi nueva novela juvenil, estoy inmersa en un poemario y he publicado un montón de reseñas en El rompehielos.

 

 

En fin, ha sido este (otro) curso intensito. El 2023-2024 viene cargado de sorpresas. En septiembre empiezo a revelarlas.

 

 

¡Feliz verano!