En el siglo XVI la Inquisición impuso en España la más estricta comprobación de toda divergencia de la ortodoxia en las Universidades. Esto se llevó a cabo de dos maneras: censurando los libros de lectura y de estudio, y por la acción disciplinaria contra los profesores, como las emprendidas contra el poeta y humanista Luis de León –arrestado en una cárcel inquisitorial entre 1572 y 1576– y contra el poeta y gramático Sánchez de las Brozas –citado a declarar en 1584 ante un tribunal, y preso en Valladolid en 1595–.
En los últimos diez años la sociedad española experimentó un aumento de sus derechos civiles y sociales. La ciudadanía gozó de una libertad sin precedentes. El país se robusteció. Era mucho más justo, comprensivo, democrático e integrador. Y esos valores también se abrieron paso entre la maleza legal. Nuestro mundo ampliaba su horizonte, y el Estado cooperaba. Pero en todos los cuentos siempre hay alguien que envidia la felicidad ajena, y éste suele ser un personaje egoísta, tiránico y mentiroso, alguien tan celoso de su estatus, que antes que perder sus privilegios o su señorío, no duda en destruir la convivencia armoniosa, pacífica, entre sus semejantes.
Hoy en día, la Iglesia no puede restablecer su censura moral e ideológica a través de la Inquisición (abolida en 1834), pero eso no significa que la eluda, significa que la disfraza. A este fin se dirigen los "recortes" en la enseñanza pública (despido de docentes, no convocatoria de oposiciones, retirada de la asignatura "Educación para la ciudadanía" y de sus libros de texto). Entre tanto, se incrementan las prerrogativas a los centros privados y concertados (católicos, en su mayoría) con subvenciones y beneficios fiscales. El gobierno, incluso, ha elevado el concierto económico al Bachillerato. Así, la Iglesia pretende garantizarse el control ideológico de los niños y los adolescentes. Yo llamo a esto: dictadura mental. No se lo permitamos.
Ari, es así. La Iglesia sigue teniendo un poder sobre esta sociedad brutal y más aún apoyados por este gobierno conservador. Y es en la educación donde están metidos pues saben que es el momento de modelar y de definir para bien y para mal las conciencias. Para cuándo una separación real Iglesia-Estado.
ResponderEliminarUn beso Ari.
Javier.
A ver si llega, la verdad. En muchos sentidos, vivimos en un Estado alarmantemente anacrónico.
ResponderEliminarMuchos besos, Javier.
Ari
Totalmente de acuerdo con la idea de que vivimos en un país anacrónico con una sociedad que es manipulada a pesar de que se crea superior a otras épocas.
ResponderEliminarGracias por tu texto. Siempre tan clara y humana. Espero que a algunos ilusos manipulados les abra los ojos.
http://elballetdelaspalabras.blogspot.com.es/2012/03/la-estrategia-de-manipulacion-se-los.html
Gracias a ti ;)
ResponderEliminarYa quisiera yo despertar a alguien. Lo intento, al menos.
"experimentó", "gozó", "se robusteció", qué adecuado y doloroso, en este caso, tiempo verbal, Ari...
ResponderEliminarPues sí, Esther. Nuestra libertad está retrocediendo, se encuentra en bajamar. Pero las cosas no duran para siempre.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.