Anémona. Jamila Medina. Polibea. 121 páginas. 2016.
Vivir en una isla puede condicionar la manera de ser y de
estar en el mundo, más aún siendo mujer, y todavía más cuando hablamos de una
mujer rebelde, curiosa y retadora, poco dada a los límites. Cuando el mar es “una
cárcel de agua” y el espíritu siente en sí la llamada de lo ignoto y de la
aventura, surgen voces potentes, singulares que tratan de expandirse por medio
del lenguaje. Es el caso de Jamila, y prueba son sus poemarios Huecos de araña,
Primaveras cortadas
y sobre todo, Anémona. Este libro supone un esfuerzo titánico por sobrevolar el mundo
conocido en busca de otras tierras y por describir las emociones que sugiere el
entorno, la isla. Este pulso entre contrarios crea una tensión que se mantiene
a lo largo de la obra. Y es que Jamila gusta de explorar las incongruencias y
complejidades de la condición humana. Así, viajamos a través de sus páginas a
la Mesopotamia de hace 5.000 años, al Egipto de Cleopatra, a la isla Tamir, a
los bosques helados de la Taiga o al refinado Londres; viajamos en el espacio y
en el tiempo para sorprender a las geishas aplastando pétalos de cártamo con el
fin de obtener un maquillaje color rojo aurora boreal, o para acompañar al explorador
finlandés Adolf Erik Nordenskiöld en su viaje a Siberia a bordo del Vega. El caso es proyectarse hacia
otras vidas, sentir que la propia mantiene semejanzas con las vidas de otros,
que la insularidad se encuentra en tierra firme y que el arraigo se puede
conseguir en una isla. La memoria y el sexo anclan. El erotismo salva de la
monotonía, de los días clonados. No deja de ser paradógico que el acto sexual,
pese a su carácter redentor, liberador, se sienta como una invasión hiriente
(falos como cuchillas), a menudo insatisfactoria. Pero ya adelantaba que Jamila
es inmisercorde con la realidad, que no recurre a máscaras que embellezcan el
mundo. Si el mundo es bello es porque resulta contradictorio, imposible de
domar.
Otra manera de huir de la repetición, de la circularidad
de la isla, es la búsqueda de nuevas formas de expresión. Anémona es un banco de pruebas donde
Jamila experimenta con un amplio repertorio de registros, de metros o de
figuras literarias. Junto al largo poema en verso libre (de hasta 113 versos)
encontramos poemas en prosa; al lado de cultismos (cutícula, espelunca) aparecen
frases hechas (dar candela) y préstamos (fitness, windows, twitters); conviven
palabras pertenecientes a un registro informal (desembuchar) y tecnicismos
propios de la medicina (carcinoma, metástasis).
A esta riqueza léxica se le une el amplio conocimiento
que tiene Jamila de los mitos helenos (Ícaro, León de Nemea). Y es que Anémona semeja un batiscafo provisto de
periscopio con el que la autora otea, espía, el mundo legendario y el presente.
De hecho, abundan en el libro sorprendentes descripciones de ese mundo exterior
al sujeto que enuncia. Es en estos pasajes donde la poeta hace gala de un
estilo barroco: irrefrenable, abundante, colorido, lleno de imágenes y de metáforas.
Desfilan por el libro malecones, gaviotas, grúas postuarias, campos de algas,
pejesapos, peces serrucho, tripulaciones de anguilas, mares de vino blanco o
islas encalladas.
Jamila se lanza a la escritura para escapar de la reclusión
a través de la fantasía. Cuba se le queda pequeña. Su ansia de desbordar la
orilla de la playa nos ha dejado un libro potente y angustiado. La autora
parece una pantera que ronda los barrotes que la encierran, y estudia el modo
de atravesarlos. La isla es un castillo que protege, pero también un mausoleo
levantado sobre las espumas.
Anémona es un poemario imprescindible para conocer la nueva poesía
que se escribe en América. Los lectores españoles tenemos la gran suerte de
leerlo gracias a la editorial Polibea, que ha tenido la valentía de publicar a
una poeta desconocida a este lado del mundo, si bien es toda una referencia en
el otro. No en vano, Jamila (1981, Holguín) es una de las voces más importantes
de la lírica cubana –ha sido seleccionada en el volumen The Cuban Team, preparado por Óscar Cruz, 2015–
y de la continental –en 2015 Casa de Poesía editó en Costa Rica una antología
de su obra bajo el título Para empinar un papalote; y ha participado en el XXII
Encuentro de Mujeres Poetas de Cereté (Colombia), 2015–.
Los cordobeses estáis de enhorabuena. En 40 minutos, Jamila Medina leerá sus poemas en la sala Orive, en el marco del festival de Cosmopoética.
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