¿Es la instrucción pública el primer origen de la prosperidad del país?
Sin duda. […] Sin ella todo decae y se arruina en un Estado. […]
Todas las clases tienen derecho a ser instruídas. Lo tienen porque la
instrucción es para todas un medio de adelantamiento, de perfección y
felicidad. Y lo tienen porque, si la prosperidad del cuerpo social está siempre -como hemos probado- en razón de la instrucción de
sus miembros, la deuda de la sociedad hacia ellos será igual para todas, y se
extenderá a la universalidad de sus individuos.
Infiérase aquí que lo que conviene es una institución pública y abierta,
en que se dé toda la enseñanza que pertenece a ella; una institución en que sea
gratuita toda la que se repute absolutamente necesaria para formar un buen
ciudadano. […]
El primer cuidado debe ser multiplicar las escuelas. […]
Gaspar Melchor de Jovellanos, 1802.
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