jueves, 2 de abril de 2015

Demolición de la casa de Ray Bradbury



El pasado mes de marzo fue destruida la casa amarilla de Bradbury, en la que vivió sus últimos 54 años -toda una vida-, y donde escribió buena parte de su obra. Os dejo el enlace a la noticia de prensa, aquí. Y abajo, uno de los poemas que compuso entre aquellas paredes.


Cuando Dios pone un avispero en las entrañas


Cuando los chicos tienen doce años o acaban de cumplir los trece
les sobreviene una locura que antes no existía,
Dios pone un avispero en sus entrañas,
un enjambre que rabia, corre, encela;
por todo el campo,
pálidos chavales semejantes a Jekyll se cubren de pelusa como Hyde.
Con sumo gusto llevarían extraños regalos a las muchachas,
pero lo disimulan pinchándose y picándose, 
hiriéndose los unos a los otros, calandrias
capturadas al vuelo, amontonadas
bajo la hierba a la sombra de los árboles,
allí, cualquier blanco les parece perfecto: chicos o chicas;
de manera que por todo el orbe atacan
a las hormigas, a los amigos apetecibles, ¡o lo que sea!
Ciegos de sangre caliente y locura,
¿cómo podemos sentenciar que su deseo es malo?
Porque sus minúsculas colmenas, un enjambre
armado de abejas, persiguen y pretenden
–día a día y hora a hora–,
polinizar de nuevo esta raíz: a esa flor
a punto de explotar, llena de savia sublevada,
cuando despiertan de la siesta pegajosos, atontados. 
¡Nos asombramos siempre
de la fermentación de estos muchachos fanfarrones medio bestias!
Que un buen día
despiertan y descubren que… ¡son hombres!

(Vivo en lo invisible. Nuevos poemas escogidos. Traducción de Ariadna G. García y Ruth Guajardo González. Salto de Página. 2013) 

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