La tormenta en un vaso publicó hace unos días mi reseña de la última novela de Sofi Oksanen: Cuando las palomas cayeron del cielo (Salamandra. 2013). Quiero señalar aquí que la traductora del libro, Luisa Guitiérez Ruiz, recomendó a la editorial que el título de la obra fuese este otro: Las palomas desaparecieron. Yo avalo su opción, pese al descarte de Salamandra. El título impuesto por la editorial no connota nada. Simplemente es lírico. La sugerencia de Luisa Guitiérrez, en cambio, no sólo connota peligro, muerte (temas asociados a la historia que se relata), sino que además se trata de una traducción literal del finés. Además, este título está relacionado con un pasaje del texto, que lo justifica: tanta hambre se pasó en la Estonia ocupada por los nazis, que éstos se vieron en la necesidad de alimentarse de palomas; de ahí su extinción. Y de ahí la relevancia del título original y de la traducción de Luisa Guitiérrez.
Mi reseña, aquí.
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