Nosotros: hombres y mujeres de la Educación y la Cultura,
profesoras, maestros, estudiantes, escritores, artistas, creadoras,
bibliotecarios… Ciudadanos que no abdicamos de nuestra ciudadanía, vecinas y
vecinos de Madrid, alzamos nuestra voz en defensa de la Educación y la Cultura.
Aquí y ahora.
En este tiempo en que los mercaderes que nos gobiernan
predican la resignación, el acatamiento de la miseria decretada, la sumisión.
Ahora que nos dicen que lo prescindible son los sueños colectivos, la
solidaridad, lo construido con el común esfuerzo, lo público, lo que a todos y
todas pertenece: las escuelas, los hospitales, las bibliotecas… todo lo que es
la urdimbre necesaria sobre la que edificar un mundo justo y habitable.
Precisamente ahora decimos nuestras razones, la dignidad de nuestro trabajo, lo
que estamos dispuestos a defender contra viento y marea, contra la tempestad de
los recortes y el desprecio a la ciudadanía. Porque hablamos de lo necesario,
lo que alimenta nuestra esperanza, un sueño de libertad, un espacio de
encuentro que día a día se hace real en las aulas, en los museos, las
bibliotecas, los libros, los teatros…
Porque la Cultura no es un adorno, un producto superfluo
o decorativo. Es un derecho esencial. Crear aporta una mirada crítica sobre la
sociedad y a la vez la certeza de que son posibles una plenitud y una belleza
que nos pertenecen y a las que no podemos ni debemos renunciar.
La cultura es un espacio de libertad en el que podemos
re-descubrir lo real, experimentar el asombro, inventar palabras, formas y
gestos que digan la verdad de otro mundo posible.
Es un escándalo que cierren bibliotecas de la Obra Social
mientras con fondos públicos se rescata Bankia. Que se haya suprimido el
presupuesto para adquisición de libros en las bibliotecas públicas, el despido
o la no contratación de bibliotecarios, la situación de nuestros archivos. La
consideración del cine, el teatro, la música… no como bienes culturales sino
como productos de lujo que deben ser gravados con un IVA que amenaza su propia
subsistencia. El abandono de cualquier promoción o interés por la creación artística.
Denunciamos la asfixia a la que se somete al mundo de la cultura. No estamos
aquí para competir, para enriquecernos con un producto. Estamos para compartir.
José Luis Sampedro y su compañera, Olga Lucas,
en la Asamblea de Chamberí. Plaza de Olavide. 2011
Y alzamos nuestra voz en defensa de la Educación. Porque
asistimos en los últimos años al mayor ataque que haya sufrido la Enseñanza Pública
en nuestro país en mucho tiempo. Los recortes y su corolario de precariedad,
despidos y cierres, el incremento de alumnos por clase, la supresión de
desdobles y diversificación, que afectan a la Educación Infantil, Primaria y
Secundaria. Y la subida de tasas y matrículas en la Universidad, la penuria
económica de las Facultades, el despido del profesorado… La enseñanza pública en
todos sus niveles está amenazada, mientras se aumenta la financiación y todo
tipo de ayudas a la enseñanza privada.
La Comunidad educativa (profesorado, padres y madres,
alumnado, personal no docente…) viene gritando su NO en las calles en una
inmensa y esperanzada marea verde. Hacemos nuestra su esperanza y sus razones.
Y ahora la amenaza del proyecto de Ley Wert. La Escuela,
y la enseñanza toda, subordinada a los intereses del mercado, los criterios
empresariales definiendo los objetivos y métodos pedagógicos. Y esto desde las
edades más tempranas hasta la Universidad. Valores como el laicismo, la
coeducación y la solidaridad son erradicados de la escuela.
Frente a los valores de competitividad y éxito personal
creemos que, ante todo, la educación es un proceso de socialización y de
desarrollo de un pensamiento crítico, de participación en una tradición
cultural que entendemos como algo vivo. Es un lugar en el que establecer vínculos
sociales y tender puentes entre las distintas generaciones. La educación no es
un negocio privado, es un bien público.
Defendemos una escuela pública, laica, donde se enseñe y
practique la tolerancia pero en el que se excluya cualquier tipo de
adoctrinamiento, y por supuesto el religioso, una escuela para la que la
coeducación es principio irrenunciable, con recursos suficientes, de todos y para
todas y todos, que fomente la igualdad, la solidaridad, el respeto mutuo, la
aceptación de las diferencias, la superación de cualquier discriminación… Por
ello reclamamos que no se dedique un solo euro de dinero público para la
escuela privada.
Y a estos principios no vamos a renunciar. En esta
cultura de la solidaridad, de lo compartido, de lo público, en este ejercicio
de libertad irrenunciable, nos reconocemos. No permitiremos que nos los
arrebaten. El pago de la deuda es la excusa para justificar los recortes. Pero
esta es la deuda de los banqueros y los especuladores, no la nuestra. No
estamos dispuestos a pagar su deuda a costa de educación, cultura, sanidad,
ayudas sociales… Desde esta defensa del bien común, desde esta reapropiación de
lo que a todos y a todas pertenece, afirmamos nuestro compromiso frente a la lógica
de los mercaderes. Y, mujeres y hombres libres, ciudadanos que no abdicamos de
nuestra ciudadanía, alzamos nuestra voz. Aquí y ahora. En defensa de la Educación
y la Cultura, en defensa de lo más necesario.
Chamberí, Madrid, abril de 2013.
Puedes adherirte al manifiesto escribiendo al correo:
manifiestoeducacionycultura@gmail.com
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