miércoles, 17 de abril de 2013

Cabaña de Luosto




Me siento muy a gusto frente a la chimenea,
el suave crepitar de las llamas
me relaja y vacía.

Cuesta encender un fuego, como cuesta
que se eleve el espíritu de un sueño
por encima del barro,
que un amor cobre forma, que una amistad se asiente.
Son necesarios leños,
pastillas de gasoil y algunas ramas;
además de paciencia.

Por las ventanas vemos la tormenta de nieve.
La ira de los copos contraviene a la lumbre,
la niega, aunque comparte su destino
de belleza fugaz.
Las montañas y lagos desconocen
esta condena al límite;
el miedo a que las cosas no perduren,
ni tan siquiera tú.

Bailemos en la alfombra.

Deseo acariciarte en la penumbra,
poseer tu certeza iluminada
por la hermosura efímera del fuego.


                   (De mi libro La Guerra de Invierno. Hiperión. 2013)

4 comentarios:

  1. Poema muy transparente en el que el espacio, tanto interior como exterior,crean una temperatura amorosa sobre la que se cierne la sombra invernal de la caducidad de todo, también del amor. Visualidad, emoción y reflexión se unen en este poema que el lector puede habitar desde su propia vida.

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  2. No podría comentarlo mejor, Javier. Gracias por tus lúcidas palabras y por habitar el poema.

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  3. Enhorabuena Ariadna Te pongo en mi facebook, poeta

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