El pasado 5 de mayo entregamos en el instituto los
premios literarios de poesía y relato. Tuvimos la suerte de que el escritor Fernando
J. López diese
los diplomas a los alumnos premiados. Fue mera casualidad que tras su
charla-coloquio sobre El reino de las Tres Lunas -novela juvenil donde aborda el
motivo de la creación poética colectiva, pues los protagonistas son un grupo de
juglares que componentes una pieza para desvelar un crimen- fuese él,
precisamente, el encargado de pronunciar el lema ("Hijos de la luna")
de la obra ganadora en la modalidad Poesía. ESO ("Sentimientos
nevados"), bajo el cual se agrupaban -para mi orgullo- once alumnos de mi
grupo de 2ºL. Mientras la nueva ley educativa empuja a los alumnos hacia el
individualismo, hacia la competición por ocupar un puesto en un ránquing
escolar, y mientras la sociedad capitalista exporta como valor supremo el
económico; mis estudiantes han defendido los valores contrarios: la unión para
alcanzar un objetivo común, que no ha sido otro que divertirse escribiendo un
poema conjunto. Así, han reivindicado la fuerza del grupo para perseguir un
objetivo estético, para alcanzar una meta ilusionante para todos. No lo han
hecho por dinero (apenas tocan a cuatro euros por cabeza), sino por compartir
un proyecto, por unirse aún más de lo que están, por disfrutar tanto de la
creación literaria como de los preparativos (búsqueda de un lema integrador, de
un título, de un medio ingenioso para repartirse el premio, de un orden compositivo…). Han demostrado que están muy
por encima de las raquíticas metas que el sistema educativo trata de imponerles
(mera memorización de contenidos), y de la estrecha visión con que los adultos
muchas veces los miran. Algunos miembros del jurado no daban crédito a la feliz
colaboración de estos once adolescentes para ilusionarse juntos
compartiendo una meta. A veces somos los propios adultos los que minusvaloramos
a nuestros estudiantes. Pero dentro de las aulas tenemos un potencial
arrollador que, a nada que se estimule un poco, puede dar frutos tan bellos como
este premio tan merecidamente otorgado a mis once alumnos.
En homenaje
a ellos, y con el orgullo que puede sentir una profesora hacia sus chicos, dejo
aquí el poema ganador. Es un honor y un privilegio tener la oportunidad de dar
clase a unos estudiantes tan creativos y tan entusiastas. Ellos mismos me han
pasado el texto premiado indicando el haiku escrito por cada uno.
La nieve
fría.
Un
hombre solitario:
La soledad.
(Plamena)
La
blanca nieve.
Paisaje
sin salida.
Un
viento helado.
(Daniel)
La nieve
blanca
en los
campos de invierno.
El
hombre triste.
(Gabriela)
Estaba
solo
como un
punto en la nieve,
desvanecido.
(Sara)
Soledad
fría,
mundo descolorido:
la nieve
blanca.
(Heydi)
Vacío al
frente,
silencios
en la nieve,
soledad
blanca.
(Amalia)
La
cresta blanca
se ve
disimulada
allí a
lo lejos.
(Virginia)
Miran
atrás:
ven los
copos caer,
desvanecerse.
(Lucía)
La gran
ventisca
cubre nuestro
camino:
siempre
atrapados.
(Qiqi)
Calma
absoluta.
Ventisca
arrolladora.
Siento
impotencia.
(Hao)
Soledad
blanca.
Existencia
pequeña.
Frío
aislamiento.
(Paula)
¡¡¡Felicidades !!! Me parece interesantísimo escribir en grupo. No olvidarán ese premio.
ResponderEliminarSon un grupo muy cohesionado. El diploma lo han colgado en el tablón del aula. Son generosos e imaginativos. Una delicia, vamos.
ResponderEliminarEnhorabuena a ti y a tus alumnos. Ojala iniciativas así se extendiesen.
ResponderEliminarFelicidades a todos por el premio. Me parece extraordinario su trabajo en equipo y ojalá esto ayude a que no se les vea como simples máquinas que memorizan libros de texto.
ResponderEliminarGracias a vosotros por vuestros comentarios. A los chicos les van a encantar.
ResponderEliminar