El pasado 3 de agosto el suplemento Babelia, del periódico El País, publicó una reseña de Luis Bagué Quílez sobre mi poemario La Guerra de Invierno (Hiperión. 2013), Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández-Comunidad Valenciana:
En La Guerra de Invierno, Ariadna G. García (Madrid, 1977) entrega el
testimonio de un viaje a Finlandia, decorado real y trasunto metafórico de la
Europa que surgió del frío. Dividido en tres partes y un epílogo, este libro
condensa la identidad de un país y las huellas dactilares de la autora. En el
primer apartado, los paisajes portuarios, los senderos remotos y los límites
del idioma ofrecen una postal de la incertidumbre. Sin embargo, lejos de la
pincelada costumbrista que glosa el nomadismo de los “españoles por el mundo”,
aquí se aprecia la convergencia entre la memoria colectiva y el arrastre de la
intimidad. No en vano, el relato amoroso esbozado en estas páginas se presenta
como un mapa elocuente donde la “mirada es enigma, / una interrogación / que
abre fronteras”. En la segunda sección, la densidad del poema en prosa sirve de
soporte a un tapiz coral en el que los héroes y los traidores del pasado
exponen su versión de la historia. Mientras que ‘La exploración (1883)’ avanza
hasta el cinturón helado de Groenlandia, las distintas viñetas de ‘La Guerra de
Invierno (1939-1940)’ rememoran la invasión de Finlandia por parte de la Unión
Soviética, en los albores de la Segunda Guerra Mundial. Las proezas del
francotirador Simo Häyha, el monólogo del patinador Birger Wasenius y las
secuencias de combate reflejan una crudeza no exenta de lirismo. Los cadáveres
flotantes, que emergen a la superficie para mostrar “los horrores de la guerra”,
entroncan con una poderosa imagen contenida en el Kaputt de Curzio Malaparte: la de los caballos hundidos en
el Ladoga y cristalizados en su galope furioso. Finalmente, la tercera parte
acoge la intemperie solidaria de dos amantes en el Círculo Polar. Ya cerca del
regreso, los últimos textos se conciben como copos de sentido o haikus boreales
sobre la relatividad de la existencia: “El espejo glaciar se ha derretido. / A
lejos redobla / la intensa partitura de las aguas”. La conciencia compositiva,
la riqueza de matices y la diversidad de registros de La Guerra de
Invierno confirman
a Ariadna G. García como una voz destacada en el panorama de la poesía española reciente.
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