Parece como si el cielo fuera una superficie cristalina
que encerrase un mundo en miniatura. Y pienso que no puedo escapar de este
mundo cerrado. El aeropuerto es una bola de nieve, y nosotros, las figuras
clavadas en su corazón de cristal. En lugar de castillos o iglesias, habitamos
aviones. Con frecuencia me entrego a ensueños de fuga. Pero sé que no hay
escapatoria posible. A veces tengo la sensación de que si alguien se asomase a
mis ojos podría ver la pista, llevo dentro su páramo de frío. Nuestra
vida transcurre bajo una gran cubierta de sombra y de silencio. Vivimos un
presente sin futuro; devanamos un tiempo idéntico a sí mismo eternamente.
(Fragmento extraído de mi novela inédita, 2012)
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