miércoles, 30 de diciembre de 2015

El apellido. Nicolás Guillén




 
Desde la escuela
y aún antes… Desde el alba, cuando apenas
era una brizna yo de sueño y llanto,
desde entonces,
me dijeron mi nombre. Un santo y seña
para poder hablar con las estrellas.
Tú te llamas, te llamarás…
Y luego me entregaron
esto que veis escrito en mi tarjeta,
esto que pongo al pie de mis poemas:
las trece letras
que llevo a cuestas por la calle,
que siempre van conmigo a todas partes.
¿Es mi nombre, estáis ciertos?
¿Tenéis todas mis señas?
¿Ya conocéis mi sangre navegable,
mi geografía llena de oscuros montes,
de hondos y amargos valles
que no están en los mapas?
¿Acaso visitasteis mis abismos,
mis galerías subterráneas
con grandes piedras húmedas,
islas sobresaliendo en negras charcas
y donde un puro chorro
siento de antiguas aguas
caer desde mi alto corazón
con fresco y hondo estrépito
en un lugar lleno de ardientes árboles,
monos equilibristas,
loros legisladores y culebras?
¿Toda mi piel (debí decir),
toda mi piel viene de aquella estatua
de mármol español? ¿También mi voz de espanto,
el duro grito de mi garganta? ¿Vienen de allá
todos mis huesos? ¿Mis raíces y las raíces
de mis raíces y además
estas ramas oscuras movidas por los sueños
y estas flores abiertas en mi frente
y esta savia que amarga mi corteza?
¿Estáis seguros?
¿No hay nada más que eso que habéis escrito,
que eso que habéis sellado
con un sello de cólera?
(¡Oh, debí haber preguntado!)
Y bien, ahora os pregunto:
¿No veis estos tambores en mis ojos?
¿No veis estos tambores tensos y golpeados
con dos lágrimas secas?
¿No tengo acaso
un abuelo nocturno
con una gran marca negra
(más negra todavía que la piel),
una gran marca hecha de un latigazo?
¿No tengo pues
un abuelo mandinga, congo, dahomeyano?
¿Cómo se llama? ¡Oh, sí, decidmelo!
¿Andrés? ¿Francisco? ¿Amable?
¿Cómo decís Andrés en Congo?
¿Cómo habéis dicho siempre
Francisco en dahomeyano?
En mandiga ¿cómo se dice Amable?
¿O no? ¿Eran, pues, otros nombres?
¡El apellido, entonces?
¿Sabéis mi otro apellido, el que me viene
de aquella tierra enorme, el apellido
sangriento y capturado, que pasó sobre el mar
entre cadenas, que pasó entre cadenas sobre el mar?
¡Ah, no podéis recordarlo!
Lo habéis disuelto en tinta inmemorial.
Lo habéis robado a un pobre negro indefenso.
Lo escondisteis, creyendo
que iba a bajar los ojos yo de la vergüenza.
¡Gracias!
¡Os lo agradezco!
¡Gentiles gentes, thank you!
¡Merci!
¡Merci bien!
¡Merci beaucoup!
Pero no… ¿Podéis creerlo? No.
Yo estoy limpio.
Brilla mi voz como un metal recién pulido.
Mirad mi escudo: tiene un baobab,
tiene un rinoceronte y una lanza.
Yo soy también el nieto,
biznieto,
tataranieto de un esclavo.
(Que se avergüence el amo)
¿Seré Yelofe?
¿Nicolás Yelofe, acaso?
¿O Nicolás Bakongo?
¿Tal vez Guillén Banguila?
¿O Kumbá?
¿Quizá Guillén Kumbá?
¿O kongué?
¿Pudiera ser Guillén Kongué?
¡Oh, quién lo sabe!
¡Qué enigma entre las aguas!


(Elegías, 1958)
 

domingo, 27 de diciembre de 2015

Entrevista en Radio UMH




El pasado 3 de diciembre se emitió la entrevista que me hizo la emisora de la Universidad Miguel Hernández de Elche, a propósito del repaso que ha venido haciendo de los ganadores del Premio Internacional de Poesía Miguel Hernandez-Comunidad Valenciana, que tuve el honor de ganar en el año 2013 con mi libro La Guerra de Invierno.

Podéis escuchar el programa, "Sentido inverso" pinchando aquí.

 

viernes, 25 de diciembre de 2015

La Manzana Poética, 40-41

Si el año pasado tuve el honor de aparecer en la antología Generación 2001. 26 poetas españolas,


de la que se hico eco Cuadernos del Sur, este 2015 tengo la suerte de formar parte de un nuevo título compilatorio de la infatigable revista La Manzana Poética: 38 Poetas españoles actuales. Un lujo de cartel para todo amante de la poesía.

Feliz Navidad


 

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Me traducen al portugués



Recientemente, la traductora Marcia Pfleger ha realizado tres versiones portuguesas de otros tantos poemas de La Guerra de Invierno, que han sido publicadas en Mallarmargens, el blog de la poeta brasileña Jandira Zanchi, a la que he tenido el honor de conocer en el XXII Encuentro Internacional de mujeres poetas de Cereté (Colombia). Con mi agradecimiento para las dos.

Para leerlos, pinchad aquí.


lunes, 21 de diciembre de 2015

Cereté V: Yirama Castaño Güiza (Colombia)



 
Fuego inicial


¿Para qué explicarte
            el sentido de este verso?

Ahora tu piel
muda y sorda,
más que instante
menos que agujero.

Yo soy la cuota
del receso inútil.


Esperar es concederte
            la posibilidad
            del
            fin. 


(Poema del libro Malabar en el abismo. Antología, 2012)

 

sábado, 19 de diciembre de 2015

El cielo en movimiento



Tengo el honor de colaborar con poemas inéditos en el libro El cielo en movimiento (Dos Bigotes, noviembre 2015), nacido del entusiasmo de Alberto Rodríguez y Gonzalo Izquierdo, sus editores. Se trata de un volumen misceláneo que pretende tender puentes entre el pasado y el presente, "entre algunos de los nombres más destacados de la movida madrileña y una serie de creadores que desarrollan su actividad en pleno siglo XXI" (del Prólogo). El libro reúne ensayo, poesía, relato, ilustración, teatro, cómic, música y fotografía de autores como Pedro Almodóvar, Enrique Tierno Galván, Luis Eduardo Aute, Fernando J. López, Óscar Esquivias, Iñaki Echarte, Alicia Ramos, Eduardo Mendicutti, Ouka Leele o yo misma.  "Una excelente oportunidad para recordar el Madrid que fue e imaginar el que está por llegar".

Disfrútenlo.


miércoles, 16 de diciembre de 2015

Cereté IV: Beatriz Vanegas Athías (Colombia)



 
En la puerta

Cuando abres la puerta de tu casa,
es posible que halles la síntesis de tu vida.
Es todo un evento desplegar la puerta.
Aunque pasen los años y el hastío apolille
tus sueños de aventura, allí, en la puerta,
encontrarás las piezas para completar el rompecabezas de tu ser
Hallarás la alegría en la carta que te anuncia el fin de la ausencia.
La desazón y las sin salidas
en los recibos incalculables.
El aburrimiento en la visita indeseada.
La ilusión en la invitación anhelada.
La zozobra en los golpes a la medianoche.
Abres la puerta para salir de la jaula.
Cierras la puerta para proteger el amor
y desbordar la ternura.
Al pie de la puerta añoras a quien se fue.
Al pie de la puerta ocurre el regreso.
La tarde entra por ella
y el alba y su soledad tambien.
Es todo un evento desplegar la puerta;
aunque pasen los años y el hastío apolille
tus sueños de aventura, allí, en la puerta,
encontrarás las piezas para completar el rompecabezas de tu ser.

(Del libro Festejar la ausencia, Universidad Externado de Colombia, 2015)