Antología. Juana Inés de la Cruz

domingo, 19 de octubre de 2025

Recordatorio de presentación

 


Este próximo sábado 25 de octubre presento Adamar en la librería Antígona de Zaragoza. Me acompañará mi querido David Mayor. A las 12:00. Os esperamos.



viernes, 17 de octubre de 2025

Adamar, en Estado Crítico


 

Juan Carlos Sierra firma hoy un extensa e interesante reseña, para Estado Crítico, de mi último poemario: Adamar (Pre-Textos, 2025). La tenéis aquí:


"Mística pagana ecologista y enamorada


Según se indica en las páginas de inicio de Adamar, el último poemario publicado hasta la fecha por Ariadna G. García (Madrid, 1977), este título hay que entenderlo etimológicamente como “amar con pasión y vehemencia”. Tirando de este hilo, podríamos pensar que nos espera un libro de amor desbordante, de amor fou, uno más, pero ya anticipamos que en sus versos no aparece lo que comúnmente se entiende por pasión y vehemencia en materia amorosa ni mucho menos estamos ante unos poemas que reduzcan al amor al ámbito de la pareja.

            Esta nota etimológica se complementa al volver la página con una serie de citas que encajan coherentemente con el programa lírico que prometen y que se materializará más adelante. Son, por otra parte, citas heterogéneas, multiculturales y diacrónicas que van de Lao-Tse a Van Gogh pasando por Fray Luis de León, Marco Aurelio, Horacio o Virgilio. Las ideas que se desprenden de ellas además guardan relación -y lo comprobaremos según avancemos en la lectura de Adamar– con parte de la obra más reciente de la poeta madrileña, especialmente con Sabiduría de los límites y Línea de flotación, dos libros publicados en un solo volumen en el año 2023 por la Editorial Universidad de Alcalá. Cabría pensar, pues, que para asistir otra vez a la misma poética no va a merecer la pena continuar ni con el poemario -¡error!- ni con esta reseña -¿acierto?-. Ariadna G. García no es poeta que escriba siempre el mismo libro, aunque el sustrato pueda parecer similar. En Adamar añade un elemento no mencionado en poemarios anteriores o quizá solo tratado de refilón, algo a lo que llamaremos mística pagana. Me explico.

Adamar está atravesado principalmente por la filosofía oriental Zen, como refleja el título de su séptima y última sección, es decir, por el taoísmo de Lao-Tse, pero este se entrelaza con el estoicismo clásico de Marco Aurelio y compañía, la ascética de Fray Luis de León o la mística de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, a los que en cierto modo se echa de menos entre el cuerpo de citas que encabezan el poemario que nos ocupa. A esta tradición habría que añadir una línea de pensamiento y de acción más actual, el ecologismo anticapitalista -valga el pleonasmo-. Esta aparente dispersión de escuelas de pensamiento encuentra su mínimo común múltiplo en el desapego materialista y la aspiración a una trascendencia no adscrita a creencia religiosa alguna.

Ariadna G. García construye en sus versos un discurso que busca, en primer lugar, la introspección, el recogimiento reflexivo en los particulares cuarteles de invierno de cada uno, el autoconocimiento, en definitiva, condición imprescindible para ir más allá de las miserias de(l) ser humano, de sus limitaciones -¿autolimitaciones?- y angustias. La contemplación de la Naturaleza -‘Rosa amarilla’- y del cosmos -‘Noche oscura’- puede conducirnos por las vías de iniciación previas -purgativa e iluminativa- a alcanzar un estado de comunión mística con lo que la autora llama el Todo -sea eso lo que sea-.

En este sentido, la poesía parece cumplir un papel más que interesante. Los versos son en ‘Premonición’ (página 15), primer poema del libro, “poema-arca” que salva el mundo, al tiempo que lugar indicado para refugiarnos, ese cuartel de invierno que nos remite al libro homónimo de 1987 de Luis García Montero. En ‘Defensa de la poesía o el sabor de la manzana’, el prólogo añadido a la edición de 2002 de este ensayo del poeta granadino, se concluye lo siguiente: ”…Palabra poética que defiende la conciencia singular frente a la homologación y mantiene abierto el diálogo con el otro frente a la pérdida de los vínculos…”. Hay que entender que la poesía, en concreto la de Ariadna G. García, puede erigirse como uno de esos lugares propicios para esa introspección, para encontrarse uno consigo mismo al margen de los lugares comunes, pero sin endiosarse por ello, sino más bien como punto de partida para el diálogo con los demás en un entrecruzarse constante de lo privado y lo público, lo personal y lo social, el individuo y la república. Por otra parte, la poética de Adamar parece orientarse además hacia la preocupación por la potencialidad real de las palabras en los versos, por su capacidad para pasar de las palabras a los hechos, como podemos leer en ‘Luz’ (página 64).

Este diálogo se establece en todo el libro, pero muy particularmente en la parte titulada ‘Álbum familiar’, sección cuarta y central del poemario. Toda la lucha y la denuncia públicas a favor siempre del conjunto de la Humanidad, se cultiva también en lo pequeño, en lo aparentemente insignificante, de forma muy especial a partir del cultivo de cierta sensibilidad en el ámbito común más privado, en el seno familiar, en particular en los hijos; una sensibilidad construida a partir de experiencias que puedan convertirse en recuerdos definitivos y definidores de una personalidad adulta responsable, empática, solidaria, fraternal, respetuosa con lo natural y con lo humano, un legado este que probablemente la voz poética de Adamar no va a ver porque la lógica de las leyes naturales relativas a la vida y a la muerte así lo van a dictaminar, pero que confía en que se convierta en esperanza de futuro  -‘Rascafría’ (página 49) e ‘Isla de Ons’ (página 52)-.

Volviendo un poco hacia atrás, en concreto a la segunda sección de Adamar, la titulada ‘Naturaleza urbana’, habría que apuntar otro diálogo, pero en este caso fracasado de momento, el de la civilización frente a la Naturaleza o, dicho de otro modo, la imposibilidad de conversar con un capitalismo sordo, ciego, pero gritón, estridente, avasallador. No obstante, desde un ecologismo nada naif, se puede apostar por rincones de resistencia dentro de las ambiciones desproporcionadas del propio sistema  como, por ejemplo, un huerto urbano en el poema ‘Locus amoenus’: ”…Qué lejos de nosotros los coches deportivos,/ las escopetas de caza, las vajillas de oro,/ los chalets en la costa o el dinero./ No ambicionamos más/ que la charla en la sombra con amigos,/ la risa de los hijos cuando pisan un charco/ los besos que el sol riega estremecido,/ la colorida fiesta de los frutos/ colgados y una mesa/ de paz. Nuestra riqueza/ consiste en ser conscientes del milagro/ de estar un tiempo aquí, entre las cosas”.

Abundando en la misma línea de pensamiento y de acción, los versos de Ariadna G. García  nos advierten de que, a no ser que se haga algo ya, la herencia que van a recibir nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos, si es que la cosa se alarga tanto, va a ser desastrosa -‘El legado’ (página 41)-, porque el capitalismo solo deja ”…altas torres de acero ya oxidado,/ las colinas de escombros y las negras/ cordilleras de latas y de plástico…”, es decir, basura, el envés de la belleza de la Naturaleza o de algunas civilizaciones pasadas.

De modo que llega un momento en Adamar, en concreto en su quinta parte, la titulada ‘En el reverso: el odio’, para la denuncia frontal, abierta y descarnada. Hay que asumir, por tanto, el riesgo poético y cambiar un poco el tono del libro, aun a riesgo de pinchar. Las tres secciones/poemas en que está dividida esta parte, aunque complementarias, adolecen en cierto sentido del blanco y negro, de la retórica de los buenos frente a los malos. Aunque no le falte razón en la denuncia a la poeta madrileña y tampoco realidad, el conjunto se ve huérfano de la profundidad del conjunto del libro; la denuncia resulta, por tanto, algo falta de fuerza por su previsibilidad. No obstante, dentro de la arquitectura del poemario no dejan de ser poemas necesarios, ya que reflejan una realidad insoslayable, la pertinaz existencia del mal.

            En cualquier caso, Adamar remonta inmediatamente -y de qué manera- en sus dos últimas secciones, las tituladas ‘Plenitud’ y ‘Zen’. Esa ‘Plenitud’ deviene de la contemplación de la Naturaleza, de la apreciación de su belleza humilde, para lo cual uno también ha de adquirir esa misma condición sencilla, incorpórea, ascética -’Ascetismo finlandés’ (página 65) y ‘Recogimiento polar’ (página 66) principalmente-. ‘Zen’ a partir de su tono admonitorio recoge y cierra, especialmente en los poemas titulados ‘Sabiduría de los límites’ (página 77) -ojo a la concomitancia con uno de los libros inmediatamente anteriores de Ariadna G. García- y ‘Crisálida’ (página 78), el programa filosófico y poético del conjunto del poemario en absoluta coherencia con las citas que lo encabezaban.

            Decíamos al inicio de esta reseña que Adamar era un poemario dedicado al amor o en el que se transpira amor, pero de momento no lo hemos mencionado explícitamente. Pues bien, la manera de mirar y vivir el mundo que aparece en sus versos, la aparente insignificancia de lo sencillo y humilde cotidiano, el desasimiento de lo material, la mística pagana propuesta a lo largo de este poemario, incluso la denuncia y la reivindicación en la sección en la que aparece la palabra ‘odio’, no son más que una declaración de amor vehemente y apasionada a la Humanidad y a la Naturaleza. La literatura no tiene la capacidad efectiva e inmediata de cambiar el mundo, y mucho menos la poesía, que como todos sabemos cuenta con una mala salud de hierro en lo relativo a lectores. No obstante, sí que tiene la capacidad de tocar amorosamente lo más profundo de nuestra conciencia. Así sea con Adamar".

Adamar (Pre-textos, 2025) | Ariadna G. García | 88 páginas | 16 euros


Enlace, aquí: https://www.criticoestado.es/mistica-pagana-ecologista-y-enamorada/



jueves, 16 de octubre de 2025

Un recuerdo de la presentación de ayer

 


Ayer tuve la suerte de que me presentase El bosque sagrado (Cántico, 2025) uno de los novelistas que más admiro, Ismael Martínez Biurrun; a quien me une un lazo de amistad desde hace una década. Esta foto me encanta porque dice mucho de la complicidad que compartimos, de la buena sintonía que hay entre los dos. Es un formidable lector de mi obra, y comparto con él un mundo de inquietudes y de referencias. 

Por otro lado, me arroparon mis hijos, mi mujer y un montón de amigos que llenaron la sala de presentaciones de la librería Tipos Infames. Fue una tarde emotiva, divertida y entrañable. Muchos ex alumnos del IES Cervantes, a los que di clase entre los años 2018 y 2021, compartieron conmigo la velada. Cuánto debe este libro a su adolescencia audaz, inteligente y curiosa. 

Soy una escritora afortunada.


   

miércoles, 15 de octubre de 2025

Hoy presento El bosque sagrado

 


Esta tarde, a las 19:00, presento mi tercera novela, El bosque sagrado (Cántico, 2025) en la librería Tipos Infames. Estará conmigo en la mesa su prologuista: Ismael Martínez Biurrun.


Os esperamos.



sábado, 4 de octubre de 2025

Adamar, en Prensa Ibérica


 


Juan Carlos Abril firma una nueva reseña de Adamar. La publica, hoy, el suplemento Abril, del diario Prensa Ibérica. Quedo muy agradecida. El final es inolvidable. 


La reproduzco completa:

Un silencio azulado «Amar con pasión y vehemencia». Eso es lo que significa Adamar, título del nuevo poemario de Ariadna G. García JUAN CARLOS ABRIL Adamar Ariadna G. García Pre-Textos 88 páginas. 16 euros

Ariadna G. García (Madrid, 1977) ha desarrollado una trayectoria de marcada coherencia en la que destacan poemarios como Ciudad sumergida (2018) y Sublevación (2020). Su última obra, Adamar, recoge desde su título un verbo que se encuentra en desuso en nuestra lengua española y que significa amar con pasión y vehemencia. Adamar se divide en siete secciones, que van marcando a su vez una evolución narrativa: I. El invierno interior, II. Naturaleza urbana, III. Lecciones de las ruinas, IV. Álbum familiar, V. En el reverso. El odio, VI. Plenitud y VII. Zen. Desde el título se indica una energía positiva, una pasión que emana de un amor profundo, no desesperado y trágico, sino un sentimiento utópico y universal, una motivación que nace de lo más interior del ser humano. Además, en este caso, usado así como verbo en infinitivo y como título del poemario, se refuerza esa idea de querer incidir en el amor. Amor absoluto actualizando el arcaísmo. Desde el inicio, en Premonición (15), la voz autorial se halla ante la nada y el vacío, ante una situación poco halagüeña. El sujeto contemporáneo se encuentra escindido, roto por las incumplidas promesas de felicidad pública y por la precariedad de lo cotidiano. El sueño de la ciudad produce monstruos. La vida urbana es miserable. El invierno representa una estación arisca y dura, pero al mismo tiempo posibilita la meditación y la mirada reflexiva. «Mira el cielo en la noche / de temblores helados, cuando pienses / que nada importa mucho, que es un fraude / la vida, que tenemos / muy poco tiempo / y demasiada angustia / para estrujarlo» (16). Sin embargo, el ser humano debe aferrarse a algo, aunque sea a lo efímero de la existencia. ¿Y a qué nos asimos como un clavo ardiendo? Al amor, del que existen diversas clasificaciones a lo largo de la historia, dividiéndose en el amor erótico o pasional, el amor familiar, el amor fraterno, etcétera. He ahí donde este Adamar comienza a desplegarse, desde su propio concepto, a manera de universo expandido en el que subyace el amor al planeta y a los seres que nos rodean como principio base, desde la tolerancia de la diversidad que nos define tanto en el reino vegetal, en el reino mineral y en el reino animal. La poesía de Ariadna G. García entronca de este modo de lleno en una lectura ecocrítica de la realidad, muy urgente ante el cambio climático. Fruto de esa búsqueda es la sección segunda. El poema Huerto urbano (23-24) plantea una realidad cada vez más habitual, rodeados de verduras transgénicas y carne hormonada. El saludo a la renovación de la naturaleza y el nuevo ciclo vegetal es más que una constatación, pues se plantea como un símbolo del poder natural a pesar del desastre humano: «Decidme quién detiene en primavera, / tras los duros rigores invernales, / la lasciva explosión de los almendros» (25). Y con esa eclosión también va madurando el poemario. A pesar de las ruinas, los viajes y el cariño darán paso a los hijos, nuestra extensión individual en el tiempo y en la historia colectiva: «Ascienden por el aire / las risas de mis hijos / como fulgor que une lo disperso, / lo que olvidé, los huecos, las ausencias. / Regresa a mí la paz» (45). El poema Bahía de Arcachon ratifica ejemplarmente nuestro lugar en el mundo y nuestra misión, si es que hay alguna, como habitantes de pleno derecho y residentes desde nuestra brevedad. «Tras recorrer la senda polvorienta, / subimos los peldaños de la duna / con los niños cargados a la espalda. / Luce un sol de cristales. Ascendemos / a un silencio azulado / donde respira todo lo que importa / con la humildad del barro sin cocer.» (46). Brevedad definida por ese mandato ético de nuestras acciones, que vienen determinadas por una suerte de código deontológico no escrito, pero que plantea necesidades vitales como no matarás. Asimismo contra la barbarie: «Los disparos de tanque han demolido / los gigantescos budas / tallados con amor en la montaña» (58). Poco más podemos añadir excepto que la poesía de Ariadna G. García es tan necesaria como el pan de cada día. Como el aire que exigimos 13 veces por minuto. 


domingo, 28 de septiembre de 2025

Adamar, en Vien Sur

 


Acaba de salir una nueva reseña de mi último poemario,  Adamar (Pre-Textos, 2025). La firma el poeta Antonio Crespo. La ha publicado Viento Sur, nº 128, septiembre 2025. Pág. 127. Se detiene, fundamentalmente, en el diálogo que entablo con la cultura clásica, citando tanto mis versos como las citas que coloqué al frente del libro. Habla de las "referencias clásicas constantes" y del "homenaje a los clásicos" que yo misma explicito en los poemas y en los paratextos. En realidad, no realizo ningún homenaje. Actualizo su legado para adaptarlo a nuestro tiempo. En mis versos no recoge una herencia como quien colecciona un fósil. La hago revivir con de forma nueva. Reacuño los topicos para que latan con fuerza en nuestro tiempo. Lo mío no son las estatuas, sino la piel caliente.   

jueves, 18 de septiembre de 2025

Alguna pista sobre El bosque sagrado


 


El miedo es paralizante. Nos limita. A menudo construimos nuestra identidad a partir de él, negando la posibilidad de ser quienes podríamos. ¿Cómo lo podemos evitar? Enfrentándonos a nuestros terrores. De esa prueba trata, en parte, El bosque sagrado. De la lucha de una adolescente por encontrar su sitio; del silencio de una anciana para proteger un secreto demasiado comprometedor.

 

La novela se articula en dos partes.

 

La primera se localiza en Madrid.

 

Y aquí la historia se divide en dos tramas. Ambas están narradas por un narrador omnisciente. La primera transcurre en febrero de 1936, y está protagonizada por José Sandoval: un biólogo de la Escuela Veterinaria, recientemente seleccionado para formar parte de un equipo de investigación que realizará su trabajo de campo en la Laponia finlandesa. La segunda se localiza en la actualidad, y tiene por protagonistas a Nico y Jimena, dos hermanos mellizos adolescentes, estudiantes de 4º ESO en el IES Cervantes, uno de los seis institutos históricos de la capital. El hallazgo de un extraño diario en las buhardillas secretas del centro es el detonante de la aventura en la que, sin quererlo, se verán implicados.

 

La segunda parte de la novela se localiza en el Círculo Polar.

 

De nuevo la historia se divide en tramas. En esta ocasión, la primera transcurre entre los años 1941-1944. Es decir, durante la Guerra de Continuación y la Guerra de Laponia, que enfrentó a finlandeses y rusos. La denomina “Operación Barbarroja”, puesta en marcha por el III Reich, pondrá en jaque a los científicos de la base de Inari, donde trabaja José Sandoval. La presencia de un grupo de soldados alemanes pertenecientes a la 3ª División de Montaña creará tensiones entre los militares y los civiles. Más aún, al desvelarse el motivo real de su irrupción allí: la búsqueda de un objeto que cambiará el curso de la Guerra.

 

La segunda trama la protagonizan Jimena y Nicolás. El traslado de la familia a Rovaniemi, por el puesto de trabajo que ha conseguido una de las madres en Finlandia (docente, de profesión), desencadenará una serie de sucesos que mantendrá en vilo a los adolescentes: persecuciones, espionaje, encuentros fortuitos, enfrentamientos y aparición de elementos sobrenaturales. 

 

Hay una tercera trama, protagonizada por Aina, una adolescente finlandesa. En ella convergen las tramas anteriores, es el catalizador del libroAina emprende en la obra el viaje de la heroína, un rito de paso en el que son cruciales los hermanos españoles y sus propios ancestros. Y es que aquí la novela se escora hacia la fantasía, la ecología y la espiritualidad: lo que incluye viajes en el tiempo, viajes astrales en busca de conocimiento y el enfrentamiento entre fuerzas opuestas: el bien y el mal.

 

La chamana es una novela muy bien narrada, con mucho ritmo, diálogos trepidantes y personajes redondos, que carga contra uno de los males eternos que arrastra nuestra civilización: la ambición desmedida, que conlleva amenazas para el mundo. El estilo es lírico, poético; la prosa, cuidada.

 

El libro rinde culto a la amistad, al empoderamiento femenino, a la cultura, a la espiritualidad y a la preservación de la Tierra. Por otro lado, critica la discriminación racial, religiosa y homófoba; así como la destrucción de la biosfera. Y todo ello lo hace combinando con habilidad distintos géneros: aventura, ciencia-ficción y fantasía. 

 

Mi libro dialoga con un doble cuerpo de lecturas: las clásicas de aventuras (Viaje al centro de la tierra, La llamada de lo salvajeLa máquina del tiempo) y las de fantasía más reciente (El bosque mitago, La canción secreta del mundo, Las leyendas de los Otori).

 

El bosque sagrado combina la Historia con la mitología, la ciencia con la religión, la realidad con la magia.

 

Cuando se acaba el libro, los lectores también se han transformado.



jueves, 11 de septiembre de 2025

Publico nueva novela (y ya van tres)

 


Es un honor anunciar la publicación inminente de mi tercera novela, El bosque sagrado, que tengo la fortuna de publicar, de la mano del editor y poeta Raúl Alonso, en Cántico. Estará en las librerías a finales de mes. Además, tengo el privilegio de que el libro salga con prólogo de Ismael Martínez Biurrun, uno de los novelistas españoles que gozan de más predicamento por parte de la crítica académica y entre los lectores de ciencia-ficción, terror y fantasía.

Me puse en contacto con Raúl Alonso para hablarle de la novela el pasado 15 de mayo, y apenas cinco días después, el 20, me proponía lanzarla en su colección de narrativa. Lo cierto es que libro encaja a la perfección en su línea editorial, centrada en cuestiones ecológicas, de género y de diversidad afectiva. Si algo he aprendido con el paso de los años, es que cuando una obra literaria gusta, los editores la acogen con cariño e ilusión desde el primer instante. Encuentran un camino y la hacen hueco. No se hacen de rogar. Y este es el momento idóneo para agradecer a mi editor su apuesta por el libro y su profesionalidad; a Daniel Vera, las horas que ha invertido en su maquetación; y a Ismael Martínez Birrun, su generosas palabras preliminares.    

Durante los próximos días subiré al blog información variada sobre El bosque sagrado. Por el momento, os dejo aquí la nota de sinopsis:

Jimena y Nicolás abandonan Madrid rumbo al norte de Finlandia sin saber que sus vidas están a punto de entrelazarse con un misterio ancestral. En el corazón helado de Laponia, bajo auroras boreales y rodeados de bosques amenazados por la industria, descubren una conexión olvidada con los espíritus de la Tierra y con una estirpe de guardianes chamánicos que lleva siglos resistiendo en silencio. A través de una trama que cruza tiempos y generaciones —desde la persecución de los chamanes sami en el siglo XVII, hasta las expediciones científicas de los años 30 y las luchas ecologistas del presente— El bosque sagrado traza un poderoso relato coral sobre la urgencia de defender la naturaleza. En su tercera novela, Ariadna G. García despliega una prosa lírica y envolvente que fusiona la intensidad de la aventura con la delicadeza de la poesía. Su narrativa, rica en imágenes sensoriales, evoca los paisajes árticos y los ecos de la mitología sami, mientras entrelaza con maestría múltiples líneas temporales y un elenco de personajes caracterizados con una profunda penetración psicológica. El bosque sagrado es una novela ambiciosa donde la tensión épica se equilibra con grandes momentos de introspección y reflexiones sobre la vida, el amor y la esperanza.



miércoles, 23 de julio de 2025

Presentación en Zaragoza

 


El próximo sábado 25 de octubre presentaré Adamar (Pre-Textos, 2025) en la librería Antígona, de Zaragoza. Será a las 12:00. Me acompañará el poeta David Mayor. 



martes, 15 de julio de 2025

La tormenta en un vaso

 


Tuve el inmenso honor de formar parte del equipo de colaboradores del blog de crítica literaria La tormenta en un vaso, que co-dirigían Care Santos y Dioni Olmedo. Entre los años 2007-2017, en que cerró, publiqué allí 83 reseñas de poemarios, novelas, libros de relatos, cómics y obras teatrales. 


Os dejó aquí la colección completa, más otras críticas que me dedicaron otros reseñistas tan apasionados como yo:


https://latormentaenunvaso.blogspot.com/search?q=ariadna+g.+garc%C3%ADa



jueves, 10 de julio de 2025

Aurora Luque habla de Adamar

 


         La célebre poeta malagueña Aurora Luque (Premio Nacional de Poesía en 2022) ha publicado en su muro de Facebook (10/07/2025) un elogioso comentario sobre mi último libro de poemas, Adamar. Es un privilegio que una experta en literatura clásica (además de poeta, Luque es profesora de Griego en la Universidad de Granada) dedique las siguientes cálidas palabras a mi poemario:

        Adamar es un apasionado canto de amor a la vida a pesar de todo: a pesar del odio que la quiere infectar, a pesar del legado sucio que dejaremos, a pesar del cansancio de los cuerpos. Los árboles, los huertos, los hijos, la calma, la nieve sobre las viñas: todo lo que vale la pena lo guarda la poeta en sus poemas-arca.

        Destaco un poema muy poderoso, en el que Ariadna G. García renueva el género clásico de la poesía de las ruinas. Se titula "Caesar Augusta": antes que la belleza perdida de las piedras, la belleza intangible de nuestras conquistas del espíritu. Reproduzco el muy rotundo y recomendable fragmento final. A Olimpia de Gouges le habrían gustado estos versos:


       [...] El colosal teatro ya ha perdido

       el antiguo esplendor. La soledad

      centellea en las ruinas

      bajo el azul profundo de la noche.


      Sin embargo,

      yo prefiero rendirme a una belleza

      inmaterial, forjada

      con la sangre,

      bruñida con el espíritu: 


     los avances de mi civilización,

     que ha hecho trizas el yugo del esclavo,

     que ha ungido a la mujer de dignidad.


     Nos fulge

     la libertad. Hoy somos

     -pensadlo bien, amigas- ciudadanas.


     Volved los ojos hacia

     el estanque celeste:

     los astros ebrios giran.

martes, 1 de julio de 2025

Publico en la revista Paraíso

 



Hace un año y medio me pidió Juan Carlos Abril (poeta y profesor de la Universidad de Jaén) un artículo sobre mi vínculo con el poeta Miguel Hernández. Fruto de aquella petición escribí el artículo "Miguel Hernández, un hermano en el tiempo", que acaba de salir en el último número de la revista que con tanto acierto dirige: Paraíso (nº 24, año 2025. Págs. 73-78). 


Seguimos.





martes, 24 de junio de 2025

Me entrevistan en Metaverso (RNE)

 


Os dejo aquí el enlace a la estupenda revista que me realizó Juan Suárez para su programa Metaverso (RNE-3):

 

https://www.rtve.es/play/audios/metaverso/metaverso-adamar-ariadna-g-garcia-editorial-pre-textos-25-06-23/16634535/

Es un auténtico lujo que la radio pública dedique una hora a la actividad poética. Toda mi gratitud a Juan y a su equipo de técnicos por cederme un espacio tan privilegiado.



jueves, 12 de junio de 2025

Balance literario del curso 2024-2025

 


 

Acaba un curso más (2024-2025) y toca hacer balance. Como acostumbro, he tenido la oportunidad de participar en distintos eventos, que pondré por aquí según los vaya recordando.

 

El curso literario arrancaba el 26 de octubre con la presentación de mi doble poemario Sabiduría de los límites. Línea de flotación (Universidad de Alcalá de Henares, 2023) en la librería Antígona de Zaragoza. Tuve el honor de contar con la complicidad del poeta —y amigo querido— Omar Fonollosa.

 

El 4 de noviembre participé en el homenaje al poeta, editor y amigo Jesús Munárriz. Formamos la mesa: Jenaro Talens, Ignacio Elguero de Olavide, el propio Jesús y yo. El evento se realizó en el Café Comercial.

 

El 8 del mismo mes hice un viaje relámpago a Córdoba para fallar el premio de poesía “Ricardo Molina–Ciudad de Córdoba”. Formamos el jurado: Raúl Alonso (editor de Cántico), Juan Antonio González Iglesias, Manuel Gahete, Estefanía Caballero y yo. Dimos el premio al libro Traslumbramientos, de Santiago Elso Torralba.

 

El lunes 18 de noviembre di mi ponencia “Poesía española del siglo XXI” en el curso Más allá de los clásicos: la literatura española en el siglo XXI; que forma parte del programa de Innovación y Formación del profesorado de la Comunidad de Madrid.

 


 

El 23 de enero tuve el honor de presentar, junto a su autor, el último ensayo de Jorge Riechmann: Otras sendas. Ideas para un programa ecosocialista. Tuvo lugar en la sede en Madrid de Anticapitalistas.

 

En febrero se producía el acontecimiento poético del año. Me llegaban los ejemplares de mi undécimo libro de poemas: Adamar (Pre-Texos). En estos cuatro meses el libro ha cosechado excelentes reseñas, que han salido en los siguientes medios: La voz de Galicia, La estación azul, Zenda, EntreLetras, Diario montañés y Cuadernos del Sur (suplemento de El Diario de Córdoba). Nunca olvidaré las palabras que le dedicó Alejandro López-Andrada: “Estamos ante un libro magistral”, “es en este Adamar donde [Ariadna] encuentra su cénit, su imponente madurez, distinguiéndola como una de las voces más serenas, valiosas e imprescindibles de la poesía española contemporánea” (Cuadernos del Sur). El libro lo presenté en la librería Tipos Infames el Día Internacional de la Poesía. Me hizo el honor de acompañarme Sergio Suárez, en representación de Pre-Textos.

 

El 21 de marzo fallamos el XL Premio de Poesía Hiperión. Recayó en el joven poeta Nicolás Mateos Frühbeck, por su libro Tránsil. Integrábamos el jurado Ana Rosetti, Jesús Munárriz, Manuel García, Benjamín Prado, Francisco Castaño y yo. Ana Rosetti, William González, Jesús Munárriz y yo presentamos el libro, junto a su autor, el 27 de mayo en el teatro Muñoz Seca. Al tiempo, se hizo una gala conmemorativa del 40º aniversario del Premio Hiperión, que condujo Ignacio Elguero.

 

Un año más, he tenido la inmensa fortuna de participar en el Programa del Ministerio de Educación y Cultura “Encuentros con autor”. Agradezco, de corazón, al departamento de Lengua y Literatura del IES “Pedro Salinas” (Madrid) la oportunidad brindada para hablar a sus estudiantes de Bachillerato sobre mi poemario Adamar. La charla tuvo lugar el 27 de marzo. También muestro mi gratitud al departamento de Lengua y Literatura del IES La Sagra (Granada) por darme la ocasión de hablar, el 25 de abril, con sus estudiantes de la ESO sobre Sabiduría de los límites.

 

A su vez, he publicado un artículo en una revista especializada (Paraíso), sobre la influencia de Miguel Hernández en mi obra poética.

 

El 19 de marzo participé en la III Semana Internacional de la Poesía Miguel Hernández, auspiciada por la Diputación de Jaén. Ofrecí una lectura comentada de Adamar. El escenario fue maravilloso: el Palacio de Villarpando (1597). Compartí programa con Aurora Luque, Gioconda Belli, Elsa López, Antonio Manuel Venda, Daniel Calabrese, Vicente Cervera, María Auxiliadora Álvarez, Augusto Rodríguez, Erika Martínez, Pedro Luis Casanova y Eduardo Langagne. El maestro de ceremonias fue mi querido Juan Carlos Abril.

 

El 14 de abril tuve el inmerso honor de dar a conocer Adamar en el Instituto Cervantes de Atenas, gracias a la amabilidad de Luis García Montero y Pilar Tena. Quedan, a modo de recuerdos, varios videos grabados en diversas dependencias del edificio (biblioteca, azotea, escalera principal, salón de actos…).

 

Como cada año, acudí a la Feria del Libro de Madrid. Por partida doble. No sólo fui a firmar ejemplares de Adamar y Sublevación a la caseta de Pre-Textos; sino que participé, en calidad de novelista, en el ciclo “Autores entre lectores IV: cartografías de lo fantástico”. El evento se desarrolló en el Pabellón de Cultura de la Comunidad de Madrid y corrió a cargo de Sui Generis. Los coloquios, temáticos, se establecieron por parejas. Ismael Martínez Biurrun y yo abrimos fuego con “Guía de supervivencia del fin del mundo: narrativas del colapso”. Nos siguieron Layla Martínez y Aitziber Saldias con su charla sobre “Casa, tierra y encierro: horrores enterrados”. Luego fue el turno de Natalia Freire y Julia Viejo, que reflexionaron sobre “La grieta en lo real: cuando lo fantástico se cuela”. Después, Fernando Ángel Moreno y Ricard Ruiz Garzón hablaron de su “Manual de inscripciones para crear un monstruo”. Cerraron el acto Pedro Berruezo y David Galán con su conversación sobre “Mitología reboot: capas, monstruos y otras criaturas”. Los coloquios, moderados por David Hidalgo, se entablaron el jueves 5 de junio.  

 

 


 

En mayo me llegaba a casa otro volumen maravilloso: Mujeres, publicado por la célebre revista Litoral. Tengo el placer y el honor de haber sido antologada en un número especial dedicado a las mujeres poetas que hemos venido publicando en este país en el último siglo. El monográfico se abre con las poetas del 27 y se cierra con las autoras nacidas en 1997. Cuánto talento junto. Qué lujo de compañeras.

 

Hoy mismo, 12 de junio, he tenido la inmensa fortuna de que Juan Sánchez me haya realizado una larga entrevista sobre Adamar para su programa Metaverso (Radio Nacional de España, R-3). Estará disponible a partir del lunes 23 de junio.

 

Por último, sigo al frente de mi Tertulia poética itinerante, que este mes cumple dos años.

 

Ni qué decir que he escrito mucho. Sobre todo, ensayo y textos académicos.

 

En fin, ha sido este (otro) curso intensito. El 2025-2026 viene cargado de sorpresas. A la vuelta de las vacaciones desvelo la primera.

 

 

lunes, 2 de junio de 2025

En la revista Litoral

 


El nuevo número de la célebre revista Litoral, Mujeres, recoge -a modo de antología- poemas de poetas españolas que hemos venido publicando a lo largo de la última centuria. El libro arranca con las autoras del 27 (Concha Méndez, Josefina de la Torre...) y acaba con las jóvenes promesas de los años 20 de este siglo en que estamos (Rocío Acebal, Rosa Berbel...). Es un honor formar parte de este proyecto y estar acompañada por tanto talento literario. Yo participo con tres poemas: de Sublevación y Sabiduría de los límites, además de con un texto inédito cuando me lo pidieron, que ahora forma parte de Adamar. El volumen viene acompañado por ilustraciones de pintoras coetáneas a nosotras. Mis versos comparten espacio con los lienzos de Irene Cuadrado. La revista es una preciosidad en fondo y forma. En sus últimas páginas aparece un mosaico que nos pone cara al centenar de poetas que convivimos entre sus páginas. Con gratitud y una felicidad enormes.  



sábado, 31 de mayo de 2025

Un poema de Adamar

 


 

Sentido

 

 

 

 

 

 

 

Ascienden por el aire

las risas de mis hijos

como fulgor que une lo disperso,

lo que olvidé, los huecos, las ausencias.

Regresa a mí la paz.

El niño corre

a fundar la materia de su mundo.

Amanece en su sangre

la plenitud. La niña abre sus alas

con el vuelo de los pájaros.

Respira cielo, habita en las alturas.

Mis hijos son maestros del presente.

Todo es urgencia, ahora, puro instante.

Ignoran los conceptos

por los que supuramos siendo adultos:

clausura, desenlace. En sus ojos

palpitan el asombro

ante la realidad

y ante el descubrimiento de sus logros:

ponerse en pie, dar pasos,

correr, saltar, hablar.

 

Hoy el tiempo se ensancha

porque tengo un proyecto

que encadena mis días,

y da sentido al bosque que atravieso.

 

 

 

domingo, 25 de mayo de 2025

Feria del Libro de Madrid 2025



Dejo por aquí las fechas de mi participación en la Feria del Libro de Madrid:


* Sábado 31 de mayo. Firma de ejemplares de Adamar. Caseta de la editorial Pre-Textos. De 12:00 a 14:00.






* Jueves 5 de junio. Charlo con Ismael Martínez Biurrun sobre "Narrativas del colapso". Dentro del marco del evento Sui Generis que tendrá lugar en el Pabellón de la Comunidad de Madrid instalado en la feria. De 18:00 a 18:30.  




sábado, 24 de mayo de 2025

Presento Tránsil

 




El próximo 27 de mayo, en el teatro Muñoz Seca, participo en la gala de celebración del 40ª aniversario de los Premios Hiperión de Poesía, así como presento el último libro galardonado: Tránsil, escrito por Nicolás Mateos Frühbeck. 


Nos vemos allí. 



jueves, 15 de mayo de 2025

Adamar, en El Diario Montañés.

 


El pasado 4 de abril salía en El Diario Montañés una muy buena reseña de mi último poemario, Adamar (Pre-Textos, 2025). La firma el crítico y poeta Carlos Alcorta. Os la dejo en el siguiente enlace:

https://www.eldiariomontanes.es/culturas/sotileza/nuevas-formas-existencia-20250411181109-nt.html



Muy agradecida.



lunes, 12 de mayo de 2025

Adamar, en Turia

 


A la espera de la reseña en papel, la Revista Turia recomienda hoy en redes mi poemario Adamar. 


Os dejo aquí el enlace:


https://www.facebook.com/pages/Revista-Turia/373833962736088


¡Seguimos!


sábado, 10 de mayo de 2025

Los árboles caídos también son el bosque



Los árboles caídos también son el bosque es un volumen que recoge once relatos. Aunque su escritura finalizó en  2015, no fue publicado hasta 2024. Este libro forma una trilogía con las obras El sol mueve las sombras de las cosas quietas (2019, editado también en el 2024) y La paciencia del agua sobre cada piedra (que salió de imprenta en 2023). Es decir, hablamos de una escritora que, pese a que se hacía de rogar el viento de las mesas de novedades, no cejaba en su quehacer literario y, brújula en mano, se dirigía al Norte, confiando en llegar a su destino antes o después.

Lo primero que sorprende de esta colección de cuentos es su estilo. En efecto, los párrafos son breves; las oraciones, cortas: pura pincelada. Alejandra Kamiya, argentina de origen japonés, ha escrito un libro lírico, sugestivo y evocador. La autora nos recuerda que existe la belleza incluso en lo macabro: la guerra, la soledad, el abuso, la violencia, la muerte. Sus textos están traspasados por el amor. Con qué delicadeza relata el vínculo con el hijo, con el padre, con la amiga del alma, con la vecina anónima… Pese a la simpicidad de sus argumentos, estos relatos emocionan por la sinceridad que desprenden. De vez en cuando se cuelan entre las líneas versos de poetas (“alguien dijo que hay que mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos”; de otra Alejandra: Pizarnik), así como obsesiones de otras protagonistas que tienen hijos. Es el caso del cuento “Breves como un trébol”, donde un bebé de 24 meses, sólo en el centro de un corral, es atacado por una oveja, frente a la mirada de una madre que se encuentra al otro lado de la alambrada: “Lo veo y siento miedo. Una aguja de miedo. Es algo que ha nacido en mí junto con él, este miedo. Un miedo tan real que puedo tocarlo, como toco este alambre. Tiene púas”, que recuerda al relato Distancia de rescate, de Samanta Schweblin. Si nos fijamos en la cita anterior, apreciamos la musicalidad de sus palabras. Escondidos, ralentizando el ritmo de una madre que no puede llegar hasta su hijo, se esconden versos alejandrinos, terriblemente lentos y angustiosos: Lo veo y siento miedo. Una aguja de miedo. / Es algo que ha nacido en mí junto con él. / Un miedo tan real… De donde se desprende que Kamiya domina a la perfección la técnica de su oficio.

 

Los árboles caídos también son el bosque es un libro altamente recomendable, poético, sutil, que habla de asuntos que sentimos como propios: el sentido de la vida, el desarraigo, la pérdida o la fuerza para salir adelante. No conocía la editorial, Eterna Cadencia, que ha editado un volumen precioso. No lo dejen pasar.

 

 

domingo, 4 de mayo de 2025

Adamar, en los Cuadernos del Sur


 

Alejandro López-Andrada firma una extraordinaria reseña de mi último poemario, Adamar (Pre-Textos, 2025). Ha salido en el suplemento cultural de El diario de Córdoba: Cuadernos del Sur. Os dejo por aquí algunas citas. Tdavía estoy reponiéndome de la emoción: 

 "deliciosa poesía para romper la capa de penumbra que envuelve el mundo que habitamos. Estamos, por tanto, ante un libro magistral, donde no sabra nada ni tampoco falta nada". 

 "La poesía que escribe desde algunos años Ariadna G. García está recogida en libros memorables como, por ejemplo, Apátrida (2005), La Guerra de Invierno (2013) o Ciudad sumergida (2018) [...] es en este Adamar donde alcanza su cénit, su imponente madurez, distinguiéndola como una de las voces más serenas, valiosas e imprescindibles de la poesía española contemporánea".

"Y es su voz pecular, su tono poético encendido por un resplandor fluvial, caleidoscópico, que todo lo abarca y difunde al mismo tiempo lo que la ha convertido en una poeta aquilatada, dueña de un universo lírico distinto al de otras voces de su generación". 

"un conjunto abundoso en instantes líricos magnéticos que nos atan los ojos, el alma, el corazón a un volumen poético escrito con solvencia, en estado de gracia,  colmado de ternura, amor y respeto a la Naturaleza".

La gratitud que siento no puedan evocarla estas palabras.


 

 

sábado, 3 de mayo de 2025

Los días perfectos


Los días perfectos, Jacobo Bergareche. Libros del Asteroide. 2024.

 

Escribía Albert Camus: “La peor desdicha / no es no ser amado / sino no amar”. El estado de enamoramiento eleva la vida por encima de las brumas diarias. Alienta, perfecciona, impulsa. La correspondencia es un milagro, pero no es necesaria. Sí lo es, en cambio, que esa persona amada esté en tu vida; que te permita ser ese sujeto dichoso que respira dentro de ti, que celebra cada día nuevo porque sabe que la razón de su existencia también lo celebra como parte de la suya, aunque esté en las antípodas de su amor romántico. Escribía Garcilaso de la Vega: “Lo amaba, mas no como él pensaba”. Pero ese amor puede ser suficiente si se aceptan los límites. Pedro Salinas gozó de una amante en su vida, y al perderla, también se perdió él. Cuando desapareció la causa de su alegría, se quedó sin su voz. El poeta murió dentro de sí, al ver morir un sol en sus entrañas. Por eso duelen las palabras del protagonista de Los días perfectos: “lo que de verdad temo perder es la posibilidad de ser la persona que estaba enamorada de ti, esa persona que puede hacer, decir y sentir las cosas que hace, dice y siente una persona enamorada”.

 

La novela narra la relación amorosa que mantiene Luis con la destinataria de su carta, Camila. La misiva es un largo flashback donde se rememora un amor ya pasado. Quizás amor sea una palabra demasiado grande. Se trata más bien de una pasión que barre la monotonía instalada en el corazón de ambos: dos personas maduras y casadas que se ven, por razones de trabajo, en una convención que tiene lugar sólo una vez al año. El libro da cuenta de la ilusión renacida que sienten, del impulso sexual que los hace temblar como terremotos, de las ganas de conquista, de los nervios, de lo loca alegría que produce la conexión intelectual y física con alguien nuevo. La promesa de encuentros futuros sacude el tedio presente. Y no obstante, ya desde las primeras páginas, Luis se lamenta de la condición caduca del enamoramiento: “yo también tuve esas vísperas con Paula”. Los días perfectos nos hace reflexionar sobre lo volátil de la pasión, y sobre qué signfica y dónde se encuentra la felicidad en pareja. Pienso en Salinas, en tantos escritores que tuvieron amantes y vieron estallar la pompa que los ascendía hacia una dicha suprema, pero enormemente frágil. Ni Luis ni Camila se amaron de verdad, se disfrutaron. Sin duda, eso es maravilloso, pero inestable y provisional. El miedo y la culpa son sus enemigos. Escribe Jorge Riechmann: “Enamorarse / es una especie de catástrofe natural / Pero amar es / un arte”. La novela, en ese sentido, es pesismista. Describe el amor de los amantes como un fuego condenado a extinguirse; camino que recorre también el del matrimonio. Con todo, a Luis le compensa esa pasión caduca: “a cambio me queda este dolor tan real y tan físico… y con gusto lo acojo dentro de mí”. Casi escuchamos detrás a don Miguel de Unamuno: “Mejor que no el vacío tu tormento”. Al final de la novela lo compadecemos. El amor en su casa se ha vuelto un páramo. Dice a su esposa: “hemos olvidado cómo hacer juntos un día perfecto”. La epístola que la dirige es hermosa y triste. Siente que su matrimonio está hundido, que la efervescencia se ha difuminado. Y eso, para él, representa un problema. Sus dudas se trasladan al lector: ¿Tendrá arreglo la situación? ¿Se puede reflotar su matrimonio? ¿Y qué lo reflota? ¿El sexo? Desde luego, un matrimonio es mucho más. El amor de una pareja con hijos que comparte casa, como es la suya, exige mucho músculo, así como altas dosis de comprensión y ternura. Bergareche nos recuerda que en pareja es fundamental el espíritu de aventura, la improvisación, las ganas de hacer cosas, la alegría, la locura, el juego erótico, así como no dar por sentado la presencia de nadie en nuestra vida. No son malos consejos. Es cierto. Pero no basta con eso. Igual si la novela la hubiese narrado Paula, la esposa, se hubiesen tratado otros temas. Puede que hubiese reivindicado más dulzura, más capacidad de escucha, más sensibilidad, más abrazos tranquilos en la cama, más palabras de sosiego cuando los días vienen con un hacha en la mano… Como quiera que sea, a una pareja no la sostiene el otro. No muere por la pereza de los demás, ni por su falta de imaginación o de estusiasmo. Igual, como dice Luis Cernuda: “no es el amor quien muere, somos nosotros mismos”. Ahí radica el verdadero desafío: en ser nosotros seres luminosos, para empezar, para nosotros. La felicidad no viene de fuera, procede de dentro. Esa luz interior es la que alumbra las restantes esferas de la vida. Y el amor.  Acabada la relación de amantes, ignoramos el desenlace con su esposa. El final es abierto. Ni Luis ni Paula sienten ya mariposas en el estómago, pero se aman y comparten un proyecto que da sentido a sus vidas. ¿Es suficiente? Debería. Y ahora me pregunto, ¿por qué las mariposas tienen que provocarlas las parejas? ¿Qué hay de la amistad? ¿No pueden ser los amigos/as quienen provean la vida de felicidad? ¿Por qué de manera insistente el arte reduce los días perfectos al ámbito del amor romántico? Cuántas horas perfectas comparten quienes se sientan juntos a tomar un café, a conversar; quienes quedan para hacer deporte, para viajar; quienes comparten experiencias enriquecedoras que los transforman por dentro. ¿Por qué un día perfecto tiene que pasar por la cama? El sexo, con todo lo importante que es, no lo es todo. Lo mismo la vida de Luis saldría de su hastío si ampliase su radio de relaciones. Esa felicidad conquistada fuera de casa luego nutre el hogar familar. La alegría es altamente contagiosa. En fin, sólo espero que Luis no acabe siendo Stoner.   

 Una bella novela para reflexionar...



viernes, 25 de abril de 2025

Actos mayo


 

Escuela de Escritores:

* 8 de mayo: imparto taller de poesía para alumnos iniciados.

* 13 de mayo: imparto taller de poesía para alumnos principiantes.



jueves, 24 de abril de 2025

Cronología de los poemarios publicados


 

Construyéndome en ti: curso 1995-1996 (1º de carrera).

Napalm. Cortometraje poético: 1997-2000. La parte lírica, "Seis segundos en boxes" la escribí entre 1997-1999. El resto de poemas, en el 2000. Por esas fechas (97-98) escribí otros textos, que acabaron en Helio. Tuvo dos versiones, con descartes y reestructuraciones: Orden alterno y Napalm. La segunda fue la que envié al Hiperión en diciembre del 2000. Para cuando se falló ya tenía compuestos algunos poemas de mi siguiente libro.

Apátrida: 2001-2004. Lo empecé en la Residencia de Estudiantes, aunque el proyecto inicial, Tercera esfera, era bien distinto. La "Resi" lo cambió por completo. El silencio me transformó. La energía de la Historia, del edificio, de sus fantasmas, me caló profundamente. El grueso del poemario lo escribí en mi habitación, la 447 del Gemelo II, entre septiembre del 2001 y julio del 2002. No quise renovar la beca, pero dejé el libro medio terminado. Escribí algún poema más en 2003 y 2004. Ese septiembre lo presenté al premio Arte Joven de la Comunidad de Madrid, que gané en diciembre.


Helio: 2005-2011. Mis antologías de AKAL me robaron todo el tiempo que el aeropuerto me dejaba para trabajar. Desde el 2004 escribí muy poco. De vez en cuando, alguna experiencia me inspiraba poemas sueltos (2005-2006). El libro nació como tal en agosto del 2008, fecha en que compuse las elegías. El amor (los amores), ese motor que genera endecasílabos, me raptó de modo interrumpido hasta el 2010, año en que puse fin a la primera versión del poemario. Revisé el texto completo en la Residencia de Estudiantes, gracias a la generosidad de Alicia Gómez-Navarro, que me permitió pasar la noche allí para leerlo con calma en el Gemelo I, frente a la colina de los chopos. Todavía en 2011 estaba escribiendo algún texto más, cuando me llegó ese huracán llamado La Guerra de Invierno. Apalabré la publicación del libro con Joam de la Vega para sacarlo en 2013, pero lo pospusimos al 14.


La Guerra de Invierno: 2011-2012. Compuesto en dos tramos, abril-junio de 2011 y febrero-mayo de 2012. En enero del 2013 lo envié al Miguel Hernández Comunidad Valenciana, que gané  en abril. El libro vio la luz ese mismo año.


Ciudad sumergida: 2013-2017. Libro de escritura lenta, por tramos. "Devenir" lo escribí en 2013, antes de ganar el Miguel Hernández. En 2014 compuse varios textos, entre otros, el que da título a la obra. En diciembre del 2014 escribí "Origen". En primavera del 2015 compuse "La Tierra". Y en la Navidad del 15-16 me puse a trabajar en los poemas en prosa de "Memoria".  En esos tres años (2013-2016) escribí mucho y descarté sin que me temblara el pulso. Acabé la versión definitiva (tras encontrar, por fin, el modo de estructurarlo), en 2017.


Las noches de Ugglebo: lo escribí de un tirón entre agosto y septiembre de 2015. En 2016 lo presenté al Premio El Príncipe Preguntón, que gané.


Línea de flotación: colección de 33 poemas escritos entre 2005 y 2016. Es más bien una plaquette. Me lo editó Ediciones Aguadulce en 2017.


Adamar: lo comencé en junio de 2015. En realidad, lo que empecé a escribir fue El país de los olivos, poemario que tenía una fuerte impronta social y celebratoria. Escribí demasiado el curso 2015-2016, pero descarté casi todo. Me sonaba en exceso a Bertolt Brecht. Por esas fechas estaba trabajando en mi edición de Sor Juana. Experimenté un cambio en el otoño del 16, con la composición de poemas a modo de breves pinceladas en recuerdo de mi paso por Vietnam, Camboya y Tánger. No fue hasta el otoño del 2017 cuando vi que tenía un libro nuevo entre las manos. Compuse en esos meses "Naturaleza urbana". La Navidad 16-17 la paso escribiendo "Contracultura y mística", "Caesaraugusta" y "La Bola del Mundo". Tras el vendaval de Sublebación, que se me impuso en 2018, retomé Adamar en otoño, ya con mi puesto en el IES Cervantes, que tanto me habría de inspirar (en verso y prosa). Entre septiembre del 2018 y enero del 2021 me entrego por completo al poemario y a la novela El bosque sagrado (2019-2020), que es su espejo. Desgajo El país de los olivos en dos obras: Adamar y Sabiduría de los límites en septiembre del 2020. Esa Navidad, tan productiva como las anteriores, doy forma a "Zen". En agosto del 2021 Manuel Borrás se compromete a sacarlo en Pre-Textos.


Sublevación: nace como una fuerza de la naturaleza entre febrero y abril de 2018. Es hijo de las oposiciones, que tanto van a influir en mi vida. En diciembre Borrás me escribe para darme la grata noticia de que lo sacará Pretextos (iba a salir en mayo del 20, pero se retrasa a octubre debido a la pandemia).


Sabiduría de los límites: compuesto entre 2017-2019. Editado en 2023 gracias a Francisco José Martínez Morán, que me lo pide para la colección de poesía que dirige en la Universidad de Alcalá de Henares. Es decir, Sublevación y Límites los creo durante el período en que doy forma a Adamar. 


 




martes, 22 de abril de 2025

Encuentro en Huéscar




Este viernes 25 de abril daré una charla a alumnos de 1º y 4º ESO del IES La Sagra (Huéscar, Granada) dentro del marco "Encuentros con autor" del MEC.



lunes, 21 de abril de 2025

Recuerdos de la presentación de Adamar


 

El pasado 21 de marzo, Día Internacional de la Poesía, presenté Adamar (Pre-Textos, 2025) en la librería Tipos Infames. Dejo por aquí testimonios gráficos. Fue precioso reunir en un espacio tan bello y acogedor a tanta gente importante en mi vida. Gracias.




domingo, 20 de abril de 2025

Fallo del Hiperión

 



El pasado sábado 22 de marzo fallamos el XL Premio de Poesía Hiperión. Dejo por aquí el acta del jurado y la foto conmemorativa.