Sentido
Ascienden por el aire
las risas de mis hijos
como fulgor que une lo disperso,
lo que olvidé, los huecos, las ausencias.
Regresa a mí la paz.
El niño corre
a fundar la materia de su mundo.
Amanece en su sangre
la plenitud. La niña abre sus alas
con el vuelo de los pájaros.
Respira cielo, habita en las alturas.
Mis hijos son maestros del presente.
Todo es urgencia, ahora, puro instante.
Ignoran los conceptos
por los que supuramos siendo adultos:
clausura, desenlace. En sus ojos
palpitan el asombro
ante la realidad
y ante el descubrimiento de sus logros:
ponerse en pie, dar pasos,
correr, saltar, hablar.
Hoy el tiempo se ensancha
porque tengo un proyecto
que encadena mis días,
y da sentido al bosque que atravieso.
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