Antología. Juana Inés de la Cruz

domingo, 8 de marzo de 2020

Feminismo desde el siglo XVIII


 
El feminismo en el siglo XVIII

Las mujeres son educadas para anularse como personas. Se olvidan de sí en aras de la felicidad de sus maridos, a quienes deben complacer en todo. La culpa, la vergüenza o la penalización social les hace obedecer las decisiones que sus familiares toman por ellas: les eligen esposo, y les arreglan matrimonios de conveniencia con hombres que les sacan varias décadas. Para Rousseau, el estado natural de la mujer es la dependencia, rechaza que pueda razonar y niega que esté capacitada para recibir la misma educación que el hombre.

Benito Pérez Feijoo. Teatro Crítico Universal. 1726

En grave empeño me pongo. No es ya sólo un vulgo ignorante con quien entro en la contienda: defender a todas las mujeres […] A tanto se ha extendido la opinión común en vilipendio de las mujeres, que apenas admite en ellas cosa buena. En lo moral las llena de defectos, y en lo físico de imperfecciones. Pero donde más fuerza hace, es en la limitación de sus entendimientos. Por esta razón, después de defenderlas con alguna brevedad sobre otros capítulos, discurriré más largamente sobre su aptitud para todo género de ciencias, y conocimientos sublimes. […]


 El feminismo en el siglo XIX

Aparecen ahora dos tipos de mujeres: las que optan por la instrucción y la cultura, sin renunciar al matrimonio; y las que centran sus esfuerzos en casarse. Frente a la educación ornamental, se reivindica su derecho al trabajo.


Leopoldo Alas “Clarín”. Amor y economía. 1879

El novio que Vd., hermosísima lectora, se escoge, es un novio en la verdadera acepción de la palabra. El novio que escoge su papá de Vd. es el novio económico. Excuso decir que el novio económico suele ser más viejo y más feo que el otro. Pero Vds., pías lectoras, suelen casarse por la economía. Un señor alemán muy excéntrico y que tenía un apellido muy raro (¡figúrense Vds. que se llamaba Schopenhauer!) dijo que los mejores matrimonios son esos que no se hacen por amor, sino por arreglo, porque en ellos no se sacrifica el individuo a la especie, como sucede en los consorcios por cariño, en los cuales sin más fin que el de.... Verán Vds.; esto se puede decir de muchas maneras;... yo diré.... arrullarse (no es precisamente arrullarse) estos esposos olvidan su propio interés y trabajan inconscientemente por la especie, es decir, porque no se acabe el mundo. Casi todas Vds. prefieren el novio económico al novio inconsciente que se sacrifica a la especie. Si las generaciones que nos han precedido en vez de pasarse las horas muertas cantando los desdenes de las ingratas hubieran resuelto el problema del amor y la economía, a estas horas la mujer en vez de ser esclava de sus necesidades, cubiertas estas, viviría en la atmósfera purísima del idealismo. La mujer quiere amor; conoce que ha nacido para el amor, su corazón se lo pide, el cuerpo lo reclama, y está dispuesta, como el más pintado, a perpetuar la especie, en lo que de ella dependa. Pero, por lo mismo que quiere el amor de veras, procura el amor en condiciones de viabilidad. Si se une a un novio no económico, que no tiene donde caerse muerto, ya sabe que su amor será hambre para hoy y hambre para mañana. Pues entonces ¿qué se ha de hacer? Una de dos: o hagamos ricos a todos los hombres para que la mujer pueda escoger, no según la economía, sino según el amor, o.... y esta es mi tesis.... o pongamos a la mujer en condiciones de ganarse la vida, de ser económicamente libre, independiente, para que si su corazón se lo pide, pueda cargar con uno de tantos amadores sin oficio ni beneficio.


El feminismo en el Fin de Siglo

J. Stuart publica La sujeción de la mujer (Londres. 1869), donde pide la supresión del matrimonio por conferir poderes legales a los maridos sobre sus esposas.   


Pío Baroja. La ciudad de la niebla. 1909.

A la hora del té se reunieron en el salón varios amigos de Wanda […] dos señoritas rusas, escritoras, una de ellas hombruna, morena, de ojos negros, facciones pronunciadas, andares decididos e indumentaria masculina. Se llamaba Julia Garchin. Ésta […] quería la supresión del matrimonio y la igualdad absoluta de derechos entre los dos sexos. […]
-La igualdad sería imposible -dijo el marinero noruego-; la mujer no sirve para las mismas faenas que el hombre. No vale para muchas cosas.
-Yo creo que vale más.
-¿Hasta para subir al palo mayor? -preguntó irónicamente el marino.
-Para todo. Además tiene más nervio, mayor vigor moral, y es capaz de cualquier sacrificio para ayudar a la emancipación humana, el hombre moderno, cobarde y vicioso, no piensa más que en sus placeres y en su satisfacción personal. […]
-Yo creo que lo que dice Julia es verdad -repuso Wanda-. La mujer es tan fuerte como el hombre.
-Sería mejor decir -agregué-: el hombre es tan débil como la mujer.
-El odio con que se miran los hombres allí, oculta un poco la curiosidad, la envidia y los demás sentimientos femeninos -afirmó mi padre.
-¿Femeninos solo? -dije yo.
-Los llamamos femeninos replicó Roche- aunque sean tan frecuentes entre los hombres como en las mujeres. Cuando triunfe el feminismo, ustedes llamarán a las malas pasiones que denigran sentimientos masculinos, y se habrán vengado.





                                                                                         La novela se localiza en Londres, ciudad industrializada y cosmopolita. María Aracil entabla amistad con dos mujeres pintoras con las que convivirá en un piso de alquiler. 







 





  Garchin recoge el ideario libertario de la escritora Alexandra Kollontai, quien aboga por el amor libre: unión basada en el respeto y en el reconocimiento mutuo de la libertad del otro.                                                             



 
                                              Baroja critica los caracteres que Rosseau adscribió a las mujeres, fundamento de su educación diferencial. 


El feminismo en los años 20 y en la II República

En los años 20 se crea la Asociación Nacional de Mujeres Españolas, institución dirigida por Clara Campoamor y Victoria Kent, que reclaman el sufragio femenino, que aprobará la República en 1931.


Enrique Jardiel Poncela. Amor se escribe sin hache. 1929.

Sucesivamente Sylvia amó a toda la servidumbre que se afeitaba y vivía en el castillo.
Y la noche en que se cumplía el novenario del entierro de lord Brums, sir Ranulfo Maculay ofreció su brazo a Sylvia, la llevó al hall del castillo y le habló así:
-Sylvia: eres ya una mujer…
-Lo sé -replicó ella, que aborrecía los prólogos inútiles.
-Y yo, Sylvia soy un hombre…
-Lo sospeché al momento, sir Ranulfo.
-Pues bien, Sylvia; cuando un hombre y una mujer se han encontrado solos como nosotros, se han casado. Esto viene ocurriendo desde el tiempo de Adán.
-Adán y Eva no se casaron, sir.
-Por eso su pecado fue original. Pero tú y yo, que somos más vulgares, debemos casarnos.

.
                                                             
Parodia de la novela erótica, género que tuvo un éxito arrollador durante los años 20 y 30 por causas familiares –matrimonios de conveniencia– e individuales –represión sexual–). Esta obra caricaturiza los tópicos del género y ofrece una visión emancipadora de la mujer: sexualmente activa y celosa de su libertad. 



El feminismo en la Dictadura I (de la posguerra a 1959)

El régimen militar abole los derechos de las mujeres y regula una legislación que les niega su autonomía. Las esposas necesitan un permiso especial de sus maridos para trabajar, abrir una cuenta bancaria o solicitar el pasaporte. La educación segrega a chicas y chicos, que reciben una instrucción diferenciada hasta 1970. Pese a los usos amorosos de la posguerra, las escritoras tratan de ofrecer modelos femeninos alternativos.


Ana María Matute. Luciérnagas. 1949 (1955).

1. Bah, no tengas miedo -quiso tranquilizarla, ahogando sus propios temores-. Nadie me va a comer, y esto nos puede ayudar mucho. Ya tengo casi dieciocho años. No puedo estar de manos cruzadas. Debes comprenderlo, mamá. Los tiempos han cambiado.


2. Sol. Óyeme. Es verdad que no entra en mi mundo, en mi vida, esto que me dices. Que me duele, como solo tú puedes saberlo. ¡Pero no quiero dejarte ni ahora ni nunca! [...] Haremos lo que sea para arreglarlo, para que seas feliz.




1.
                                               
Como Katniss Everdeen, Sol asume la responsabilidad de sostener a su familia tras la Guerra Civil, ante la pasividad de su madre, cuyo marido es asesinado.

 
 



 
2. Sol se queda embarazada de su amante, y la madre, pese a que no están casados, acaba aceptando la situación.                       


El feminismo en la Dictadura II (de 1960 a 1975)

El feminismo en España empieza a cobrar importancia a partir de 1965, que se crea el Movimiento Democrático de Mujeres, vinculado al Partido Comunista. En 1974 se celebra, con apoyo de la UNESCO, el Año Internacional de la Mujer. Entre las reivindicaciones de los colectivos feministas se encuentran: la eliminación del delito de adulterio, la despenalización del uso de anticonceptivos o la despenalización del aborto.


Alejandra Pizarnik. Diarios. 1962.



Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero.




El feminismo en la Transición y en la Democracia

Son muchas las conquistas logradas, aunque queda por erradicar la violencia de género, o acabar con el machismo institucional.


María Luisa Mora Alameda. Este largo viaje hacia la lluvia. 1987.

Dame la mano, amor, que no podemos
descansar todavía. […]
Si no puedes con todo
te llevaré en los brazos.
Has visto que soy fuerte
y que puedo arrasar todo el abismo.
Mataré los juagares si se atreven
a acercarse a nosotros.
Antes de que emprendiéramos el viaje
cogí todas las armas
que tú me regalaste
y me mentalicé para la lucha.
Puedo con el desdén de las anémonas,
con la desilusión
de todos los reptiles,
con la envidia mortal del aguacero.
Apóyate en mi hombro.
A mí nada me agota,
ni siquiera la lluvia.

El poema subvierte el rol pasivo, débil, asociado tradicionalmente a la mujer.                                             



En 2016, SM me encargó realizar una antología de temas literarios que abarcara desde el siglo XVIII hasta la actualidad, el cuaderno acompaña al libro de texto de 4ºESO. En primera instancia, uno de aquellos motivos fue el Feminismo, aunque finalmente, lo acabaron descartando. Aprovechando que hoy el 8 de marzo, lo publico en mi blog. Las notas y la selección, por tanto, son de mi autoría. 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario