Antología. Juana Inés de la Cruz

domingo, 17 de septiembre de 2023

Humano


Humano, Ignacio Elguero. Hiperión. 2023. 62 páginas.

 

 

 

Doce años separan Siempre del último libro de poemas de Ignacio Elguero: Humano. En algo más de una década, el poeta madrileño ha armado una obra elegiaca, íntima y reflexiva; el fruto más maduro de su autor.

 

El poemario oscila entre dos tiempos. En el presente, el sujeto que enuncia se arraiga en el paisaje. La naturaleza cobra un protagonismo inusual en la lírica de Ignacio. El locus amoenus que recorre los páginas es material perenne. Frente la caducidad humana, los árboles frutales y los ríos se presentan eternos, nos trascienden. Quizás por eso, Elguero los contempla, dejándonos versos sensoriales. El poeta se funde con el Todo.

 

“Qué extraño contemplar que esto se acaba”

 

El recuerdo a Mario Míguez (excelente poeta cuya muerte prematura nos impactó a tantos) ilumina como un relámpago dos verdades: nuestra finitud y el milagroso hecho de existir. Entre ambas tensiones, la elegiaca y la hímnica, camina Ignacio Elguero muy despacio, manteniendo el equilibrio.

 

Si los poemas ubicados en el presente son descriptivos, aquellos localizados en un tiempo anterior nos narran episodios domésticos. Los viajes al pasado nos revelan dos tipos de estampas: las autobiográficas y las referidas a la vida de sus familiares (la madre, el padre y la bisabuela). Casi todos nos hablan de la muerte o de la amenazas que nos ponen en peligro. Más que nostalgia, estos versos encierran un apercibimiento: nos rodea la destrucción. Los niños disfrutan en verano de sus torturas a los animales, por las sombras culebrean riesgos que nos vuelven inseguros, incluso las bombas pueden aparecer de pronto en medio de la felicidad, con su carga de odio.

 

Al contrario que en sus trabajos previos, el amor ha sido erradicado de los poemas. El miedo a la soledad, al paso del tiempo y a la muerte ya no se combaten gracias al frenesí vivido en los dormitorios ajenos.

 

“Todo se va despacio”

 

“No se trata ya sólo del Imperio: está caduco todo,

apenas queda nada a qué acogerse”      

 

La elegía romana (Ovidio, Horacio…) resuena tras Humano. Y pese a todo, siguiendo a Tanikawa, se concluye:

 

"Poder estar aquí ya es asombroso"

   

 

 

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