Los jugueteros de Praga
en sus talleres secretos
idean y luego fabrican
sus juguetes y muñecos.
De la mañana a la noche,
en verano y en invierno,
volcados sobre sus mesas
trabajan en cada ingenio
con sus dedos de amanuense
y sus mentes de ingeniero:
marionetas que hablan solas,
globos que vuelan sin helio,
carruseles diminutos
con caballos verdaderos.
Cuando acaban siempre dejan
mil cacharros por el suelo:
las herramientas y piezas
con que crean sus inventos.
Los jugueteros de Praga
con la madera y el hierro
al final siempre consiguen
que tengan vida los sueños.
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