Antología. Juana Inés de la Cruz

miércoles, 14 de marzo de 2012

Eterno retorno



 
La Comunidad de Madrid, finalmente, convocará oposiciones este año. El número de plazas que oferta es ridículo: 190 para todas las didácticas. Llama la atención, además, el agujero negro que ha absorbido los puestos docentes de la asignatura-pilar de todo el sistema educativo: Lengua. Los matemáticos no lo tienen mejor, tampoco se cuenta con ellos. Así las cosas, mientras aumenta la ratio de alumnos en toda la Comunidad, disminuye la masa del cuerpo docente, que adelgaza año tras año, lo mismo que un enfermo terminal. Por si fuera poco, las nuevas "Instrucciones de curso" aprietan más, si cabe, a los profesionales de la enseñanza pública. El potro de la administración tira de sus extremidades otra hora, y ya van 23. Y entre tanto, interinos cualificados, expertos en sus asignaturas, están buscando el pan en otros gremios. La mayoría, incluso, ya planea marcharse de la Comunidad o del país. Hubo otra época en que también se intentó no ya estigmatizar, sino extinguir, a la comunidad docente. Los nombres de miles de profesores y de profesoras engrosaban listas interminables. Al poco, se olvidaban en las fosas comunes de los campos de Aushvitz o Treblinka. Si tuviéramos algo más de conciencia histórica, si fuéramos realmente intelectuales, a partir de mañana se paralizaría esta persecución con una huelga indefinida que restituyera nuestra imagen, nuestra dignidad y el futuro que se está borrando en el horizonte de la ciudadanía. Pero no. El sistema ha logrado su propósito. Nos ha sedado. Ha adormecido el músculo de la solidaridad, el nervio de la lucha, la piel con que nacimos para abrigar a otros y dotarles de protección. Porque hemos olvidado quiénes somos: los fieles garantes de la equidad y de la democracia. Los profesores, hoy, ya no somos ni un cuerpo. Las manos y los pies se desconocen, la sangre se sorprende al verse libre, y la cabeza... se la hemos entregado, en ofrenda, a la administración, que ya la tiene debajo de su fría cuchilla.



1 comentario:

  1. Una bella forma de presentar tu indignación ante la indolencia y amoralidad reinante. La manera de expresar la mía ha sido más cavernícola, je. Al fin de cuentas, tú eres especialmente poeta; lo mío es la narrativa. Se me hincha la vena... Una maravilla, como siempre. Lo enlazo con el mío, ¿vale?

    http://elballetdelaspalabras.blogspot.com/2012/03/la-consejeria-de-educacion-de-madrid-se.html

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