viernes, 25 de mayo de 2012

Frecuencias


Foto de Vicky Guillén

Nueva reseña mía publicada en Culturamas. En esta ocasión, del espléndido Frecuencias, del poeta Jesús Jiménez Domínguez. Con este poemario consiguió el XXXVIII Premio de Poesía Ciudad de Burgos.

lunes, 21 de mayo de 2012

La tala


La Comunidad de Madrid, el curso pasado, sacó sus tijeras y podó las ramas de un árbol cuya savia necesitamos todos: el de la Educación. Desde entonces, la sociedad es más débil. La misión de los profesores consiste en recoger la luz del conocimiento, administrarla entre sus alumnos y crear una fuente de energía para que la civilización avance. Sin ellos, no hay oxígeno. Sin ellos el aire se vuelve irrespirable. Mientras agoniza nuestro mundo, sin embargo, la Consejería de Educación subvenciona (con el dinero común) el riego y mantenimiento de jardines privados. Allí sí hay oxígeno, pero huele a Iglesia, a desvío de fondos públicos, y su precio es desorbitado.

En el Ministerio, ahora, se anuncia una nueva acción botánica. No se trata de otra poda. Que nadie se engañe. Es una tala. Los hachazos van directos al tronco de un árbol robusto que costó levantar. A su sombra crecieron varias generaciones, se democratizó un país, se igualó la ciudadanía. Su savia nutrió los sueños de miles de personas. Y por eso mismo, pretenden derribarlo. No quieren que soñemos, ni que desprendamos energía. 

El Gobierno nos está preparando para someternos en un futuro próximo. Así de simple.

Si nuestros hijos no están formados, difílmente podrán pensar o actuar el día de mañana, cuando por la crisis energética dos tercios de la población carezcan de recursos para sobrevivir. ¿Cómo reivindicar un concepto que no sabes que existe? ¿Qué eso eso de Igualdad

Mañana tenemos una oportunidad única para proteger nuestro derecho a la Educación y a la Libertad. Si eres docente, secunda la huelga. Y en caso contrario, no te quedes en casa. Juntos podemos hacer que las cosas cambien. ¿Quién habla de vectores? Giremos. Aún estamos a tiempo para cooperar.




viernes, 18 de mayo de 2012

Interior metafísico con galletas



Nueva reseña en Culturamas. Hoy, del último libro de poemas de Alberto Santamaría: Interior metafísico con galletas, publicado en la colección Guairo de El Gaviero Ediciones (Almería, 2012).

martes, 15 de mayo de 2012

Coaching literario


A partir de hoy, ofrezco varios servicios dedicados a la formación de escritores de todos los niveles. La oferta incluye un curso de poesía, un asesoramiento estilístico para el acabado de novelas y poemarios, y un exhaustivo coaching orientado a poetas inéditos o con obra publicada. Más información aquí.  

domingo, 13 de mayo de 2012

Ghawar y la crisis energética


Yacimiento petrolífero de Ghawar


"Siendo lo que son hoy día la política y la economía global, realmente no puedo imaginar a nadie colocándose tras las cámaras de televisión y anunciándole al mundo que el mayor yacimiento petrolífero del mundo conocido por el hombre está, de hecho, agotándose. Si es el mayor de todos, también debe ser el último. En el momento en que Ghawar comience a morir –y en ese momento oiremos hablar de ello- cientos de los otros yacimientos de petróleo de todo el mundo también estarán muertos. Ghawar todavía estará bombeando crudo a un ritmo impresionante mientras el mundo industrial entra en una chirriante y dolorosa parada. Esa es la ironía de ello, ya ve usted: en el momento en que Ghawar comience a agotarse, o habremos encontrado otra forma de hacer las cosas o simplemente dejaremos de hacerlas. Hay muchas posibilidades de que los restos del petróleo en Ghawar permanezcan bajo tierra, intacto e innecesario, para siempre.

Evaluándola junto a los grandes acontecimientos de la historia del planeta, la muerte de Ghawar y de nuestra civilización industrial alimentada con petróleo estaría en algún punto entre la Peste Negra europea del Siglo XIV y el meteorito que extinguió a los dinosaurios. A diferencia de la Peste, la muerte de Ghawar afectará al conjunto de los seres humanos, pero a diferencia del meteorito, sólo afectará a los humanos.

A la muerte de Ghawar le seguirá sin duda la muerte de seres humanos, resultado de las inevitables guerras por los últimos restos de petróleo y las ya previstas pandemias y hambrunas masivas. Las estimaciones sobre el límite sostenible de seres humanos sobre este planeta se han situado desde un completamente triste 1/70 de la población actual (100 millones) hasta unos casi alentadores (por compasión) dos mil millones de personas.

Ghawar se está muriendo. Si lo dice usted discretamente quizás le escuche la gente. Si no, el silencio que se avecina atrapará su atención lo suficientemente pronto".

Chip Haynes

martes, 8 de mayo de 2012

Cenital


 “La verdad es que se avecina una crisis. Japón está en manos de hombres de negocios codiciosos y de políticos débiles. Con gente así, es normal que cada día haya más miseria. La única solución es que nosotros, los jóvenes, hagamos algo. No creas que soy un agitador de masas. A mí sólo me interesa el arte… La función de Okada-Shingen es abriles los ojos a jóvenes como tú y crear obras de verdadero valor para estos tiempos difíciles que corren” (Un artista del mundo flotante. 1986). Kazuo Ishiguro sitúa este monólogo del pintor Matsuda en 1949. Otro creador, Ono, sostiene la tesis contraria: “El mayor interés del artista es plasmar la belleza que pueda tener ante sí”. Ambas opciones existen desde tiempos remotos. Emilio Bueso, con su demoledora Cenital, opta por la primera. 

Frente a las obras utópicas de la Antigüedad (La República, de Platón) y del Renacimiento (Utopía, Tomás Moro), desde comienzos del siglo pasado han cobrado fuerza las narraciones distópicas, es decir, aquellas que vaticinan un futuro siniestro para la raza humana. Muchas de ellas dibujan un escenario totalitario que inhibe las emociones, censura las artes y ata el libre albedrío (Un mundo feliz, Huxley; 1984, Orwell; Fahrenheit 451, Bradbury; Kollocaína, Boye; El cuento de la criada, Atwood); otras especulan sobre el aumento de la violencia individual (La naranja mecánica, Burgess) y de la ejercida por el estado (Perseguido, King; o la trilogía de Los Juegos del hambre, Collins); en algunas, se sublevan las máquinas (2001. Una odisea en el espacio, C. Clarke; ¿Sueñas los androides con ovejas eléctricas?, K. Dick); y en las menos, se augura una involución que devuelve a los hombres al mundo preindustrial de la Edad Media (Dudo errante, Hoban). Cenital pertenece a este grupo.  
 
Con cada una de sus novelas, Emilio Bueso ha cruzado un umbral distinto: el del terror en Noche cerrada (2007), el gótico en Diástole (2011) y ahora ha atravesado el de la distopía o novela de anticipación. No parece que haya género que se le resista. Tres disparos, y otras tantas dianas en el corazón de sus lectores. Disfruta con sus libros. Y se nota.





Cenital es su obra más compleja. La más arriesgada. Bueso teoriza sobre el derrumbamiento de la sociedad por el impacto de la crisis económica y del agotamiento de los recursos energéticos. La caída del imperio capitalista, obliga a los pocos supervivientes a una regresión, a un desandar lo andado, a una vuelta al origen. Los personajes que pueblan Cenital (la ecoaldea en la que se han agrupado, en el límite de Castellón) trabajan codo con codo para sobrevivir en su comuna autosuficiente. Viven en el año 2014. A dos de los recortes que padecemos, del darwinismo social que nos estratifica, del golpe que supone la subida de impuestos y el encarecimiento del transporte, de la privatización de Repsol YPF en Argentina, del aumento del paro, de la nueva reforma laboral… Y esa pequeña distancia cronológica, de pronto, nos angustia.

La estructura del libro trata de armonizar la historia civil con la hipótesis de Bueso, que no deja de ser una ficción que a la vez que colma nuestras ansias de entretenimiento, advierte de los riesgos de economía neoliberal. La obra, pues, hila dos tipos de discursos que se van alternando: ensayo y narración.

Ensayo. Cenital combina la creación de un mundo narrativo, literario, con el comentario y la reflexión sobre los acontecimientos reales que afectan a los individuos con independencia de su nacionalidad. Todas estas ideas, a su vez, se dividen en dos grupos. Por un lado, tenemos las citas textuales que Emilio Bueso toma prestadas de algunos de los ecologistas más importantes (Guy McPherson, James Howard Kunstler…) o de obras emblemáticas de la ciencia-ficción (Mad Max, 1984..). Es decir, en la novela encontramos ecos de trabajos anteriores, con los que contrae una deuda ideológica. Y por otro, se encuentran los post que Destral, el protagonista del libro, publica en su bitácora. Este personaje, pues, es lo suficientemente crítico como para no admitir los cambios en el parámetro moral que hacen que su conciudadanos soporten, en nombre de la crisis, la pérdida constante de sus derechos. Con su blog arenga contra las políticas neoliberales y trata de romper la ilusión de normalidad que ciega al resto de la gente. Lo hace con urgencia. Hemos tocado techo. Sobrepasamos el límite. No hay tiempo para el cambio. Vamos en un tren sin frenos hacia la pesadilla. Su objetivo es el reclutamiento: “Escríbeme. Sal de ahí. Deja tu empleo. Deja de comprar basura. Vende tu casa. Vende tu coche. Huyamos. Juntos podríamos llegar muy lejos. Podríamos sobrevivir” (p. 35).



Narración. De nuevo, se abren dos caminos. Por una parte, Bueso relata el paso del rito, el cambio o la transformación a la que se vieron obligados los habitantes de Cenital. Atrás dejan su identidad y oficio (soldado, sacerdote, temporero, becario…). Cada uno de ellos se reinventa, pone a 0 su cuentakilómetros y colabora en un proyecto común: la supervivencia. Y por otra parte, narra las aventuras y peligros que corren los miembros de esta comunidad tras el hundimiento energético y hasta el 2014. El estilo literario se torna brusco, descuidado, como la vida improvisada que llevan los cien aldeanos de la ecoaldea. Cuando el hambre, la violencia y las inclemencias del tiempo te miran a los ojos no hay lugar para las florituras de lenguaje.

Trepidante, de alto voltaje ideológico, cruenta y visionaria, Cenital atrapa al lector desde la primera línea, y levanta un monumento a la cruzada en contra del capitalismo salvaje y despiadado.

Aterradora.

Imprescindible.

jueves, 3 de mayo de 2012

Al oeste con la noche

 
La Tormenta en un Vaso publica mi última reseña, dedicada a la autobiografía Al oeste con la noche, de Beryl Markham (Libros del Asteroide, 2012). Sin duda, uno de los mejores títulos de este año. Imprescindible.